Morón
Las bases de Rota y Morón, a debate en Andalucía tras la deriva de Trump





Un artículo de Publico.es
El movimiento pacifista y antimilitarista que se opone desde hace décadas a la presencia estadounidense reclama transparencia y democratizar las políticas de Defensa.
La deriva unilateral en política exterior y asuntos de seguridad del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, y la respuesta de la UE en forma de incipiente desarrollo de un modelo de defensa propio, lo que conllevaría un aumento del gasto militar, ha traído de nuevo al debate el papel de las bases militares de EEUU en Morón, en Sevilla, y Rota, en Cádiz, cuestionadas por los movimientos pacifistas y antimilitaristas desde hace décadas.
El ministerio de Defensa, que dirige la ministra Margarita Robles, a preguntas de Público, indicó que nada ha cambiado en este momento al respecto de las bases: «Todo está como hasta ahora». Es decir, siguen siendo enclaves estratégicos para EEUU. Las bases se implantaron en 1953, en pleno franquismo, y ahora se regulan mediante un convenio de 1988, de la era Reagan, que se renueva automáticamente año tras año si ninguno de los dos países lo impugna.
«Ese convenio debería pasar por el Parlamento. Se hace de una forma poco pública«, considera Juan José Ruiz, portavoz de las manifestaciones contra la base de Morón. «Hay una cuestión de fondo: la necesidad de democratizar las políticas de seguridad y defensa. La directiva de defensa nacional es competencia exclusiva del presidente del Gobierno», abunda el exeurodiputado de IU Willy Meyer, viejo rockero contra las bases.
«Se dieron pasos [en esta dirección] a raíz de la guerra de Irak: conseguimos que cualquier autorización para un despliegue en otro territorio tenía que tener la autorización previa del Congreso de los Diputados», agrega. Sin embargo, faltan cosas aún. «La propuesta del presidente del Gobierno de elevar el presupuesto al 2% del PIB debe ser aprobada en las Cortes Generales. Este es un asunto que debiera ser tratado allí. Estoy totalmente en contra de que el presidente del Gobierno se arrogue competencias del legislativo«, agrega Meyer.
A pesar de todo este magma, los movimientos de Trump y este auge militarista en Europa no han cambiado de momento el paso al respecto de las bases. «Lo que estamos viendo con Trump es que entran más ganas de cuestionar las bases en el territorio«, afirma a Público Jacobo Vega, miembro de la plataforma andaluza contra las bases militares, la organización que ha convocado las marchas en Morón contra la base estos años atrás.
«Ahora [con Trump] se debe de entender con más facilidad [la oposición a las bases]: son enclaves estratégicos para el despliegue militar. Son bases de dominio político y estratégico«, afirma Meyer.
Puntas de lanza
La base de Morón, según expone el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), que depende de Defensa, en un trabajo de 2022, ya con Robles como ministra, titulado Geopolítica de las bases militares, «alberga la punta de lanza de la defensa aérea y patrulla marítima del frente sur peninsular» y «ha sido utilizada por el Pentágono en todas las contingencias en las que ha participado desde la Guerra Fría». También «ha sido elegida como base permanente de una fuerza de reacción rápida para crisis en África«.
«Debido a su ubicación a medio camino entre América y Oriente Medio y con proyección a Europa y África, sus enormes instalaciones y con una imponente pista de aterrizaje recientemente ampliada, Morón es también relevante para Estados Unidos«, agrega el documento.
La base permite, según el IEEE, el «despliegue de los aviones de combate provenientes del continente americano hacia Oriente Medio sin cruzar el saturado espacio aéreo europeo». «Precisamente, esta característica —agrega el documento— es fundamental para explicar por qué el eje Rota-Morón se ha convertido en un hub aéreo de primer orden para Estados Unidos». Sobre todo, con miras a Oriente Medio.
Por su parte, Rota, según el Instituto, «es la mayor infraestructura de la Armada». «Tiene una extensión de 2.300 hectáreas, tres muelles con 2.400 metros lineales, un aeródromo con una pista de 4.200 metros y el mayor polvorín del continente. Además, Rota tiene a su disposición una importante industria de servicios que garantiza el mantenimiento y la reparación de los buques».
«Desde el fin de la Guerra Fría —agrega el trabajo del IEEE— Washington ha sumado nuevos cometidos a Rota, como la respuesta a crisis, la cooperación en seguridad y, más recientemente, la participación en el escudo antimisiles aliado. Más concretamente, Rota proporciona apoyo a las fuerzas navales en tránsito hacia otros puntos de Eurasia y a los vuelos militares entre el territorio continental americano y sus destinos en Europa».
«La base aeronaval de Rota es una pieza vital en el complejo puzle geopolítico. Su valor en la estrategia española, aliada y estadounidense está fuera de cualquier duda y su importancia se mantendrá a pesar del giro de Washington hacia Asia-Pacífico o la irrelevancia estratégica europea», concluye el estudio.
Las marchas a Rota y Morón
Así, de momento, y a la espera de futuros desarrollos y de ver en qué desemboca el giro de Trump —en Morón existe también preocupación por lo que tiene que ver con los aranceles a la aceituna y al aceite: hay puestos de trabajo ahí— y las decisiones europeas y españolas, el papel de EEUU, con la nueva Administración, analiza Ruiz, poco ha cambiado el fondo del asunto: «Trump hace [las cosas] de forma más descarada. [Pero Barack] Obama vino a visitar la base de Rota y el movimiento antimilitarista protestó. Todos los presidentes de EEUU han estado implicados en las guerras».
Aunque la guerra de Ucrania ha causado una división entre los colectivos antibases por discrepancias sobre el papel de Rusia —no se ha logrado una convocatoria que aglutine el apoyo de todos a la marcha convocada en Rota para el próximo 6 de abril—, sí se ha mantenido una cierta unidad de discurso al respecto de la invasión de Israel en Gaza, de rechazo máximo.
El movimiento, pese a todo, está activo y vivo, aunque en los últimos tiempos las marchas no hayan logrado convocar a multitudes —sobre todo en Rota, algo menos en Morón, para gran parte de la población local las bases forman parte del paisaje, por así decir—. Hay actos y convocatorias permanentes, por ejemplo, además de la marcha a Rota, el próximo 29 de marzo, hay en Morón un festival cultural —flamenco, carnavalero— y político, en el que intervendrán Paula Gil (presidenta de Médicos sin Fronteras en España) y la activista palestina Jaldia Abubakra. «En este acto se harán referencias muy críticas a la política de Trump», afirma Jacobo Vega. Y en noviembre, si nada lo impide, será la próxima marcha a Morón.
El gran momento antimilitarista y antibases sucedió cuando se produjo la guerra de Irak en 2003. Entonces fue el momento álgido, recuerda Ruiz: «Hubo 50.000 personas en la marcha a Rota. Desde entonces no ha habido una protesta popular como aquella. Se dice que España es un país antimilitarista, que se rechaza el gasto militar, y ahora Europa quiere gastar en rearme. Parece que la opinión pública no está por la labor: eso supone recortar gasto social».
Para Willy Meyer, «las dos bases no tienen ningún sentido en términos de seguridad, ni de rearme para competir con EEUU». «Una cosa es la UE y otra es Europa, [que va] desde los Urales hasta toda la parte occidental». Existe la «necesidad —prosigue Meyer— de construir una seguridad europea, compartida, con los principios de los Acuerdos de Helsinki y la Carta de parís de 1990. Su filosofía era muy fácil de entender: no hay seguridad a base de la inseguridad de otros. Te permite ir reduciendo el gasto militar y el sistema de armas convencionales. Esta es la alternativa que no tiene nada que ver con rearme y con una competencia a ver quien tiene más armas».
«Llevamos muchos años —añade Juan José Ruiz— denunciando el grave problema de las armas nucleares. No se tiene en cuenta el tema nuclear. Rusia es el segundo país con más armas nucleares y EEUU tiene muchas armas nucleares en Europa. Hasta hace muy poco se hablaba de desarme, había que desarmar, y ahora se habla de rearme. Cada vez que hay un rearme, es inminente una nueva guerra«.



