Opinión
Opinión. Pablito y Santi se pelean
El pobrecito Santi se quedó el otro día sin palabras ante el contundente golpe que le propinó su “amigüito” Pablito….
_La fe y la amistad debieran ser valores eternos en los que cimentar la vida. Pero corren malos tiempos para tan altos propósitos.
El pobrecito Santi se quedó el otro día sin palabras ante el contundente golpe que le propinó su “amigüito” Pablito.
Noqueado, no pudo replicar. Se le hizo un nudo en la garganta, se le humedecieron los ojos y sólo pudo decir: ¡no me esperaba yo esto de ti!¡es muy duro lo que me estás diciendo!
Su “amigüito” lo había puesto como hoja de perejil: que era un desagradecido con el PP que le había estado dando de comer desde los 16 o 17 años, que era un peligroso extremista que quería llevar a España al desastre, que era tan malo con Perico Sánchez, que se había convertido en un “monosabio” de Pablito Iglesias, que se había hartado de soportar sus tonterías y sus insultos de los últimos dos años, que si esto que si lo otro…, y sobre todo (esto fue lo que peor le sentó) que no daba la talla.
Al lobito feroz fascistilla sólo se le ocurrió decirle que no sólo no le iba a contestar sino que no iba a reaccionar retirándole su confianza en Madrid, Andalucía y Murcia, porque lo importante es luchar contra el enemigo de España: la conjura judeo-masónica-socialcomunista.
Eso sí que es una lección de amistad y de fe.
Lo de la amistad está claro: Santi será siempre amigo de Pablito aunque reniegue de él. Lo de la fe también debe estar claro: Santi es cristiano de la rama católica-apostólica-romana y como tal no olvida la consigna de poner la otra mejilla.
Lo que no sé es cuanto aguantará. Porque aunque su fe lo lleve a ello, todo tiene su límite. Recibir ostias (así, sin hache), también.
Todo lleva a pensar que, más pronto que tarde, Santi se hartará de aguantar tortazos y devolverá a Pablito sus displicentes palabras: ¡hasta aquí hemos llegado!, le dirá.
Andalucía, Madrid y Murcia estarán entonces en la cuerda floja. Aunque es posible que los gobiernos de esas comunidades caigan antes por simple incompetencia es apasionant,e para los curiosos, seguir la evolución de éstos dos prendas y sus relaciones políticas y personales.
Diderot