Morón
Carta al Director. Un día cualquiera en algunos contenedores de Morón. Por Omayra García
No hay mañana que al pasar por esa zona no tenga que cambiar de acera, bordear los contenedores o esquivar basura…
No hay mañana que al pasar por esa zona no tenga que cambiar de acera, bordear los contenedores o esquivar basura…
Los rebuscadores de basuras, en busca de chatarras que poder vender, ropa o cualquier útil que ellos crean que pueden sacar un provecho, pasan a diario por estos contenedores en busca de sus pequeños tesoros. Soy consciente de que muchos de los que se dedican a estas labores no lo hacen por un gusto desmesurado a los malos olores y restos de comida en descomposición, pero una vez revisado el contenedor de basura bien podrían volver a meter las bolsas en el contenedor de nuevo.
Pero no solo ellos contribuyen a este estado, ya que hoy mismo me encontré con una nevera tirada en la acera, perdiendo líquidos que ahorrare al lector su color y textura además de la descripción del olor que emanaba.
Hay un punto limpio donde poder deshacerse de estos electrodomésticos, muebles viejos, colchones… con un horario amplio y además disponemos de un servicio, para aquel que no pueda llevarlo al punto limpio, de recogida de electrodomésticos y muebles. Sólo hay que hacer una llamada y quedar en un día con los trabajadores para que los recojan, ¿ sencillo eh?, pues para algunos es más sencillo llevar el contenedor de noche, sin que nadie te vea, cual furtivo, y dejar ilegalmente tus desechos.
No me imagino lo que pensaran los trabajadores cada vez que se encuentran con estos desastres, porque a pesar de esa creencia general de que para eso se les paga, la realidad es que su trabajo no es encargarse de recoger la basura esparcida por los suelos, ni de tener que llamar ellos para que recojan los muebles. No se equivoquen, ni siquiera el barrendero tiene por qué recoger semejante desastre, están para mantener nuestras calles limpias, de pequeños descuidos, de hojas y colillas…
Mantener nuestro entorno limpio ayuda a no tener plagas de cucarachas, ratas y demás animales devoradores de basuras que tanto nos molestan, a no tener olores tan desagradables ya que con la calor aumentan. Cuidar de tu pueblo y sus calles es cuidar también tu casa. Sobretodo cuidar de tu entorno es el respeto hacia todos los que vivimos en él.