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Morón

El excesivo uso de cohetes en la procesión de la Inmaculada causó múltiples molestias a bebés, ancianos y animales

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El pasado 8 de diciembre, con motivo de la salida de una imagen religiosa por Morón, se hizo un exagerado uso de material pirotécnico que acompañó…

El pasado 8 de diciembre, con motivo de la salida de una imagen religiosa por Morón, se hizo un exagerado uso de material pirotécnico que acompañó al paso durante todas las horas que estuvo recorriendo la ciudad. Esta lamentable cultura del ruido que afecta a la convivencia, en concreto, al derecho al descanso y a la tranquilidad de los demás, se hace también gracias  a una exagerada inconsciencia y permisividad, por parte de las autoridades, sobre las molestias que genera el ruido, y afecta sobre todo a mayores y niños, pero también a seres vivos como perros, gatos o aves, a los que les provoca  reacciones de pánico y angustia.

 

 

Si bien, esta realidad  se vive en muchas ciudades españolas, no es menos verdad, que lo del otro día en Morón llegó a ser exagerado. Quienes decidieron ese excesivo uso pirotécnico camparon el pasado sábado a sus anchas y, sin importarle las molestias que ocasionan en el prójimo  y en otros seres vivos, los lanzaron indiscriminadamente, a horas intempestivas, sin limitación alguna.

 

 

En aras de mejorar la convivencia y compatibilidad de todas las actividades que generan ruido con el descanso y bienestar de la ciudadanía y otros seres vivos es necesario que, además de las regulaciones específicas existentes a nivel andaluz y estatal, el Ayuntamiento de Morón está en la obligación de establecer una Ordenanza Municipal en relación con este asunto.

 

Mientras tanto habrá que seguir apelando a la “caridad cristiana” de los defensores de este tipo de tradiciones que, en Romerías o celebraciones como la del sábado, se convierten para otros en un infierno.

 

MOLESTIAS, SOBRE TODO,  A PERSONAS MAYORES Y ANIMALES

 

 

Si ya de por si es fastidioso para muchas personas sanas escuchar una y otra vez el estallido reiterado del cohete, para personas mayores enfermas que necesitan estar en absoluto reposo es una verdadera tortura. La explosión afecta también a personas con hipersensibilidad sensorial, como es el caso de las personas autistas.

 

Pero, tal vez, quienes más lo padecen son los animales (perros, gatos, aves, etc.) al ser su oído mucho más sensible al ruido que el nuestro. El fuerte estruendo les provoca una reacción de pánico y angustia, que se traduce en taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, temblores y, a veces, en muerte.

 

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