Curro es un vecino del Pantano que ha publicado hace unos días en redes sociales una serie de catastróficas desdichas padecidas por su madre desde que se cayera hace dos semanas en el Parque Borujas. Y no, lo que ha padecido esta mujer no es fruto de la mala suerte o el azar, más bien se debe…

_Curro es un vecino del Pantano que ha publicado hace unos días en redes sociales una serie de catastróficas desdichas padecidas por su madre desde que se cayera hace dos semanas en el Parque Borujas. Y no, lo que ha padecido esta mujer no es fruto de la mala suerte o el azar, más bien se debe al mal funcionamiento de algunos de nuestros servicios públicos, empezando por unos acerados en mal estado debido al abandono municipal de las zonas peatonales,  y acabando por un servicio de ayuda a domicilio que no se le acaba de aprobar  por culpa de los recortes y el desmantelamiento de lo público.  

Su historia, que además refleja la soledad a la está sometiendo este virus llamado COVID-19 a muchas personas de avanzada edad,   ha recibido cientos de mensajes de apoyo a los que esta redacción se suma esperando la pronta recuperación de Carmen, que es como se llama la madre de Curro. A continuación su historia contada por él mismo:

"Mi madre se cayó el viernes 13 de noviembre en el parque Borujas de mi barrio el Pantano. A consecuencia de tropezar con unas lozas que hay levantadas, con la mala suerte de partirse el fémur.

Al llegar al hospital de Valme le hicieron la PCR dando positivo. Desde ese momento no hemos tenido contacto alguno con ella, además de estar aislada por COVID-19, ella padece Alzheimer.

Pedí por favor que me dejaran estar con ella en la habitación con los “epis” que hicieran falta para que pudiera comer, porque hay que estar muy pendiente de ella las 24 horas del día.  Le pusieron una vía para el suero y ya está.

El día 23 de noviembre le hicieron otra PCR dando negativo y a las 19'00 de la tarde me dijeron que fuera a recogerla. Ningún médico me explicó cómo proceder con mi madre en casa ni nada, sólo 2 llamadas en 10 días, una cuando salió de quirófano y otra para que la recogiera.

Pues aquí estamos en casa, mi madre con un fémur roto y Alzheimer, con lo que tenemos que estar siempre pendiente de ella porque se quiere bajar de la cama, y mi padre con una prótesis en cada cadera y dolorido de las costillas porque mi madre cayó encima de él y se hincó los brazos del carrito, además de ser positivo en COVID-19.

Mi pareja, mi hijo y yo somos los que estamos llevando todo. Mi madre tiene reconocido un grado 1, cómo si tuviera un resfriado y un poquillo dolor de cabeza. Le pertenecería 10 horas al mes de ayuda a domicilio (pero claro, cuando se lo reconozcan) y por parte de los Servicios Sociales de Morón, el lunes tengo que ir a las 11 a llevar no sé cuántos papeles para ver si le reconocen una ayuda y ésta consistiría en una hora al día.

NOS ESTÁN MATANDO, PERO ESO SÍ, TE DAN UN NÚMERO DE TELÉFONO PARA QUE CUANDO TE MUERAS, LLAMES Y YA TE SALDRÁ UN CONTESTADOR AUTOMÁTICO.

OJALÁ ESTO QUE ESTAMOS PADECIENDO EN CASA, FUERA ALGO PUNTUAL, PERO POR DESGRACIA ES A NIVEL GENERAL EN TODA ESPAÑA.  SANIDAD PÚBLICA, DE CALIDAD Y UNIVERSAL".