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Opinión

Lo que sabe uno de un asunto (y II)

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Opinión. Y no crean que los que se dejan manipular, las personas influenciables, son pocas. Tampoco crean que los que tienen estudios superiores tienen, muchas veces, más capacidad de juicio que las personas que tienen estudios primarios….

Opinión. Y no crean que los que se dejan manipular, las personas influenciables, son pocas. Tampoco crean que los que tienen estudios superiores tienen, muchas veces, más capacidad de juicio que las personas que tienen estudios primarios.

Pondré un ejemplo para ilustrar lo que quiero decir.

Hace seis años, en la sala de ordenadores de uno de los Institutos de E.S.O. de nuestro pueblo, tuve un pequeño diálogo con una profesora licenciada en ciencias.

La profesora comentó  en voz  alta una “noticia” de “El País” que estaba leyendo durante el recreo. Dicho diario acusaba al entonces Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de dictador. Y ella apoyaba esa acusación.

Dejé de escribir y empecé a dialogar con la compañera. Después de intercambiar dos o tres frases sobre si ella creía todo lo que decían los periódicos a pies juntillas y si no tenía en cuenta  quienes eran los dueños de dichos periódicos, le pregunté algo todavía más concreto.

Le pregunté que si ella podía decirme un solo argumento que pudiera sostener su afirmación de que Chávez era un dictador y que lo que había en Venezuela era una dictadura.

Me escuchó con atención. Se puso a pensar durante un buen rato, un par de minutos por lo menos. Yo no le forcé a ninguna respuesta rápida sino que esperé todo el tiempo necesario para que ella se explicara.

Pues mira, acabó diciéndome, ahora mismo no me acuerdo de ninguno.

Yo le repliqué con la misma pregunta pero esta vez sobre Franco. Aquí la compañera  sí dio algunos argumentos sólidos sobre el carácter dictatorial del régimen de Franco: ausencia de elecciones, falta de una verdadera Constitución, pretensión de que su poder se lo había concedido Dios (Caudillo de España por la gracia de Dios, decían las pesetas),…

Entonces yo le hice observar que quizás su desmemoria sobre los argumentos que pudieran catalogar a Hugo Chávez como dictador, no era tal. Simplemente no había  argumentos para calificar al mandatario venezolano como dictador.

Quizás lo que pasaba era que se había dejado influenciar por la lectura diaria de una prensa que, por las razones que fueran, calificaban a Chávez como dictador y a Venezuela como una dictadura, un día sí y el otro también.

Así quedó nuestra conversación. Tocó la sirena y nos fuimos para clase. Antes de despedirnos le dije que siguiera pensando y que si en los días sucesivos encontraba algún argumento sobre el carácter dictatorial del bolivariano, me gustaría comentarlo con ella.

No volvimos a hablar más del tema. Jamás la escuché hablar más del “dictador” Hugo Chávez.

Diderot.

 

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