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Opinión.La multitud (llamada en otro tiempo masa)

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Qué cosa fuera la masa sin bandera (de una canción de Silvio Rodríguez)….

Qué cosa fuera la masa sin bandera (de una canción de Silvio Rodríguez)

Me inicié, en mi juventud, en la política, en las filas de uno de los partidos comunistas que entonces existían, estimando el valor de las masas. Uno de los principios que más se repetía era que teníamos que “ligarnos con las masas” El ligamen de masas era una de las señas de identidad de un verdadero marxista. Creo que me hizo bien a nivel personal porque yo era entonces bastante más tímido y, sobre todo, intelectualmente, porque me ayudó a ser sencillo y respetar al pueblo trabajador del cual provenía pero del cual podría haberme apartado (desclasamiento se le llamaba) como tantas personas que tuvieron oportunidad de estudiar.

Con el paso del tiempo leí el ensayo de Ortega y Gasset denominado “La rebelión de las masas” y tuve ocasión de darme cuenta del elitismo aristocrático y del temor a las masas de Ortega propio de su condición burguesa (eso sí, de la burguesía exquisita).

En los últimos años he tenido tiempo de conocer las ideas de Negri y Hard sobre la multitud (más o menos lo que llamábamos antes masa) Ambos teóricos dicen que ya no tienen sentido los partidos políticos clásicos porque el sujeto histórico (grupo humano que tiene que hacer la revolución) ya no es la clase obrera. El sujeto es ahora la multitud, la masa.

No estoy en absoluto de acuerdo. Estoy casi completamente con Atilio Borón y otros sociólogos latinoamericanos que combaten las ideas de Negri y Hard (que además de lo que acabo de decir, pretenden, entre otras cosas,  que ya no existe el imperialismo y que no se necesita tomar el poder para transformar revolucionariamente la realidad)

Y no estoy de acuerdo fundamentalmente porque, como dice Silvio Rodríguez, la masa sin bandera, la multitud sin programa político de transformación, jamás va a cambiar nada en sentido progresista.

Por el contrario, como ya demostró el nazismo y el fascismo en su día, las masas son tan manipulables como las personas a título individual.

Por ello es determinante saber qué bandera enarbolan.

Para oponerse a ellas si enarbolan la bandera del racismo, la xenofobia, el adoctrinamiento y la violencia irracionales, la discriminación sexual, el nacionalismo chovinista…

Hay que tener en cuenta que multitudes importantes han salido a la calle en contra del aborto, en contra del matrimonio homosexual, contra los extranjeros,… en muchos países de Europa. Estas masas tienen una bandera aunque sea reaccionaria. Estamos en contra de esas multitudes porque defiende contravalores como la intolerancia, el fanatismo, el odio al distinto, el dogmatismo…

Pero tampoco podemos estar a favor de las multitudes que no saben a dónde van. Tampoco podemos defender a las masas sin bandera porque, en el mejor de los casos, se quedarán en el activismo inútil.

Conclusión: bienvenida la rebelión de las masas, pese a Ortega. Pero el futuro está en que las masas enarbolen banderas de igualdad y justicia, se hagan con el poder político, social y económico y establezcan, democráticamente(o sea por la voluntad de la mayoría), el socialismo.

 

 

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