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Morón

Violencia de género económica: maltratador de Morón ‘asfixia’ a su expareja a través del impago de la pensión de su hijo y haciéndole la vida imposible

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Una vecina de Morón, en proceso de divorcio y con dos menores a su cargo – uno de ellos no reconocido por el que todavía es su marido-,  hace frente a continuos cortes de luz y agua propiciados por su expareja…

Una vecina de Morón, en proceso de divorcio y con dos menores a su cargo – uno de ellos no reconocido por el que todavía es su marido-,  hace frente a continuos cortes de luz y agua propiciados por su expareja,  y nos cuenta, en primera persona su tortuoso proceso de separación: 

 

 

"Todo comienza a finales de marzo de 2017, mi marido decide que necesita espacio, se va de casa, eso sí, solo para dormir. Yo le sigo lavando ropa, poniendo comida, él sólo necesita espacio para dormir.

 

En Abril viendo que esta situación no tiene pinta de terminar solicito la separación, él se niega. Sigue convencido de que sólo necesita tiempo y espacio. Pero en Mayo me entero de que estoy embarazada de tres meses, al principio no reacciona bien, después parece que asume que va ser padre de nuevo, pues ambos somos divorciados y ambos tenemos hijos de nuestros anteriores matrimonios, pero cuando el bebé nace no quiere darle sus apellidos, se niega a reconocerlo, al ir al juzgado a inscribir a mi hijo. Al preguntar por el padre cuento lo que sucede y en el juzgado lo llaman hasta en tres ocasiones. Al principio se niega a ir, pero al final a la tercera va y cuenta una historia de ciencia ficción sobre la fecha en la que se va de casa y los motivos que le llevan a irse de casa.

 

Soy citada ante una jueza para explicar mi versión y ante las versiones dadas y con las pruebas que dispone la jueza decide otorgarle los apellidos al niño. Decisión que él recurre y de la que todavía espero juicio.

 

Mi separación no es oficial, ya que hasta que no se solucione el dilema del niño no podemos hacer la separación, lo que conlleva otros problemas.

 

De mi anterior matrimonio quedó una hipoteca a nombre de los dos, y de esto se vale, llamémosle “Adrián”, de excusa para poner todo a su nombre: lla casa, la luz, el agua, los coches, todo. Él dice que es un seguro por si mi ex no pagase la hipoteca, para que no tuviésemos problemas nosotros. A mí me parece bien, tenemos cuentas separadas y a su cuenta van todos los recibos ya que yo trabajo por temporadas, como camarera o donde me vaya saliendo, y él está fijo.

 

Un día de Abril, recibo una denuncia por haber extraído las llaves del coche de mi marido, coche que el cuando se va deja  en casa, con sus llaves incluidas, ya que es mi coche y el seguro lo pago yo y yo soy la tomadora. Decide denunciar al parecer por verme pasear con mi actual pareja con el coche, declaré ante la jueza, que me mira incrédula, ha pasado un año desde la separación y no entiende que motiva este impulso de denunciar un robo tras un año.

 

Un día en Junio de este año, al levantarme no tengo agua, llamo a Aqualia que me informa que se ha procedido al corte por impago de 4 recibos, al no estar a mi nombre y los recibos estar domiciliados en su cuenta yo le ingresaba el importe de las facturas, excepto las dos últimas ya que  me quedo parada y no pudo seguir pagando. Me aconseja mi abogada que no las pague, que él reclama que todo es suyo pues que sea él quien pague. Pago los recibos atrasados, de nuevo pago, y me vuelven a dar de alta el agua. Pongo una denuncia, siguiendo el consejo de mi abogada, soy citada ante la jueza y sigo esperando el dictamen. Además como medida los recibos del agua los pago en mano para que él no vuelva a devolver recibos.

 

 

En septiembre pasa lo mismo con la luz, me la cortan. Procedo de la misma manera: pago recibos atrasados, pero esta vez no puedo cambiar la forma de pago  ni el domicilio, ya que la compañía de la luz si no eres titular no puedes hacer nada. De nuevo pongo una denuncia, ya que en mi casa hay dos menores y a él parece importarles poco.

 

Y así me encuentro atrapada, él tiene el mango por la sartén, no se conforma con no dar ni un duro por el niño, sino que retrasa lo inevitable la separación y la aceptación de que ese niño es su hijo. Un año va hacer mi hijo y un año de batalla en batalla.

 

Cuento mi historia por desesperación, los últimos actos de él, que es a día de hoy mi marido, son deleznables: hacer que me corten el agua y la luz con dos menores en la casa es de ser una mala persona, es de tener más sed de venganza que de corazón.

 

Yo sólo busco justicia para mi hijo, y la separación, él ha rehecho su vida con una nueva mujer, yo he rehecho la mía. Poner punto y final a esta situación."

 

Una vecina de Morón

 

 

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