Opinión
Dentro del matrimonio también nos violan
Si, dentro del matrimonio o una relación también existen las violaciones y no, por ser tu compañero no tiene derecho a tomar tu cuerpo y hacer lo que le plazca con el….
Si, dentro del matrimonio o una relación también existen las violaciones y no, por ser tu compañero no tiene derecho a tomar tu cuerpo y hacer lo que le plazca con el.
En el mundo hay 2600 millones de mujeres y niñas que viven en países donde es legal la violación dentro del matrimonio.¿A cuántas os han venido a la mente países como India o Irak? No os vayáis tan lejos. Solo 52 países del mundo condenan explícitamente estas violaciones. Aquí en España un juez dictaba en una sentencia que no había habido violación, que las lesiones se debían al sometimiento habitual, lesiones propias de un juego amoroso. Si,tomen aliento, lean esas palabras de nuevo: "sometimiento habitual", "juego amoroso".
Tenemos leyes que tipifican las violaciones en pareja como un delito y tenemos jueces que ven el sometimiento de la mujer habitual y sus lesiones normales dentro de un juego amoroso. Con esta sentencia en mente busco datos y me encuentro con que solo el 20% de las mujeres violadas denuncia, y solo entre el 1% y el 5% de los agresores son condenados. Si buscamos datos más específicos sobre violaciones en pareja bajan más las cifras. Todo concuerda, ¿ Quien reúne el valor de contar su historia, de enfrentarse de nuevo a su agresor, si se encuentra con la humillación de la justicia que da la razón a su violador?. Esta sentencia no es la única, ni la peor, pero considero que esta plasma el sentimiento del machismo. Sometimiento habitual son las palabras que nos alertan de lo lejos que estamos de la equidad.
Mientras se considere habitual el sometimiento de la mujer, mientras a una violación se le llame juego amoroso, mientras haya jueces en el poder dando la razón al violador, seguiremos denunciando, seguiremos luchando porque lo habitual no sea el sometimiento de la mujer, lo habitual sea su libertad total. Y es que de nada nos sirven unas leyes escasas y poco contundentes, con jueces machistas al cargo.
Omayra García Gómez