Opinión
ORESHNIK: un pepino llamado avellano que puede acortar la guerra OTAN-RUSIA en suelo ucraniano. Por Diderot




Diderot
Nos han estado contado, durante más de dos años, la mentira de que Ucrania podría ganar la guerra a Rusia. Al unísono, unánimemente, todo el aparato de propaganda occidental.
Es imposible ganar una guerra a una potencia nuclear.

Lo sabemos con absoluta certeza desde la pasada “guerra fría”. Ni Rusia, ni Estados Unidos podían vencer en un enfrentamiento bélico. Predominó, en ese tiempo, la MAD (Mutually Assured Destruction) que sería la DMA en castellano (Destrucción Mutua Asegurada)
Pensar que una potencia nuclear puede ser vencida bélicamente por otra sin armas nucleares es un disparate. Esa es la razón por la cual, después del armisticio en la guerra de Corea, Corea del Norte tomó la decisión de aprovisionarse con bombas atómicas. Era la única manera de que los yanquis no los volvieran a invadir. Nadie lo ha intentado desde entonces y no ha sido por falta de ganas. Los aliados de EE.UU. en la zona, al menos, iban a desaparecer del mapa. Es horrible, pero esa es la realidad.

Desde hace un mes, más o menos, los propagandistas de Occidente han cambiado el registro y ya contemplan una victoria rusa. Hasta Zelensky anda pidiendo árnica y está dispuesto a ceder “temporalmente” terreno para llegar a un acuerdo de alto el fuego.
¿Qué ha sucedido para que la tortilla se vuelva de esta manera?
Dos sucesos importantes el 5 y el 21 de noviembre. La OTAN ha dado carta blanca para que Zelensky utilice misiles de gran alcance norteamericanos y británicos para bombardear territorio ruso. El 5 de noviembre empezaron dichos bombardeos y la respuesta rusa se produjo el 21.

Los rusos mandaron un “pepino” sobre la fábrica de armamentos Yumash en la ciudad ucraniana de Dnipro. Al pepino le pusieron por nombre “Avellano” (Oreshnik”) y ha supuesto una advertencia que ha dejado “acongojado” a todo el aparato militar de la OTAN.
Un misil hipersónico que puede tener un poder destructor similar a un arma nuclear, que desarrolla una velocidad superior a diez veces la del sonido que, según ha reconocido un alto mando militar del Pentágono, no se puede interceptar con el armamento disponible actualmente.
La aparición del nuevo artefacto hace prever un desenlace más rápido de la guerra OTAN-RUSIA, que ya se vislumbraba en el horizonte, con la victoria incuestionable de los ejércitos de la Federación rusa. Los discursos de Zelensky, Trump, y el Secretario General de la OTAN han cambiado de registro. Ya todos hablan de propiciar un acuerdo, aunque sea cediendo territorio.
El tiro de la escalada les ha salido por la culata. Esperemos que se pueda establecer una paz duradera que no puede pasar más que porque Ucrania, según consta en su Constitución, sea un estado neutral y desmilitarizado que no ponga en riesgo la seguridad del pueblo ruso y que suponga una buena lección para el imperialismo guerrerista de la OTAN y para los nazifascistas ucranianos.
Amén.

