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Morón

Niegan a las hijas de una trabajadora del campo de Morón el derecho a comedor escolar

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Morón. A Isabel, una joven jornalera de Morón, le niegan el servicio de comedor escolar para dos de sus hijas matriculadas en el CEIP María Auxiliadora. Conoceremos con sus propias palabras su historia y cómo la Delegación de Educación, encarnada en la figura de Paco Galván…

Morón. A Isabel, una joven jornalera de Morón, le niegan el servicio de comedor escolar para dos de  hijas matriculadas en el CEIP María Auxiliadora. Conoceremos con sus propias palabras su historia y cómo la Delegación de Educación, encarnada en la figura de Paco Galván -Jefe de Servicio de Planificación y Escolarización-,  se niega a solucionar una situación que está llevando a la desesperación a esta temporera.

Isabel nos cuenta su historia echando la vista un año atrás: “mis hijas siempre han entrado en el comedor, pero ahora con los recortes, desde el año pasado ya tuve problemas porque me las dejaron fuera del comedor ya que hasta que no tuviera un contrato de trabajo no me entraba, y como en el campo trabajamos por temporada… cuando echamos la solicitud del comedor no estaba trabajando”.

El año pasado le dijeron que en septiembre cuando empezara el verdeo las niñas entrarían. “Efectivamente llevé el contrato, Marina Segura-que estaba en ese momento en el Parlamento como diputada- me ayudó hablando con Paco Galván ya que por ley los temporeros tenemos derecho a plaza en el comedor”, nos comenta Isabel que no entiende porque el año pasado si sirvió su contrato de temporera para que sus hijas entraran a principio de curso en el comedor y este año no.

Indignada nos dice que “este año no, la ley pese a ser la misma, Paco Galván dice que hay que interpretarla de otra manera, ya la ley no me acoge a mi como temporera, porque según él, para ser temporera tengo que desplazarme de mi pueblo a otro pueblo. Ya no sirve  estar trabajando en el campo. Les he llevado los papeles que demuestran que estoy dada de alta pero no sirven”.

Según nos señala esta vecina la directora del CEIP María Auxiliadora  ha hablado con Galván  pero se niega totalmente a abrir las plazas de comedor. Isabel también ha estado hablando con el alcalde muchas veces, tanto por mensajes como por teléfono, pero nunca le ha explicado que tipo de conversaciones tiene  con Paco ni a lo que han llegado es sus conversaciones. Tampoco  le da ninguna solución.  Se queja que a ella la única que le informa es la Directora de centro. Le dice que no hay manera de solucionar el problema.

“En el campo es muy difícil encontrar trabajo, cuando lo tengo he de aprovecharlo porque además necesito mis peonadas para echar mi paro.   Tengo cuatro hijas  que no tengo quién me las recoja ni les  de comer porque mi madre, pese a que lo está haciendo ahora,  no puede hacerlo porque tiene una invalidez y está enferma”, añade esta madre desesperada que advierte que va a luchar con todo por esas plazas de comedor.

Además de Isabel, según nos cuenta, hay unas 80 madres en su misma situación.  Aclara que, si bien  ella va a luchar por las plazas de sus hijas,  al mismo tiempo quiere que esta noticia sirva para dar a conocer esta situación, que se sepa lo que están haciendo con los recortes y que la gente exija y luche sus derechos.

Le preguntamos  si cuenta con el apoyo del AMPA del colegio o de padres del mismo.  Nos responde  que tiene el apoyo de una compañera que está en su misma situación. Esta compañera  tuvo una reunión con el AMPA y se les mostró el apoyo de la Asociación de Padre y Madres del centro,  así como de la directora del centro, que ha intentado por todos los medios que se abriera esas plazas.

Como en el comedor hay sitio,  se ha llegado a proponer  desde el AMPA una solución:  que las madres con este problema puedan pagar  un dinero y que puedan utilizar el comedor para sus hijos,  pero según las noticias que le han llegado a Isabel, el alcalde  se ha negado a esto, aduciendo que  esta decisión  tiene que tomarla  Delegación y Paco Galván tiene que ser quién de ese permiso.

Isabel, esta joven jornalera con 4 hijas,  no se rendirá y  seguirá luchando por lo que es de justicia. No pide nada del otro mundo.  Sólo una plaza de comedor para sus hijas. Ella no puede recogerlas y darles de comer, está  trabajando en el campo,  ganándose la vida con el sudor de su frente. ¿Es tanto pedir?

 

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