Connect with us

Morón

El drama de la familia de Adil: un niño diabético de Morón sin atención especializada en su colegio y excluido por su enfermedad

Publicado

on

Fátima Camas es la madre de Adil, un niño de Morón de 4 añitos que padece diabetes tipo 1, actualmente asintomática. Vive pegado a una bomba de insulina y en su centro escolar, el CEIP María Auxiliadora, por los recortes -dice la madre- carecen de servicios de atención 

Fátima Camas es la madre de Adil, un niño de Morón de 4 añitos que padece diabetes tipo 1, actualmente asintomática. Vive pegado a una bomba de insulina y en su centro escolar, el CEIP María Auxiliadora, por los recortes -dice la madre- carecen de servicios de atención y de unos docentes con formación acerca de la enfermedad. Esta falta de recursos tiene como principal consecuencia que el niño no  acaba con normalidad una jornada escolar. Siempre lo tiene que ir a recoger un familiar antes de que acabe el cole.

 

La madre del pequeño Adil nos explica que su hijo fue diagnosticado con diabetes tipo 1 a una edad muy temprana y a día de hoy él no es consciente de lo que padece, por tanto,  necesita un apoyo continuo las 24 horas del día, algo que no ocurre en horario escolar. La falta de recursos en el colegio, reconocida por profesionales médicos del mismo, hacen que la responsabilidad recaiga en una profesora con más de 20 niños “que no da abasto a estar pendiente de él al mismo tiempo que está de los otros pequeños de 4 años, algunos de ellos con otras alergias y otras patologías”, nos cuenta Fátima.

 

 

A esa falta de recursos se le suma, según la madre de Adil, que “nadie se ha dignado por querer saber cómo funciona (la bomba de insulina) para leer los mensajes que da de alerta, saber cómo introducir la cantidad de comida por si algún día yo no puedo asistir. Solo le miran el azúcar y le dan zumo, pero como con eso no basta,  acabamos recogiéndolo y yéndonos a casa  por el bienestar de él y del profesorado. No acaba su jornada escolar entera y como mucho está hasta la 13:00”.


 

Como ven la solución adoptada  es que la madre acuda al colegio para supervisar la salud de su hijo, lo que además de impedir que Adil tenga las mismas condiciones de escolarización que sus compañeros,  es una evidente dificultad para la conciliación de la vida familiar y laboral de su madre y familiares.

 

 

 

Imaginen por un momento el agobio que puede sentir una madre sabiendo que su niño puede tener en cualquier momento un descontrol en los niveles de azúcar, no sabiendo lo que le puede ocurrir o si la tardanza en la atención adecuada puede conllevar  a que su hijo se desmaye y tenga que medicarse, y todo porque el profesorado no sabe actuar adecuadamente y porque no hay personal de apoyo cualificado.

 

Si no fuera poco lo descrito, a todo esto hay que sumar que la familia siente que al niño lo excluyen cuando hay cualquier excursión o salida escolar : la madre ofrece alternativas e ideas de ir con una monitora cualificada, incluso de la asociación de diabéticos, pero desde el Centro, según Fátima,  todos son pegas y el niño se queda sin participar.

Esta madre coraje sólo pide difundir su situación para que esta situación se arregle y le asignen al colegio de su niño un apoyo en horario escolar que haga que Adil tenga una escolarización normal y no discriminada, como hasta ahora, por su enfermedad.

 

 

Hay que recordar que cada día en el mundo se diagnóstica diabetes tipo 1 a edades más tempranas.  Eso quiere decir que también te puede tocarte a ti o algún familiar o amigo cercano y acabe encontrándose como está ahora mismo Fátima y su hijo Adil.  

 

 

Continuar leyendo
Publicidad