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Morón

Especial Semana Santa 2018. El Segundo Mandamiento: “No te harás imagen…”

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Comenzamos la semana dando por terminada -por este año- esta sección dedicada al análisis de algunos pasajes de la Biblia. En esta ocasión trataremos brevemente la parte del Segundo Mandamiento…

Comenzamos la semana dando por terminada -por este año- esta sección dedicada al análisis de algunos pasajes de la Biblia. En esta ocasión trataremos brevemente la parte del Segundo Mandamiento  que hace referencia a la idolatría y que dice así:

 

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos.” (Exodo 20:4-6)

 

En esta prohibición están incluidos los ídolos, imágenes y muñecos de oro, plata, yeso, etc. que se encuentran en los templos católicos. Este mandamiento trata con la adoración de Dios a través de las imágenes. El texto dice: “No te inclinarás ante ellas, ni las honrarás”. Es importante señalar que este mandamiento no prohíbe el arte, la pintura o la escultura, sino que prohíbe el uso de imágenes religiosas en la adoración de Dios.

 

La idolatría y la ira de Dios:

 

Todas las personas que adoran ídolos o que respetan las imágenes religiosas en cualquier sentido son señaladas por Dios como los objetos especiales de su ira y su castigo. Dios dice en Exodo 5:20 que todos los idólatras le aborrecen y en Deut.7:9 Dios dice que dará el pago en su cara a quienes le aborrecen, destruyéndoles. Dice que no dilatará el castigo a quien odia, sino que en su cara le dará el castigo. Entonces, la idolatría es un pecado que despierta la ira de Dios en una forma especial.

 

Cuando Exodo 20 dice que visitará la maldad de la idolatría sobre ellos y sobre sus hijos hasta la tercera y cuarta generación, quiere decir que hay una maldición especial que viene sobre los idólatras en forma perpetua. Es decir que es una maldición generacional la cual se extiende tan lejos como los propios idólatras alcanzan a ver. Esto resulta en dejar a sus descendientes a sí mismos para que cometan la misma idolatría, el mismo pecado; lo cual produce una maldición interminable.

 

¡Con razón debemos entonces guardar la advertencia apostólica, “Hijitos, guardaos de los ídolos¡” (1 Jn.5:21).

 

Fuentes: Segundo libro de la Biblia “Éxodo”.

 

Extracto de  https://evangelio.blog/2008/11/24/el-segundo-mandamiento-no-te-hars-imagen/

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