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Opinión

Corrupción y Unidad Popular

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Opinión. Desde estas líneas me quiero referir a un artículo que recientemente se ha publicado en la Voz de Morón sobre una moción presentada por AMA y el caso judicial…

Opinión.Desde estas líneas me quiero referir a un artículo que recientemente se ha publicado en la Voz de Morón sobre una moción presentada por AMA y el caso judicial en el que está involucrado Óscar G. Jurado.

El artículo al que me refiero está escrito al calor de la aprobación por AMA, IU y PSOE de una moción en la que se pide a los partidos políticos que no incluyan en sus listas a personas relacionadas con casos de corrupción.  “Reforma del Reglamento de Organización para concejales pendientes de juicio oral por determinados delitos”, es el título bajo el que se presentó la moción a iniciativa precisamente del grupo municipal del partido AMA Morón.

Moción contra la corrupción política

De una manera clara la “lucha contra la corrupción política” es el centro de esta moción. En mi modesta opinión no se puede equiparar al caso que afecta a Óscar a lo que pretende censurar la moción, y me desde luego me parece un disparate señalarlo como corrupto urbanístico. Cuando hablamos de corrupción política hablamos del uso por parte de algunos individuos que han llegado a ocupar algún cargo de responsabilidad y haciendo uso de éste comete actos que van en su beneficio propio, normalmente en complot con gente con capacidad para corromper o simplemente mirar interesadamente para otro lado. De forma inevitable cuando pensamos en corrupción pensamos en la Gürtel, Bárcenas, los escándalos de los ERE y formación en Andalucía, las tarjetas de Bankia, etc y otros bien conocidos a nivel local como los que han afectado al anterior señor alcalde del PP, Manuel Morilla y amigos varios. Todos ellos son casos en los que las personas y las organizaciones involucradas han puesto a su servicio todos los mecanismos necesarios (sin límites de escrúpulos, véase el caso de los fondos para desempleados de la Junta de Andalucía) para apropiarse de forma mafiosa de cientos de miles y millones de euros. Que esto sea posible muestra de forma clara la naturaleza del sistema en el que vivimos, que en sí mismo se basa en el robo, la corrupción y el tráfico de influencias. Si fuera de otro modo, estos fenómenos serían casos raros, pero lamentablemente estamos ante un triste espectáculo generalizado por todo el cuerpo político del Estado, empezando evidentemente por su cabeza, la Familia Real.

El caso en cuestión y la supuesta contradicción

Pero yendo al caso: en el de Óscar, aunque se demuestre que se ha cometido algún error administrativo o descuido, estamos hablando de algo muy distinto y por lo tanto no hay contradicción con la moción aprobada. Se trata de un caso de una índole completamente ajena a la corrupción política, circunscrito al ámbito privado donde las posiciones políticas nada tienen que ver. Es un tema administrativo que puede terminar calificado de delito urbanístico y que el afectado tendrá que afrontar si la justicia finalmente así lo considera. Pero que se sepa no ha habido trato de favor, ni uso de una posición privilegiada, ni nada por el estilo, aunque quizás como digo se haya podido cometer algún error.

Confieso que me cuesta mucho entrar en los detalles de cosas y casos que desde el principio está claro que nada tiene que ver ni con el desfalco ni el robo, ni nada de lo mencionado anteriormente. Por supuesto me parece mucho más escandaloso que sea la derecha de forma extremadamente hipócrita, precisamente la derecha de este país, la que use cualquier asunto que afecta a compañeros comprometidos con la lucha por transformar la sociedad para descalificarlos mediante la mezcla torticera con los escándalos que nos azotan diariamente, y de los cuales son autores directos. Por eso creo que no aporta nada positivo que desde la izquierda se haga tabla rasa igualando casos.

Creo que a estas alturas no podemos ser imparciales y debemos huir de los trazos gordos entre nosotros, aludiendo a “salvando las diferencias”, pues “salvando las diferencias” se podría culpar de la misma manera a aquella madre que hace algún tiempo encontró una tarjeta de otra persona y gastó 193 euros en pañales y comida para sus hijas y a la corrupción de la que son protagonistas notables familias de nuestro país de la mano de sus compinches políticos. Desde luego esa no es nuestra política como tampoco es la de la justicia oficial, que no tiene dudas en posicionarse a favor de estos últimos en la mayoría de las veces, dejando siempre claro que hay una justicia para ricos y otra para pobres.

Desde las filas de la gente que lucha por cambiar la situación no deberíamos gastar fuerzas enfrentándonos entre nosotros sacando punta a asuntos personales que desvían la atención del principal objetivo que es desbancar a la derecha y cualquier atisbo de ataque contra nuestra clase, venga de donde venga y las practique quien las practique, sea por imperativo de la Troika o del PP. Otra cosa es que entre nosotros existan diferencias políticas sobre tal o cual aspecto, y que estas se puedan confrontar. Esto no sólo es legítimo sino que considero que es completamente necesario, pues en el intercambio de ideas las partes implicadas salen fortalecidas y con más moral. Sin esto desde luego imposible avanzar e ir ajustando la intervención política a las necesidades de los intereses que pretendemos defender. Pero otra cosa son los ataques personales entre nosotros, en una dirección o en otra (sean escritos o verbales), que resultan nefastos para nuestra causa porque aporta desconfianza, desunión y levanta muros infranqueables. Por eso considero, desde el mayor respeto, un error el uso del asunto referido y más en los términos expuestos.

El nuevo ciclo y la unidad popular

Afortunadamente para nuestra lucha, desde el 2011 se ha iniciado un nuevo ciclo en la movilización social pudiendo decir sin exagerar que estamos asistiendo a una explosión de las luchas por todos los rincones de nuestro país: ahí están las mareas, las luchas obreras, las marchas de la dignidad… Todas señalando el camino de la unidad en la lucha, en torno a un hartazgo ya insoportable y al deseo de empezar a construir otro modelo de sociedad. Y lo que es más importante, por primera vez en muchos años en buena parte de país se percibe que esto es posible, como han empezado a hacer nuestros vecinos de Grecia nada llegar al poder.

Por todo esto pienso que es necesario que desde los pueblos y ciudades, desde abajo, todas nuestras energías se centren en juntar fuerzas para organizar del mejor modo la movilización. Sin la menor duda esto debe concretarse en la unidad de las organizaciones que el movimiento obrero y asociativo ha sido capaz de establecer a lo largo de años por todo el territorio, y Morón no es una excepción. Ha llegado el momento, la verdadera oportunidad histórica, de que en base a la unión podamos disputar el poder a los de siempre y empezar a hacer una política distinta de verdad, y no me refiero a una mera mejor gestión de la miseria. Me refiero a una forma de hacer política basada en superar el marco actual del modelo de sociedad que da lugar a la corrupción, el paro, la miseria, los desahucios y todos los males (incluidas enfermedades mortales) a los que se nos está sometiendo al conjunto de la población que sólo tenemos nuestras manos y nuestra cabeza para mantenernos. Es evidente que esta superación-ruptura, sólo podemos articularla desde la movilización y la lucha en las calles, desde las huelgas contra los abusos, desde la defensa de lo que tanto costó a otra generación conquistar y desde el propósito de pasar a la ofensiva.

No podemos renunciar a aprovechar la fuerza e ilusión que está demostrando la calle. Seamos realistas, ¡es hora de juntar los caminos y hacer posible el cambio!. Hay que encontrar la forma.

Juan García López

Artículo original

https://lavozdemoron.es/moron/item/9227-a-ama-la-moci%C3%B3n-sobre-los-imputados-se-le-vuelve-en-contra-al-recordarle-que-lleva-en-sus-listas-a-un-corrupto-urban%C3%ADstico.html

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