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Morón

CULTURA. Conferencia sobre A.Machado y M.Valiente, por Jacques Issorel. (Quinta Parte)

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En mayo de 1939 MV y otros compañeros enfermos cambian el hospital de Lézignan por el campo de concentración del Barcarés donde 50 000 refugiados…

Conferencia de Jacques Issorel  “Antonio Machado y Manolo Valiente: dos destinos paralelos”

Morón de la Frontera – 1 de marzo de 2018

 

QUINTA PARTE 

 

En mayo de 1939 MV y otros compañeros enfermos cambian el hospital de Lézignan por el campo de concentración del Barcarés donde 50 000 refugiados viven en barracones inhóspitos construidos en la playa, constantemente invadidos por la arena cuando sopla el viento. Allí escribe el poema «Romance noctámbulo»:

 

 

Arena, arena, arena,
Alambres sobre la playa.
El mar como verde almendra
enseña su boca amarga.

 

Estaba Pedro Jiménez
Durmiéndose en la barraca
Y un mar confuso de luna
De peón, caballo y dama
Le está poniendo en peligro
Su buena razón probada.

 

Señores, monzius gendarmes,
Tranquilidad de la Francia.

Me quieren dejar ustedes
Sembrar viento en la playa.
Yo tenía un huerto mío
Y ya no tengo ni casa.

………………………..

Señores, monzius gendarmes,
Yo les regalo mi faja,
Y el retrato de mi niña,
Y un lapicero de plata;
Pero tienen que dejarme
Sembrar el viento en la playa
Y curarle a mi compadre
las heridas de la espalda.

Otro poema, titulado «¿Qué soy?» es representativo también de la poesía que el encerramiento le inspira a MV:

Yo soy bandido de nubes
Y robo los horizontes
Que guardo en la caja negra
De las penas de mis noches.
Si los guardias lo supieran
Y vinieran con sus bronces
Despertarían los niños
Que en los pechos se corrompen.

Yo soy bandido de nubes
Y robo los horizontes
Para hacer muecas de fuego
Y dolores de altavoces.

 

Al poco de estar en el campo del Barcarés, el estado de salud de Manolo empeora y de nuevo lo ingresan en el hospital de Perpiñán. Se verifica para él el refrán «A perro flaco todo son pulgas», pues un error de orientación hace que lo manden al campo disciplinario de Bram, donde las condiciones son durísimas. Los reclusos apenas pueden salir, sin embargo conservan el sentido del humor, como lo demuestra la «oración», que decían en voz alta antes de dormir:

 

 

«Después del toque de queda, la oración era siempre la misma. Un siseo largo y profundo que sonaba en la oscura barraca y, cuando el silencio era total, una voz potente se elevaba diciendo: «Hermanos, que la hijoputada que nos van a hacer mañana no sea más grande que la de hoy». “¡Amén!”, respondía unánimemente el coro de los encerrados.»

 

En noviembre de 1940 las autoridades cierran el campo de Bram y trasladan a los internos al campo de Argelés. Un campo devastado por una reciente inundación (el tristemente famoso Aiguat), la arena está empapada de agua, los barracones medio destruidos. MV cae en un profundo abatimiento. Los días, las semanas, los meses van pasando y sigue absurdamente encerrado entre alambres en un desesperante paisaje de arena:

 

Todo es arena
Lo que entra en la cabeza
Y lo que sale.
Todo es arena.
La luz es arena que alumbra.
El fuego es arena.
El dolor es arena que arranca.

Y la arena tiene manos,
Y pies;
Y anda
Y golpea.

Y todo lo que como es arena.
Y el día es arena.
………………..
Yo soy arena,
Y tú, y él,
Y el guardia.
Por eso no callo
Ni hablo,
Porque soy arena,
Y mi alma no existe,
Ni mi dolor,
ni el tuyo,
Ni el de él.
Todo es arena,
Arena,
Arena,

Arena.

 

Pero un día vive un milagro interior. Años después declaró: «Me pasé tres meses en el vacío, metamorfoseado, como una crisálida. Una mañana comprendí que me moriría si continuaba en ese estado. [Era el mes de enero de 1941].Cogí una caja de margarina llena de agua helada, me desnudé entero y me la eché por encima. A continuación me corté el pelo, me afeité y salí del barracón. Respirar provocaba en mí una especie de embriaguez… fue así como me desperté del sueño de la muerte.»

 

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