Entrevista al físico moronense Antonio Rodríguez

Antonio Rodríguez, de 33 años, es natural de Morón. Estudió física en Sevilla, y tras pasar por Valencia, su trabajo le ha llevado a Trieste, Italia. Después de 6 años fuera de España, vuelve a Valencia en septiembre.

-¿Desde cuándo sientes afición por la física?

Desde pequeño. Siempre he sido curioso y he intentado entender lo que me rodea. Por entonces, no sabía lo que era la física. Mi hermano mayor la estudiaba y yo no sabía lo que era, [pero] sentía curiosidad. Y después, en el instituto, la estudié. También me gustaba la filosofía, pero pensaba que la filosofía la podía estudiar por mi cuenta, y la física no.

-¿Cómo has llegado a trabajar donde estás ahora?

De una forma simple, aplicando a ofertas de empleo. En mi campo, las ofertas se hacen públicas para el siguiente curso, sobre esta fecha [octubre-noviembre]. Empiezan a llegar en diciembre-enero. Si te llega, la escoges, aceptas, y ya está. En mi caso, me llegó la oferta de este grupo y estoy muy contento. Aquí empecé en septiembre del año pasado.

-¿En qué te encuentras trabajando en estos instantes?

Todo lo que nos rodea está compuesto por una serie de partículas, más pequeñas que los átomos. Todos estamos hechos de estas partículas más pequeñas que los átomos, y una serie de fuerzas, como la gravedad, que explican cómo se mueven dichas partículas. A partir de estos 2 ingredientes, emerge todo lo que tenemos. Mi investigación se centra en mediciones simples de algunas de dichas fuerzas, y en estudiar cómo podrían dar esas mediciones resultados diferentes si los principios cambian. Todavía hay cosas que no podemos explicar bien. Yo no soy experimental, me dedico a ver dónde podemos buscar, o si tenemos que modificar estos ingredientes un poco. Podría haber nuevas partículas, y queremos saber dónde podríamos ver esas partículas o fuerzas nuevas, si existen.

-¿Cuál ha sido para ti el hito más importante de tu carrera hasta ahora?

A estas alturas, he trabajado con muchos grupos en diferentes campos. Tal vez, mis mayores logros han surgido de aplicar lo que he aprendido en otros campos a nuevos campos, dando lugar a mejores predicciones en ese campo nuevo al que voy. Al ir a este campo nuevo he ido aprendiendo nuevas cosas que he ido aplicando a nuevos problemas físicos. [Estoy orgulloso de] llevar lo que he aprendido a nuevas cosas, a nuevos campos, aprender otras cosas y mejorar lo que he hecho en ese campo.

-¿Qué trabajo has disfrutado más? ¿Y lo contrario? ¿Por qué?

En mi investigación es molesto cuando unos resultados, ya sean teóricos o matemáticos, son contradictorios, pero llega un momento en que le das una vuelta y consigues entender por qué parecen contradictorios, y [realmente] no lo son, están relacionados. También cuando te das cuenta de que hay investigadores en todo el mundo usando de alguna forma los resultados de tu trabajo, eso es algo que siempre es muy satisfactorio.

Lo que menos [he disfrutado], [hay] una época que me resultó dura. Fue mi comienzo en Francia. Llegué a París en noviembre de 2020, y justo cuando llegué, [hubo] cuarentena del Covid, y, claro, llegar a un país en el que no conocía a nadie, y quedarme en un apartamento de 20 metros cuadrados sin poder salir de casa, pues es una parte dura. También hay veces que eres incapaz de entender por qué no casan los resultados, y esa parte sí es un poco pesada, y todo ese proceso de intentar ver cómo o por qué no funciona algo.

-¿Qué estudios o investigación te gustaría llevar a cabo en un futuro?

Siguiendo con lo que he comentado antes, mis estudios se centran en combinar distintas fuerzas para hacer predicciones. Hay dos formas [de verlo], o asumes las reglas del juego (los principios son los que asumimos hasta ahora), o existen nuevas partículas que son inalcanzables. Quizá en un futuro estaré más centrado en las huellas que esas nuevas partículas fundamentales que no conocemos podrían estar dejando en observaciones hechas hasta ahora, y qué experimentos o dónde deberíamos buscar esas huellas, si existen esas partículas fundamentales.

-¿Cómo animarías a los jóvenes a que se entusiasmen por la ciencia?

Es una pregunta complicada, lo primero que hay que pensar es por qué la gente joven no está interesada. En verdad todo el mundo tiene curiosidad por lo que le rodea, es interesante para todos. Hay que ver dónde se pierde esa curiosidad. Tal vez el problema es que aprender ciencia entraña mucha dificultad. Pero una vez que aprendes las reglas, y a jugar, es muy divertido. Pero en el instituto, es más como tener que estudiar de forma obligada el libro de instrucciones del juego, y a nadie le gusta estudiar el libro de instrucciones. [Me gustaría que] le diesen una oportunidad, que se esfuercen, aunque sea un poco aburrido. También los científicos deberíamos esforzarnos más en acercarnos a la sociedad. Podemos hacer demostraciones simples de lo que se puede hacer con la ciencia, explicar un poco más nuestro trabajo. Tal vez si las dos partes nos esforzamos un poco más, [los jóvenes se entusiasmarán por la ciencia].