Una joven de Morón cuenta los episodios de acoso, abuso sexual y violación sufridos desde su niñez

“Con 6-7 años el hombre que atendía un puesto de chuches nos hacía entrar y enseñarle las bragas a mis amiguitas y a mí”, así comienza un estremecedor escrito donde su autora repasa todas los abusos que ha sufrido desde su niñez…

“Con 6-7 años el hombre que atendía un puesto de chuches nos hacía entrar y enseñarle las bragas a mis amiguitas y a mí”, así comienza un estremecedor escrito donde su autora repasa todas los abusos que ha sufrido desde su niñez hasta la actualidad.

Cómo esta joven de Morón,  mujeres valientes y rebeldes de todas las edades, de todos los lugares, con formación académica e intelectual muy distinta, han comenzado en España a relatar experiencias en las que se han sentido agredidas o directamente violadas a lo largo de su vida. Sucesos que hasta hace poco seguían ocultos dentro de la memoria de sus víctimas y, por tanto, a ojos de la sociedad  nunca existieron ni importaron.  Todos estos casos demuestran que no hay un perfil de víctima, porque todas son víctimas en potencia por el hecho de ser mujeres.

Esta carta difundida en redes, que publicamos a continuación en su integridad, constituye un ejemplo más de la violencia machista a la que tienen que hacer frente día a día miles de mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, en un sistema patriarcal donde también hoy seguirán los mediocres, los medio hombres, las ratas, hablando de exageración y denuncias falsas, de ideología de género…

“Con 6-7 años el hombre que atendía un puesto de chuches nos hacía entrar y enseñarle las bragas a mis amiguitas y a mí para poder llevarnos las chuches que previamente habíamos comprado. A veces nos las regalaba como premio por ponerlo cachondo (El Barrio Santa Mª, Morón)

En primero de la ESO todos mis compañeros de clase me acorralaron en una esquina de la clase con una mesa de por medio y empezaron a meterme mano por todos sitios. El profesor presenciándolo. No hizo nada. Nos castigó a tod@s por igual. (IES Carrillo Salcedo, Morón)

Con 15 años comenzaba una relación con un chico de 3 años mayor que yo. "Me quería" y "por amor" no me dejaba quedar con otra persona que no fuera él. "Por amor" me amenazaba con suicidarse cuando salía con mis amigas. Hablar con otros chicos era de puta, pintarse los labios o ponerse falda era de buscona, estudiar era alejarme de él. "Por amor" me obligó a perder la virginidad, "por amor", me violó y "Por amor", sobreviví dos años de mi adolescencia en una cárcel sin rejas.

A mí también me acosaba un vecino. Con 16 años. Me sacaba 20 años. Me "invitaba" a ir a su casa a "follar" sin conocerme de nada, me seguía por la calle diciéndome cosas, estando en mi casa, me llamaba por el balcón. (El Rancho, Morón)

Con 18 años tuve otro novio, que también "me quería" pero fue capaz de pegarme y tirarme un cubata por encima, humillándome en medio de una discoteca, "porque me había visto bailar con un chico", encima, era falso.

Con 23 años, volviendo a casa sola, un hombre caminaba delante mía, él tiró por un camino y yo decidí tomar el otro por miedo. Se giró y se volvió viendo que tiraba por el otro camino. Me siguió hasta que, más adelante, cerca de mi casa (menos mal), nos encontramos a otro chico. (Morón)

Con 24 años, acompañaba a una amiga a trabajar, un chico se puso detrás nuestra en la parada del autobús a hacerse una paja mientras nos decía cosas. Acabó su maniobra. Las 7 a.m. Parada de autobús de San Bernardo (Sevilla).

Entrevista de Trabajo de 2017. "¿Estas casada? ¿Tienes novio? Porque los novios quitan mucho tiempo…"

Octubre de 2017,  mientras caminaba con unos amigos haciendo turismo por Londres, un hombre se acercó a mí y me cogió el culo como si fuera suyo.

Y un larguísimo etcétera.

No hay mujeres en el mundo que se salve de la violencia machista, expresada de un modo u otro ¡Basta ya!

Laura Luelmo podría haber sido yo. O tú, o mi amiga, o mi hermana, o mi madre. También es posible que seamos las siguientes. Nos están asesinando. Nos están violando y el Gobierno no mueve un dedo.

Contra el terrorismo machista: paralización de la economía.

¡Huelga general ya!”