Connect with us

Opinión

¿Debemos mantener nuestros principios?

Publicado

on

Opinión. Contra el relativismo moral. La célebre frase de Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros” refleja, en clave de humor, que los principios son (o más bien eran)  algo serio…

Opinión. Contra el relativismo moral. La célebre frase de Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros” refleja, en clave de humor, que los principios son (o más bien eran)  algo serio.

Hasta ahora señalar a alguien como “una persona sin principios” era insultarla gravemente. Era decirle que valía poco o nada, que no tenía criterio, que era una persona fácilmente manipulable  cuando no un  asqueroso oportunista.

El postmodernismo con su “pensamiento débil”  con su “relativismo moral” nos viene a decir que todo eso de los principios son zarandajas, algo vacuo, sin importancia. Lo importante es el “carpe diem”  como exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos ha brindado y a disfrutar los placeres de la vida dejando a un lado el futuro, que es incierto. 

Ese relativismo hedonista, que es la base del consumismo capitalista, diluye todos los principios, crea seres oportunistas para los que los valores no importan ni un pimiento.

Da lo mismo ser leal que traidor, depende de lo que me convenga en cada ocasión. Nada es mejor. Si en este momento me conviene ser leal, eso es lo mejor. E igualmente si me conviene ser traidor.

Por eso hoy hay tanta gente incoherente, inconsecuente. Estas gentes sin valores ni principios te escupen a la cara, a las primeras de cambio, que eso de los principios es algo muy viejo, obsoleto, que ya no se lleva. No es de extrañar, por tanto, que siempre estén a favor del ganador. No les gusta un pelo perder.

El éxito es el único criterio de verdad. ¿Les suena?

Lamento tener que coincidir con la Iglesia Católica, pero uno de mis principios es que la verdad es la verdad,  la diga Agamenón o su porquero. El relativismo moral es una filosofía que llevada a la práctica nos lleva a la destrucción del ser humano.

La coherencia, la dignidad, la lealtad, mantenernos en nuestros principios si no haya alguna razón muy poderosa para cambiarlos, deben seguir siendo reglas de obligado cumplimiento.

De lo contrario la vida se convierte en un galimatías y no hay manera de entenderse no ya con los enemigos pero ni siquiera con los amigos.

Diderot

Continuar leyendo
Publicidad