Morón
Coronavirus: Cinco vecinos de Morón llevan atrapados en Irlanda desde marzo
Adrián, Roberto, David y Daniel viven una situación límite, se les acaba el tiempo y piden que su situación se conozca para que llegue a oídos de quién tenga que llegar para que el Gobierno Español les preste el necesario auxilio y puedan volver a casa.
En total, cinco vecinos de Morón de la Frontera, Adrián Toro Martínez, Roberto Rubiales Morales, David Barea Gallardo, Daniel González Domínguez y otra moronera (que prefiere mantenerse en el anonimato), que por necesidad de trabajo o de formación optaron por vivir temporalmente en Irlanda, están en estos momentos atrapados en Dublín, la capital de este país comunitario. Cuatro de ellos están sin trabajo por la crisis sanitaria, casi sin ingresos y con la amenaza inminente a ser desalojados de la vivienda que comparten, se han organizado con otros 300 españoles que intentan volver a España, pero ni aun así lo han conseguido y llevan atrapados en el país en unas condiciones límite.
Y es que debido a la crisis del Covid-19 Adrián, Roberto, David y Daniel, con edades comprendidas entre 23 y 26 años, perdieron el trabajo hace poco más de un mes, tiempo desde el cual se encuentran en el paro, confinados en una vivienda cuyo contrato cumple el próximo 15 de mayo, y sin contar con posibilidad de ampliarlo. Los precios del alquiler de una habitación en Dublín oscilan entre los 600 y 700 euros y ellos están cobrando actualmente una prestación del gobierno irlandés que ronda los 350 euros, pero es que además, a la dificultad que entrañaría encontrar una nueva vivienda, se añadiría la de hacer frente a unos 1.400 euros – por cabeza-, que es lo que piden por esos lares en concepto de fianza.
En esta situación límite, estos jóvenes moronenses contactaron con más españoles que están en su misma situación. La sorpresa vino dada al conocer que más de 300 personas se encuentran atrapadas en Irlanda sin poder volver a casa.
Organizados en un mismo grupo, estos 300 emigrantes españoles han intentado cerrar un vuelo de repatriación con la Embajada de España, que aún no ha llegado a buen puerto. Desde la Embajada se les habría asegurado que no pueden organizar un vuelo directo a España. Según nos hacen saber estos moronenses, la única solución que les dieron fue un vuelo Dublín-Londres-Madrid, pero sin asegurarles el vuelo Londres-Madrid. Imagínense lo que podría ser para estas personas quedarse tirados en Londres con todas sus pertenencias. Sería salir de Guatemala para entrar en Guatepeor.
Así las cosas, ante una solución que no agradaba a nadie, este grupo de españoles consiguió contactar con varias aerolíneas españolas que intentaron darles una solución sin mediación alguna del Estado. Pero este nuevo vuelo (de un coste elevado), que se encuentra en estos momentos en vía de negociación, tampoco asegura a estos moronenses poder salir de Madrid una vez arriben a la capital de España. A día de hoy, la única opción realista que contemplan es un vuelo a Lisboa, y desde allí, trasladarse en autobuses hasta el sur de España, pero sin seguridad ni certeza alguna de que todo esto vaya a salir bien.
A Adrián, Roberto, David y Daniel se les acaba el tiempo, el contrato de alquiler a punto de finalizar, sin trabajo y con unos ingresos que les da poco menos que para sobrevivir, viven una situación límite. Por eso piden que su situación se conozca en todo el territorio nacional y llegue a oídos de quién tenga que llegar para que el Gobierno Español les preste el necesario auxilio, para que pronto, junto a los más de 300 compatriotas en parecida situación, puedan volver a casa.
El caso de la otra vecina de Morón, que no vive con los otros cuatro jóvenes, es algo bastante distinto dado que ella no ha perdido su trabajo y la esperan en su puesto una vez se resuelva la crisis sanitaria. Eso sí, al igual que los otros moronenses, esta joven intenta también llegar a España por todos los medios pero no para quedarse en nuestro país. Ella pretende visitar a su familia y en cuanto se levanten las restricciones sanitarias volverá a su trabajo en Irlanda.