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Morón

CULTURA. Conferencia sobre A.Machado y M.Valiente, por Jacques Issorel. (Sexta y última Parte)

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A partir de aquel momento MV deja de ser la víctima pasiva del exilio para lanzarse, llevado por un impulso vital, a una producción artística y no solo artística…

Conferencia de Jacques Issorel  “Antonio Machado y Manolo Valiente: dos destinos paralelos”

Morón de la Frontera – 1 de marzo de 2018 SEXTA, Y ÚLTIMA, PARTE 

 

A partir de aquel momento MV deja de ser la víctima pasiva del exilio para lanzarse, llevado por un impulso vital, a una producción artística y no solo artística, pues con otros compañeros montan un pequeño taller donde fabrican objetos de metal o de madera que se venden en el exterior del campo. Monta también un taller de fabricación de juguetes para los niños internos en el campo. Son los cuáqueros (sociedad religiosa disidente del protestantismo) los que suministran la materia prima. MV se dedica a la escultura utilizando troncos de árboles encallados en la playa o traídos por el Aiguat. Aprovecha trozos de madera, sobrantes de los talleres para hacer grabados en madera, eligiendo como tema la vida en el campo y también enseña su arte en el llamado «Centro de Educación y Trabajo» que contribuye a crear.

En noviembre de aquel mismo año 1941, las autoridades de Vichy (régimen autoritario y totalitario, bajo el mando del mariscal Petain desde el 16 junio de 1940, tras la derrota frente a los ejércitos alemanes) cierran el campo de Argelès y trasladan a MV y a otros reclusos al campo del Barcarès, donde estuvo anteriormente en mayo del 39. Allí sigue esculpiendo y la rueda de la Fortuna, que hasta ahora solo le había traído mala suerte da un giro favorable para él. Desde la llegada al poder del mariscal Petain, las autoridades internaban a individuos cuyas ideas o militancia política era sospechosa, entre otros en el campo del Barcarés. Allí MV entabla amistad con un peletero perpiñanés de origen chileno: José Medina, a quien se acusa de ser comunista. Medina es aficionado al arte, admira las obras de Manolo y le promete, organizar una exposición de sus obras, cuando salga del campo. Medina sale y cumple su promesa. MV obtiene un salvoconducto para salir del campo y se encuentra en una calle de Perpiñán con Henri Frère, profesor de español en el instituto de Perpiñán. Frère y él se conocieron en Madrid en los años 30 y compartieron la misma pensión.

Frère hace una gestión en la administración y consigue que liberen a su amigo MV.

Sale el 9 de julio de 1942, tras 41 meses de internamiento en campos y hospitales.

Empieza entonces para él una segunda vida. Los principios son difíciles en una Francia del sur ocupada por los alemanes a partir del 11 de noviembre 1942. MV sobrevive fabricando pequeños marcos de madera grabados para fotos y pequeños objetos de ebanistería. Algún tiempo después trabaja en el taller de un ebanista perpiñanés, Armand Erra, y consigue integrarse en el mundillo artístico de Perpiñán.

 

 

En febrero del 45 asiste al homenaje a AM en el Teatro Municipal de Perpiñán. Es el preludio de su acción al servicio de la memoria del autor de Campos de Castilla. Consigue vivir de su creación artística: escultura, pintura y prepara una edición de los poemas que escribió durante los años pasados en los campos. Es una edición a cuenta de autor y tardará diez años en pagar la deuda que contrae para pagar la impresión. Elige el seudónimo elocuente de «Juan de Pena» (Juan simboliza al pueblo español) y el título es muy sugestivo también: Arena y viento. No escatima en cuanto a la calidad de la impresión e incluye entre las páginas grabados suyos hechos en los campos. La tirada es de 270 ej. La fecha de publicación es simbólica: 1 de febrero de 1949, décimo aniversario de la apertura de la frontera a los republicanos españoles. Se harán otras dos ediciones en 1973 y 1986. Otro libro suyo, Un rojillo en el sur de Francia, seguido de Arena y viento. Segundo libro, se publicará póstumamente, en 2009, setenta aniversario del éxodo, la Retirada.

 

 

Estos libros, estos poemas fueron escritos por un hombre herido en la carne y el alma, un andaluz que soñaba con una tierra natal que nunca volvió a ver. Nos aportan, a los setenta años de las terribles pruebas sufridas por los republicanos españoles exiliados y encerrados en los campos, un testimonio doble: el de un hombre que supo mantenerse firme en el infortunio, y el de un poeta, un artista que elevó a un plano estético la triste realidad que contemplaban sus ojos. Muchos perpiñaneses todavía tienen presente la silueta de hidalgo de Manolo, su rostro afilado que le hacía parecerse al Caballero de la Triste Figura, cuyo retrato tantas veces dibujó, y sobre todo recuerdan el entusiasmo que ponía en cada una de sus empresas, especialmente en la Fundación Antonio Machado de Collioure de la que fue cofundador en 1977 y hasta su muerte, el 3 de junio de 1991, el activo secretario general. Fue entonces cuando las dos líneas de los destinos de AM y MV dejaron de ser paralelas. Se reunieron para siempre en esta Fundación, que perpetúa el recuerdo de AM y conmemora cada año en febrero la muerte del poeta en el puertecito catalán. El buzón, en el que los visitantes depositan cartas, mensajes al poeta, fue iniciativa de Manolo Valiente. Simboliza para la eternidad la reunión de los admirables destinos de dos grandes andaluces.

 

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