Opinión
El fascismo español y la violencia. Por Diderot
No hay nadie, en su sano juicio, que se atreva a poner en duda el carácter violento de los regímenes de Mussolini y Hitler. Algunos partidarios (antiguos y nuevos) de ambos intentan justificar dicha violencia pero negarla, no hay quien la niegue…
_No hay nadie, en su sano juicio, que se atreva a poner en duda el carácter violento de los regímenes de Mussolini y Hitler. Algunos partidarios (antiguos y nuevos) de ambos intentan justificar dicha violencia pero negarla, no hay quien la niegue.
El fascismos español, como sus maestros italianos y alemanes, era también intrínsecamente violento. Los hechos históricos lo evidencian.
En este artículo vamos a dejar que ellos mismos, los fascistas españoles, lo confiesen con sus propias palabras.
Decía José Antonio Primo de Rivera:
“La guerra es inalienable al hombre. De ella no se evade ni evadirá. Existe desde que el mundo es mundo, y existirá. Es un elemento de progreso. ¡Es absolutamente necesaria!…Los hombres necesitan la guerra…La guerra es absolutamente precisa e inevitable. La siente el hombre con un imperio intuitivo, ancestral, y será en el porvenir lo que fue en el pasado…¿Los pueblos sin guerra? 1
Ante semejante bestialidad no puede sorprender que Falange comenzara a preparar la guerra de España. Dicha organización fascista en la reunión de su Junta Política en el Parador de Gredos, en junio de 1935 (con un gobierno republicano derechista), adoptó:
“…la decisión, oficial y terminante de la organización, de ir a la guerra civil y santa, para el rescate de la Patria” 2
Esta fue la explicación de Primo en esta ocasión:
“A nosotros se nos plantearán días tremendos, que habremos de soportar con la máxima entereza. Pero creo que en vez de esperar la persecución, debemos ir al alzamiento, contando a ser posible, con los militares, y si no, nosotros solos. Tengo el ofrecimiento de diez mil fusiles y de un general. Medios no nos faltarán. Nuestro deber es ir, por consiguiente, y con todas las consecuencias, a la guerra civil” 3
La violencia callejera, el clásico terror fascista, eran preparativos para esa “guerra civil y santa”. La violencia, en efecto, es parte consustancial del fascismo en todo el mundo.
“¡Bien haya esta violencia, esta guerra, en la que no sólo defendemos la existencia de la Falange, ganada al precio de las mejores vidas, sino la existencia misma de España, asaltada por sus enemigos! Seguid luchando, camaradas, aguzad vuestros métodos. Mañana, cuando amanezcan más claros días, tocarán a la Falange los laureles frescos de la primacía en esta santa cruzada de violencia” 4
Con los textos de Primo de Rivera puede hacerse una extensa antología de pasajes relativos a la violencia, tan santa como la guerra para él. Espiguemos sólo unos pocos:
“Queremos que España recobre resueltamente el sentido universal de su cultura y de su Historia. Y queremos, por último, que si esto ha de lograrse en algún caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia…Bien está, sí, la dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria” 5
“…La decisión resuelta de un pueblo, ya formado, que quiere mantenerse a toda costa en su unidad y que hallará entre sus juventudes gentes dispuestas a mandar fusilar por la espalda, sin titubeo, racimos de traidores” 6
“… No nos conformamos con que no haya tiros en las calles porque se diga que las cosas andan bien; si es preciso, nosotros nos lanzaremos a las calles a dar tiros para que las cosas no se queden como están” 7
Contestando a Julián Pemartín dice Primo de Rivera (2 de abril de 1933):
“…Todo sistema se ha implantado violentamente, incluso el blando liberalismo (la guillotina de 1793 tiene a su cargo muchas más muertes que Mussolini y Hitler juntos)
La violencia no es censurable sistemáticamente. Lo es cuando se emplea contra la justicia. Pero hasta Santo Tomás, en casos extremos, admitía la rebelión contra el tirano. Así pues, el usar la violencia contra una secta triunfante, sembradora de discordia, negadora de la continuidad nacional y obediente a consignas extrañas (Internacional de Amsterdam, masonería, etc.), ¿por qué va a descalificar el sistema que esa violencia implante? 8
La violencia también se puede emplear legítimamente para defender las convicciones fascistas, la concepción fascista de España:
“…La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera; pero es además, históricamente, la española.
Por su sentido de catolicidad y de universalidad, ganó España al mar y a la barbarie continentes desconocidos. Los ganó para incorporar a quienes los habitaban a una empresa universal de salvación…Quiere decir que el estado nuevo se inspirará en el espíritu religioso católico tradicional en España…
Esto es lo que quiere Falange Española.
Para conseguirlo, llama a una cruzada a cuantos españoles quieran el resurgimiento de una España grande, libre, justa y genuina…
La violencia puede ser lícita cuando se emplee por un ideal que lo justifique…” 9
El estado nuevo de que nos habla el jerezano es, naturalmente, el estado fascista mussoliniano del cual era agente pagado.
Efectivamente, José Antonio Primo de Rivera fue agente a sueldo de Mussolini. Figuraba con el número dos en la lista de agentes de la embajada italiana en París, con 50.000 liras mensuales, a cambio de enviar informes sobre la situación española. Tal actividad la realizó desde principios de 1935 hasta marzo de 1936, fecha en la que Primo fue encarcelado y su partido puesto fuera de la ley por el gobierno de la República. Se calcula que lo cobrado por tales servicios supone un importe de 7.285.714 pesetas (tomando el valor de la peseta en 1975)
En uno de esos informes declaraba que su partido había “logrado convertirse en el único movimiento fascista de España” Entre los méritos de su partido Primo señala, por ejemplo, que “en Sevilla , el mismo día que fue muerto un obrero fascista, sus camaradas lo vengaron matando a dos comunistas y hiriendo a otros dos” 10
Casi todos estos textos están escritos por el jefe del fascismo español durante los años 34-35 cuando el gobierno republicano estaba en manos de las derechas, en pleno bienio negro. Claro que su odio estaba determinado por el auge del movimiento obrero y por el contenido de la Constitución de la II República.
Cuando en febrero de 1936 ganó las elecciones el Frente Popular se alzaron en armas contra el gobierno democrático.
Pero donde verdaderamente dieron rienda suelta a su violencia criminal fue en la represión que ejercieron en los inicios de la guerra, durante la guerra y después de la guerra 1936-1939. Un ansia asesina que, a otra escala, no tuvo nada que envidiar a la barbarie mussoliniana ni la hitleriana.
Por ello esa violencia fascista siempre será recordada y rechazada por lo mejor del pueblo español y de los pueblos del mundo que debemos permanecer en guardia porque el monstruo está de nuevo entre nosotros. En realidad permaneció oculto esperando nuevas oportunidades.
1.Primo de Rivera, entrevista en La Voz, 14 de febrero de 1936 ( en Obras, pág. 888) La entrevistadora, tras las últimas palabras citadas, añadía : “el jefe de Falange Española sonríe largamente”
2.Francisco Bravo, José Antonio. Madrid, 1939. Pág 159
3.Ibidem, pág.131
4.No importa (6 junio 1936) en Obras completas de J.A. Primo de Rivera, pág.1004
5.J.A. Primo de Rivera, Obras completas, págs..67-68
6.ibidem7.ibidem., pág.278. No hace mucho un general retirado proponía fusilar a 26 millones de españoles
7.ibidem, pág. 627
8.Ibidem, pág. 49
9.Ibidem, pág. 93
10.Ángel Viñas, La Alemania nazi y el 18 de julio. Madrid.1977. Págs. 250-255. Stanley G. Payne afirma en su obra Historia del fascismo español. París 1965, pág.65 que no hubo relaciones entre Falange y el fascismo europeo. Sin embargo en un libro posterior, El Fascismo, pág. 152, se hace eco del affaire de la subvención italiana