Opinión
Opinión. Niñas de luto y niños costaleros, o cómo la coeducación se va por el retrete en un solo día
“El profesorado no es consciente de la naturaleza de estas discriminaciones porque forman parte de lo que socialmente se considera normal, por lo tanto, …
“El profesorado no es consciente de la naturaleza de estas discriminaciones porque forman parte de lo que socialmente se considera normal, por lo tanto, las expectativas que tenemos de niñas y niños, los roles apropiados a cada sexo, o el uso del lenguaje, de los espacios, materiales, actividades, etc. van conformando identidades masculinas y femeninas sexistas que limitan las vidas de las niñas y de los niños”, Amparo Tomé Profesora de Sociología de la Educación en la Facultat de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona.
La coeducación lleva años integrada en la Escuela Pública y los profesionales, así como todo el colectivo escolar, deben, atendiendo a las indicaciones realizadas por la Junta de Andalucía, eliminar estereotipos o ideas preconcebidas sobre las características que deben tener las niñas y los niños, los chicos y las chicas, las mujeres y los hombres.
Para eso, durante todo el año, muchas de las buenas profesoras de la pública hacen uso de un lenguaje inclusivo invitando al alumnado a seguir sus pasos; provocan situaciones en las que se rompan los estereotipos; o introducen literatura infantil no estereotipada.
Pero no se sabe qué es lo que pasa cuando llega Semana Santa que todo lo anterior se incumple y en los pasos de Semana Santa que sacan los colegios-cada día más populares y la mayoría amparados por las AMPAS de los centros- podemos ver cómo a los niños se les viste de costaleros, guardias civiles, o incluso curas. Aún no he podido ver a un niño vestido de mantilla. En cambio, a las niñas, en el 99% de los casos, se les cubre con el luto que da una mantilla negra.
Niñas de luto y niños costaleros, roles apropiados al sexo. La coeducación, con la colaboración del Colegio, AMPAS, padres y madres, y la imprescindible complicidad de la Junta, al retrete.
Patricia Cruz