Opinión
Cartas al director. DE PRINCIPIOS Y FILOSOFIA
No es esta la primera carta que envío a este periódico, pues en anteriores ocasiones lo hice para verter así alguna opinión sobre…
No es esta la primera carta que envío a este periódico, pues en anteriores ocasiones lo hice para verter así alguna opinión sobre temas que afectan a Morón o hacer denuncia pública de alguna cosilla de carácter general. Cualquiera que haya leído alguno esos escritos, muy posiblemente habrá llegado a la conclusión o idea, de que el que firma es políticamente de izquierdas y podría ser, depende como se mire el tema. Verán, déjenme que me explique. Jamás estuve afiliado a partido alguno y ni siquiera di nunca muestras de simpatizar con ninguno, aunque es cierto, que según en qué asunto, he podido declarar que me posiciono del lado de este o de aquel. Una vez incluso, abiertamente y sin tapujos, me puse del lado del PP por cierto tema que ahora no viene al caso, pero les garantizo y ustedes comprenderán el por qué, aquello no se ha convertido en costumbre.
Lo de no estar con ninguna sigla, me imagino que es por no haber querido casarme nunca con nadie y ni siquiera sé si tengo las ideas muy bien definidas, pero lo que sí tengo son principios y resulta que estos se acercan más a lo que en España conocemos por izquierda, alejándose bastante de lo que todos identificamos como derecha.
Y por esos principios que he ido juntando poquito a poco, de observar aquí y allá o de poner oído a lo que dice este o aquel, son los que considero justos y apropiados, aunque como no, también puedo estar equivocado. Pero con esos principios en la faltriquera intento moverme lo mejor posible y alejarme así todo lo que puedo de esa filosofía de la derecha que es conocida por todos, aceptada por muchos y amada por demasiados. Esa filosofía del aquí sólo valgo yo y mi camarilla. La filosofía de considerarse mejor que el resto, ese resto que debe estar a su servicio. Es la doctrina del acaparamiento, de la voracidad desmedida y del sentido de la exclusividad y la propiedad por encima de las personas. El querer mandar sin contar con nadie y no escuchar las voces de los que se ahogan. Es la búsqueda de la conveniencia material y la posición social por encima del bien común. Es la filosofía del reparto de migajas para calmar la conciencia y olvidarse de la solidaridad y la justicia social. Es la idea del asalto al bien general y la privatización. El llevárselo calentito y hasta fresquito. Es la filosofía de los poderosos machacando al pueblo, pisándolos hasta la destrucción y ahora más que nunca vemos la sombra de su pie sobre nosotros.
Es posible que ustedes me digan que de esta guisa los hay a patadas no sólo en el PP, sino también en PSOE y en otros partidos y llevan toda la razón, pues es cuestión de principios no de banderas o colores.
Como les he dicho, no me uno a siglas ni partidos, pero reconozco a los que están más cerca de algunos de mis principios, por eso tengo una leve idea de a quien dar mi apoyo y no todos los políticos son iguales.
Me gustaría también que tuvieran en cuenta, que esta carta está escrita desde el cabreo y la sensación de impotencia ante las circunstancias actuales y que las criticas aquí lanzadas contra la derecha no son hacia personas en concreto del PP, sino hacia su ideología y su doctrina. Doy fe, de que hay algunas personas que aún siendo afines a la derecha, son muy válidas y valerosas. Les garantizo que conozco a alguno y tal y como está la cosa empiezan a replantearse sus ideas.