Connect with us

Opinión

España debe construir una política de defensa soberana, seria e independiente fuera de la OTAN

Sánchez, con su retórica ambigua, trata de mantener un equilibrio imposible: permanecer en la OTAN sin cumplir con los compromisos adoptados.

Publicado

on

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es humoso-12062023-alargado-.jpg

Por Joaquín Castro en nuevarevolucion.es | 23/06/2025

El discurso oficial del Gobierno de Pedro Sánchez intenta vender como una supuesta «victoria» el rechazo a comprometer el 5% del gasto público español en la OTAN, en línea con las exigencias de la alianza atlántica. Sin embargo, este relato no solo es engañoso, sino que oculta una verdad incómoda: España sigue atrapada en una relación de subordinación a los intereses de Estados Unidos y la OTAN, una alianza que compromete la soberanía nacional y expone al país a riesgos innecesarios. Es hora de desmontar esta narrativa y reclamar una política de defensa verdaderamente independiente, seria y alineada con las necesidades reales de España.

El mito de la «victoria» de Sánchez

El Gobierno español ha presentado su negativa a alcanzar el 5% del gasto en la OTAN como un gesto de autonomía frente a las presiones externas. Sin embargo, esta postura no supone ninguna ruptura real con la alianza ni cuestiona el marco de sumisión en el que España opera desde su ingreso en la OTAN en 1982. El gasto militar español, que ya supera los 13.000 millones de euros anuales (alrededor del 1,2% del PIB), sigue destinándose en gran medida a cumplir compromisos con la OTAN, incluyendo la modernización de armamento y la participación en misiones internacionales que poco o nada tienen que ver con los intereses nacionales.

Lejos de ser una «victoria», la postura de Sánchez es una maniobra cosmética para apaciguar a sectores críticos dentro de su base electoral, mientras mantiene intacta la lealtad a la alianza atlántica. España continúa albergando bases militares estadounidenses en Rota y Morón, participa en ejercicios conjuntos de la OTAN y se pliega a las estrategias geopolíticas dictadas desde Washington y Bruselas. Esta supuesta «rebeldía» no cambia el hecho de que el país permanece atrapado en una estructura que prioriza los intereses de potencias extranjeras sobre los propios.

La OTAN: Una alianza agresiva, no defensiva

El relato oficial sostiene que la permanencia en la OTAN garantiza la seguridad de España. Sin embargo, esta afirmación hace aguas por todos lados. La OTAN no es una alianza defensiva, como se nos ha querido hacer creer, sino una herramienta de proyección de poder que ha intervenido militarmente en países soberanos como Yugoslavia, Libia, Irak o Afganistán, dejando tras de sí caos, inestabilidad y sufrimiento. Estas intervenciones no han respondido a amenazas directas contra los miembros de la alianza, sino a los intereses estratégicos de Estados Unidos y sus aliados.

Lejos de proteger a España, la pertenencia a la OTAN convierte al país en un potencial objetivo militar en caso de escalada o represalia. La presencia de bases estadounidenses en territorio español, como Rota y Morón, sitúa a España en la primera línea de cualquier conflicto global que involucre a Washington. En un escenario de confrontación con potencias como Rusia o China, estas instalaciones serían blancos prioritarios, poniendo en riesgo a la población española sin que el país haya tenido voz ni voto en las decisiones que llevaron a esa situación.

La necesidad de una defensa soberana

España no puede seguir subordinando su seguridad a los dictados de una alianza que no responde a sus intereses. Es imprescindible adoptar una política de defensa soberana, seria e independiente, basada en las necesidades reales del país. Esto implica, en primer lugar, la salida inmediata de la OTAN y la expulsión de las tropas estadounidenses del territorio nacional. Las bases de Rota y Morón deben pasar a estar bajo control exclusivo de España, reorientando sus funciones hacia la defensa del territorio y no hacia la proyección de poder extranjero.

Una defensa soberana debe priorizar la protección de las fronteras, la ciberseguridad, la preparación ante desastres naturales y la lucha contra amenazas reales como el terrorismo o el crimen organizado. Los recursos actualmente destinados a cumplir con los compromisos de la OTAN podrían redirigirse a fortalecer las capacidades nacionales, modernizando las Fuerzas Armadas sin depender de armamento estadounidense o de estándares impuestos desde el exterior.

Además, España debería apostar por una política exterior no alineada, basada en la cooperación con otros países en igualdad de condiciones, en lugar de someterse a los intereses de una superpotencia. La neutralidad es un modelo viable que permitiría a España contribuir a la paz global sin convertirse en peón de estrategias ajenas.

Un país soberano es posible

Permanecer en la OTAN no solo es injustificable desde el punto de vista estratégico, sino que contradice el principio básico de soberanía nacional. España no puede seguir siendo un actor secundario en un tablero controlado por Washington. La supuesta «victoria» de Pedro Sánchez no es más que un espejismo que perpetúa la dependencia y el sometimiento.

Es hora de construir un país soberano, con una defensa que responda a los intereses de su pueblo y no a los de potencias extranjeras. La salida de la OTAN, la expulsión de las tropas estadounidenses y la adopción de una política de defensa independiente son pasos imprescindibles para recuperar la dignidad y la autonomía de España. El futuro de la seguridad nacional no pasa por la sumisión, sino por la valentía de trazar un camino propio.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es ANUNCIO_optica-calle-nueva_INTERIOR-1-1024x224.gif

Publicidad