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Morón

La hermana de un vecino de Morón, al que han amputado ambos pies, pide auxilio a la administración

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"Sin ayuda ninguna metido en una cama, necesitando unos cuidados que yo, por mucho que quiera ayudar no puedo darle, necesita a alguien más, necesita un lugar donde esté mejor atendido, sobre todo al principio que está con las heridas”, reclama su hermana.

_La vida del moronense Miguel M.A. cambió radicalmente hace tres meses. A sus 51 años una enfermedad vascular ha acabado con la amputación de sus dos pies y, por ahora, mientras las heridas –no solo las físicas- van curando, vive empotrado a una cama de su piso en el Polígono El Rancho –un primeo con dos escalares- dependiendo al 100% de la asistencia de su hermana Rosario, que además sufre otro tipo de enfermedades que le hacen casi imposible atenderlo como requeriría.

 

 

Mientras que se tramita la aprobación de la prestación por incapacidad que le corresponda, su hermana, como no le puede dar la atención que necesita, ha pedido ayuda a los Servicios Sociales y al Ayuntamiento para que Miguel, al menos, pueda ser ingresado en una residencia durante el tiempo que dure la curación de las graves heridas.

 

 “Los servicios sociales dicen que busque una residencia de pago y no se lo puede permitir, y que la ayuda a domicilio tarda más de un año”, nos comenta Rosario. En cuanto al Ayuntamiento: “Ignacio Cala nos dio la opción de la residencia de San Francisco pero desde la misma me dicen que no puede ser, que no admiten a personas con esa edad aunque hable con el Alcalde y que además, supuestamente,  no tienen camas”.

 

 

Con esta situación tan complicada la hermana de Miguel refleja la impotencia y la desesperación que le produce ver a un hombre de 51 años “sin ayuda ninguna metido en una cama, necesitando unos cuidados que yo, por mucho que quiera ayudar no puedo darle, necesita a alguien más, necesita un lugar donde esté mejor atendido, sobre todo al principio que está con las heridas”.

 

“¿Si este hombre no tuviera la ayuda familiar, que incluso no es suficiente, que ocurriría?, ¿lo dejamos solo en la cama sin pies y con las heridas?. Nos tienen que ayudar, los asuntos sociales están supuestamente para eso, no vale decir ahora no puedo, porque ahora más que nunca es cuando lo necesita”, nos dice.

 

Asimismo Rosario reclama otra asistencia que tampoco está recibiendo Miguel: ayuda psicológica para afrontar este cambio tan radical en su vida.

 

 

 

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