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Morón

Rincones de nuestro pueblo.El Castillo.

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Considerado el vestigio arquitectónico más antiguo que tenemos en nuestro municipio, data…

Considerado el vestigio arquitectónico más antiguo que tenemos en nuestro municipio, data del siglo XI su origen,  cuando en Morón tras el desmembramiento del Califato de Córdoba, se convierte en reino de Taifa, aunque tras más de un estudio acerca de su origen más remoto, se cree que en el cerro donde sigue ubicado el Castillo de Morón, hubo primeramente asentamientos tartesicos e incluso civilizaciones anteriores.

Construido casi en su totalidad en mampostería tapial y cantería, el Castillo fue conquistado por MelendoRodriguezGallinato el día 22 de julio de 1240, para los cristianos del rey Fernando III El Santo.

A la muerte de Fernando III, su hijo, Alfonso X el Sabio, entrega el Castillo de Morón y el de Cote, en Montellano, a la ciudad de Sevilla mediante un documento de cesión llamado “El Privilegio del sello de oro”, firmado en 1253.

La fortaleza fue pasando como valiosa posesión por todos y cada uno de los descendientes de su dueño anterior, pasando de Alfonso X, a manos de su hijo Sancho IV el Bravo y de éste al primer Conde de Ureña, Alonso Téllez Girón.

Los condes de Ureña hacen de la fortaleza su residencia habitual y realizan importantísimas obras de construcción en él.

Según recogen las crónicas, el Castillo tenía “bellísimas puertas de castaño con quicios dorados, aljibes con gran capacidad de almacenamiento de agua potable y mármoles bellísimos en todos sus aposentos… dicen también que la Iglesia de la Magdalena estaba en el medio del llano de la fortaleza y los condes la entraron en palacio convirtiéndola en capilla y ubicándola en una de sus lujosas salas.”

Pero en 1650, la suerte del lujoso y magnifico Castillo cambiaría en cuanto cayó en manos del IV Duque de Osuna y éste traslada su residencia a nuestra localidad vecina de Osuna, desmantelando algunas estancias del Castillo de Morón y dejándolo solo y abandonado, blanco fácil para saqueos y  actos de vandalismo, contribuyendo a su deterioro y destrucción incipiente.

El Castillo se encontraría en esta situación de abandono desde la mitad del sXVII y todo el sXVIII, hasta que en marzo de 1810, el batallón del Regimiento de Infantería Francesa nº 40, al mando del Mariscal EdouardMortier, se asentaría en nuestra fortaleza usándola de polvorín y cuartel general.

Durante los dos años en los que ocuparon la fortaleza, los franceses fortificaron ciertas zonas del Castillo, en beneficio de éste, pero ante el declive del dominio napoleónico, los gavachosreciben un día la orden del Mariscal Nicolás Soult de abandonar la ciudad pero antes cumplen con la orden recibida y dinamizando el Castillo causando un enorme daño arquitectónico. Entre los destrozos quedan destruidas cinco torres y otras tantas zonas de la fortaleza. Como colofón, tras el tremendo daño que los franceses causaron al Castillo,  las Cortes de Cádiz ordenan  volar las zonas que habían quedado dañadas por las voladuras francesas para evitar derrumbamientos y posibles daños a la población que vivía en el Castillo.

En definitiva, un compendio de acciones perjudiciales y nocivas en su mayoría, entre actos ejecutados por la mano del hombre y  varios  terremotos ocurridos, nuestro Castillo es en nuestros días tan solo sombra de lo que fue en su época más esplendorosa.

En el año 1975, el Castillo fue declarado Monumento Histórico Artístico y tiene la categoría de Bien de Interés Cultural como monumento.

En nuestros días, su triste figura aún permanece en su alto enclave, dando la bienvenida a todos los visitantes que entran al municipio por la Alameda, aguantando malherido, los embistes del despiadado e inclemente paso del tiempo y el abandono de la mano del hombre, reminiscencia derruida de un tiempo lleno de esplendor…sombra alargada de un tiempo mejor.

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