Connect with us

Morón

La Fosa de La Puebla (Parte IV).Recuerdos y agradecimientos. M. Carmen España

Publicado

on

Quiero dar las gracias eternamente por este libro a sus protagonistas, a aquellos que perdieron la vida por defender los sueños de todos, porque recordándolos –como los padres y las madres de nuestra democracia que fueron- seguirán viviendo para siempre.

_A mi padre, en su memoria, porque esta historia le pertenece

a él porque  de él es el sueño de que la tierra ya no duerma,

“experto” como era  -siendo zagal y antes de emigrar- en

cavar agujeros para plantar olivos (1)

 

A mis dos hijos, Silvia y Manuel. Mis preguntas de niña tienen

ya sus respuestas. Y ellos tienen derecho a saber.

 

Quiero dar las gracias eternamente por este libro a sus protagonistas, a aquellos que perdieron la vida por defender los sueños de todos, porque recordándolos –como los padres y las madres de nuestra democracia que fueron- seguirán viviendo para siempre.

 

Quiero dar las gracias a cada uno y a cada una de las víctimas que hemos exhumado de la profunda fosa de La Puebla de Cazalla, porque fueron ellos, y no otros, los que me dieron fuerzas y me ayudaron en momentos difíciles de mi vida que coincidieron con las exhumaciones. Creo poder decir que  han querido regalarme ese mismo afán de lucha que ellos han conservado durante tantas décadas, aun en el gran embudo donde los metieron y quisieron que murieran. Nunca, de ninguno de ellos, se borrarán de mi mente ni sus manos atadas, ni sus cráneos heridos de muerte. Esa es su fuerza y su verdad. Y, ahora, es también mi fuerza y mi verdad.

 

También quiero dar las gracias con un recuerdo emocionado para todos y todas los supervivientes de la represión, violación, cárcel, trabajos forzados, tortura o persecución. Por construir y defender nuestra primera democracia a costa de padecer tanto sufrimiento.

 

Igualmente recordar a todas aquellas familias que han sufrido el robo de sus bebés, otro crimen más de  infamia atroz cometido por el régimen franquista hacia una parte de la sociedad que consideraba no digna para vivir.

 

A todos, represaliados, familiares o testigos de los hechos, quienes con sus testimonios valientes, llenos de dignidad y memoria, han podido narrar su pesadilla y sacar a la luz sus miedos, silenciados durante tanto tiempo por el horror sufrido, ayudándome en mis investigaciones, tanto en la recogida previa de datos  como en la localización de la(s) fosa(s), gracias por siempre. Porque por ellos he podido encontrar a mi abuelo y sus compañeros. Recuerdos terribles han sido compartidos. Les agradezco profundamente todas sus enseñanzas que guardo ya conmigo. A ellos decirles que el trabajo continúa.

 

A todos y cada uno de los vecinos y vecinas de La Puebla de Cazalla y Lantejuela que se han acercado al lugar de las excavaciones para darnos su aliento. Mi agradecimiento y mi abrazo. En especial mi agradecimiento a Antonio Orellana, por el croquis que me dibujó sobre las posibles fosas, fuera y dentro del cementerio.  Mis disculpas también a los vecinos que se hayan visto incomodados por tantos movimientos de tierra en el Cementerio que les hayan podido resultar en algunos momentos molestoss, ruidosos o les hayan supuesto un estorbo.

 

Mi gratitud de todo corazón a Manuel Solís, enterrador municipal de La Puebla de Cazalla, por su voluntad y por todos sus esfuerzos. Si no hubiera sido por sus desvelos –primero en localizar a un testigo presencial que sabía la ubicación exacta de la gran fosa, que buscábamos  en el Hogar  y que no habíamos dado con él – y luego por su empeño en que Andrés, el maquinista de la retroexcavadora, cavase más hondo aquella mañana de noviembre , la fosa nunca hubiera aparecido. La simpatía de Manolo ha hecho más llevadero algunos malos momentos de las exhumaciones. Mis disculpas por tantas molestias causadas.

 

Las gracias de todo corazón a Andrés Navarro, del que siempre digo que en vez de una pala de retro parece que lleva una pluma estilográfica o un pincel, porque dibuja en el suelo en vez de cavar, por su extraordinaria responsabilidad y profesionalidad.

 

Las gracias de todo corazón a Antonio Ponce, el encargado municipal de obras, por todas sus atenciones en preservar el lugar  y entibar las paredes, por su amabilidad infinita y porque antes de pedirle cualquier material ya lo teníamos allí. Las gracias también al operario Manuel Duarte por su entrega y buen hacer.

 

Mi cariño para el nieto de enterrador de entonces, Antonio Cano Andrade, aquel niño de 14 años que vio la terrible tragedia de una fosa abierta, de enormes proporciones, que fue testigo del fusilamiento y que, hoy, es un venerable anciano de 94 años, “cumplidos el 3 de abril”  como dice siempre. Antonio viajó desde Mairena del Aljarafe y se plantó en mitad del cementerio de La Puebla de Cazalla para dar un claro testimonio, fijando el lugar exacto donde se encontraba el gran embudo, ya fuera firmando el escrito que preparé  con testigos o señalando la fosa a plena luz del día (con valentía) ante las cámaras de varias televisiones nacionales personadas en el lugar, siendo él quien dio la cara, como dijo, y erigiéndose como el refrendario directo e incuestionable de aquel horror vivido en su infancia. Aquel aterrador recuerdo lo ha acompañado toda su vida y no hay reparación posible para eso. Espero haber reparado en algo su dolor (se ha emocionado cuando le he leído estas palabras por teléfono, dándole mil gracias)

 

Mi agradecimiento a los equipos de Arqueología de ArqueoActiva, S.C.A., empresa de los arqueólogos Juan Luis Castro y Daniel Barragán (1ª fase en 2006 y prospecciones y perforaciones geoarqueológicas en 2014); a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con el forense Francisco Etxebarría al frente, Jimmy Jiménez y Daniela Leiva (2ª fase en 2008); a ARQ´uatro, S.L, empresa de las arqueólogas Elena Vera Cruz, Inmaculada Carrasco y Carmen Romero, formando equipo con los antropólogos forenses Juan Manuel Guijo Mauri y Juan José Cabrera Barrigüete (3ª fase, 2009) y, por último, al equipo formado por la arqueóloga Elena Vera Cruz y Juan Manuel Guijo (4ª fase, 2014). Las gracias a todos por sus desvelos y energías, por hacer un trabajo bien hecho en cada una de las intervenciones, y por dejarme ser una más entre ellos y ellas, por la necesidad que yo misma tenía de cavar para quitar aquella tierra que nos estorbaba a todos.

 

A los tres voluntarios en las excavaciones, vecinos de La Puebla: Encarni Conde Mateo, José Cano Triguero y José Crespillo Águila (in memoriam), que se presentaron con sus corazones y con sus manos para ayudar en todos los momentos  y a los que no me cansaré nunca de darles las gracias repetidas y sinceras. También a José Cano  y Antonio Martagón Linares “Yogurtu”, intérpretes del grupo musical morisco “Farmacopea”  que compusieron en 2008 letra y música de la canción “Fosa común”, dedicada a todas las víctimas.

 

A los historiadores de la Memoria: Javier Gavira Gil (in memoriam), José María García Márquez, Francisco Espinosa Maestre, Fernando Romero Romero, José Luis Gutiérrez y al antropólogo Ángel del Río Sánchez, por haberme facilitado datos históricos en algún momento, por los artículos publicados  que han servido de impulso y de nuevos conocimientos para mí, por el aliento y el cariño recibidos y, sobre todo, por la enorme labor que están realizando  para desvelar, aún hoy, las lagunas intencionadas de la mal llamada “guerra civil”  Con sus trabajos de investigación “de precisión exquisita en el oficio de historiar” (2), están poniendo en orden la historia de este país, para que la injusticia y la mentira no dominen nuestro futuro.

 

 

El pasado 20 de julio, el profesor e historiador Javier Gavira Gil, miembro fundador de la Asociación DIME (Dignidad y Memoria), de Marchena, falleció a los 51 años de edad, después de luchar contra una larga enfermedad. Mi amigo Javier me había corregido el borrador de la introducción de este libro y me dijo: “Ponle este título, que define mejor todo lo que ha sido la fosa:(“Desenterrando la Memoria. Construyendo la Historia”) Sin embargo, pese a mi intento de cambiarle el título original ante la DGMD, no se ha podido porque estaba ya publicado en el BOJA, por lo que mantiene el título “En el camino de la memoria”. Pero en la contraportada sí he colocado el título que, en verdad, le viene mejor a esta larga búsqueda, que Javier Gavira conocía bien. Decirle a su querida familia y a sus queridos compañeros, desde estas líneas, que siempre será para mí una estrella en el cielo en la que mirar y un ejemplo de libertad y justicia aquí en la Tierra.

 

A los luchadores de la Memoria que llevan años de entrega. En especial a Cecilio Gordillo Giraldo (de CGT-A). Un maestro de la Memoria, incansable, viajero e inconmensurable; al periodista Emilio Silva Barrera, que nos abrió camino en el 2000 para que nuestras vidas cambiaran por siempre, y a las Asociaciones memorialistas: la que fuera “Asociación para la Memoria Histórica y Justicia de Andalucía” (AMHyJA), al frente de la que ha estado siempre Concha Morón, Paqui Maqueda, Rafael López, Manuel Véjar, Lara…; a la nueva que han constituido  y que se llama “Nueva Memoria” por la magnífica exposición fotográfica  “El ADN de la Memoria” que recientemente han montado y que va despertando sentimientos y dejando huellas por cada población donde se expone. A la “Asociación Dignidad y Memoria” (DIME) de Marchena, y a todos sus miembros, entre ellos Antonia Parra, su Presidenta, y a Bienvenida, dos invencibles de la Memoria pese a sus avanzadas edades, a Ana Rivas Parra,  a Javier Segovia y a muchos compañeros más. Por cómo me han recibido y cómo han cuidado de mí cada vez que he ido a unas Jornadas de DIME en Marchena a desarrollar alguna ponencia. En las jornadas de 2014, me regaló Javier Gavira una réplica en pequeño del monumento marchenero llamado “La Puerta de la Memoria” (3), que lleva inscrita, al igual que su original la siguiente frase de Manuel Azaña: “Miles de personas pueden perecer, pero no el sentimiento que los anima”

 

Junto con la ilusión reflejada en mi cara, viendo entre mis manos aquella miniatura que simbolizaba tanto de la lucha en el memorialismo, Javier me dio un emotivo abrazo que recordaré siempre.

 

Y las gracias a muchos familiares de víctimas de muchos pueblos que he ido conociendo en esta misma lucha, y que iré nombrando a lo largo de estas páginas que siguen.

 

Al gobierno municipal de La Puebla de Cazalla, siendo su alcalde Antonio Martín Melero (IULV-CA) y a su equipo de gobierno. A mi entrañable amigo y profesor José Santos Gutiérrez, siempre por su coherencia y su buen hacer y por sus correcciones al borrador de este libro y a José Melero Rodríguez, un buen concejal de cementerio. A todos ellos mi agradecimiento, por dar ejemplo a toda España de lo que hay que hacer  y de lo que se puede hacer cuando existe voluntad y cuando se cree en lo que se hace, mirando también siempre hacia los familiares. Tuvieron claro desde el principio que había llegado el momento para La Puebla de Cazalla de saldar la deuda con la historia, en un verdadero compromiso con la verdad y la justicia.  A Juan José Vega (IULV-CA), alcalde de Lantejuela de 2003 a 2011, por haberme permitido trabajar con flexibilidad horaria y por su implicación y apoyo en muchos momentos.

 

Al Defensor del Pueblo Andaluz (de 1996 a 2013), José Chamizo De la Rubia, a los 4 Comisarios de Memoria Histórica: José María Romero Calero, Fernando Soto Martín (q.e.p.d), Francisco Salazar y Juan Gallo González, y a los 2 Directores de Memoria Democrática: Luis Gabriel Naranjo Cordobés y al actual, Francisco Javier Giráldez Díaz. A cada uno, por su esfuerzo.

 

A mis amigos periodistas suecos Martin Jönsson y Pontus Hjörthén, por su maravillosa película-documental  y ese paseo en globo por encima del Valle de los Caídos que nunca olvidaré. Y a la periodista catalana Anna Bofarull. Gracias a los tres por los documentales elaborados, testimonios de la verdad y necesarios como material audiovisual para las generaciones futuras.

 

A los periodistas de la talla de Gervasio Sánchez y Eduardo del Campo (El Mudo), así como al equipo de Informe Semanal (2006) que han dejado sus imágenes, sus reflexiones y sus fotografías impresas, buenos testigos profesionales de todo el trabajo realizado en el proceso de intervención de la fosa. A TelePuebla y a Fernando y a todos sus profesionales por cubrir siempre la noticia.

 

 

A Marcos España Cordobés, primo hermano de mi padre , hijo de mi tío Juan, por prestarse a que le recogiese su ADN para poder identificar a mi abuelo.

 

A todos los que me han ayudado en este libro con sus consejos y a mis amigos que me animaron a escribir. A Rosario de la Fe, a Josep Valeriá, a Pepa Gómez, a Mercedes Rojas y Ángel Ortega, a Eli Moya, a Adely Osuna, a Jacinta Martín. A mi amigo Isidoro Toril Casalilla (q.e.p.d.), Secretario del Ayuntamiento de Lantejuela, de buen corazón, que luchó desde su honradez, y como pudo, contra la corrupción que emergía a borbotones. A mis compañeras de la Asociación de Mujeres “La Amistasd” de Lantejuela. A mis compañeros de trabajo Raúl Fernández y Carmen Vera, que han aguantado estoicamente mis largas conversaciones. Las gracias a los amigos que estuvieron presentes en el testimonio de Antonio Cano Andrade, en especial a la memoria de mi amigo Pepe Cabezas, fallecido en diciembre de 2015, una buena persona y un gran hombre. Y al equipo de “Planeta9”, los informáticos Juan Evaristo Cordobés y Manolo Pardo, por atenderme en los problemas con el ordenador fuera la hora que fuese.

 

A todos los jóvenes de Lantejuala y La Puebla de Cazalla , y a todos los jóvenes en general, para que conozcan la historia que vive y permanece en sus calles , en sus parques, y eviten, así, que pueda repetirse la historia , tomando conciencia de que la libertad, una verdadera justicia y una democracia profunda, son tan importantes como el aire que respiramos.

 

Y en memoria de los que se fueron demasiado pronto, sin poder ver este proceso totalmente terminado y que, en algún momento del mismo, fueron también protagonistas: a Antonio García Cano, escritor andaluz; a Félix Gómez Ruiz, concejal del PSA en el gobierno municipal de Lantejuela durante las primeras legislaturas democrática ; a José Antonio Álvarez Alférez, concejal de IU fallecido trágicamente en noviembre de 2006, a los 32 años de edad, y que me acompañó en mi búsqueda de familiares a Lora del Río; Manuel Álvarez Martín “El Cabecilla”; Francisco Quirós Vega, hijo de Francisco Quirós Fuentes y sobrino de José Quirós Fuentes; Francisco Marcos España Gutiérrez, primo hermano de mi padre; Antonio Mena Lebrón, presidente de nuestra Asociación RMH “Romance de Juan García”  y a José Pérez, ambos de Morón de la Frontera, hijos, ya ancianos, que buscaban a sus padres. También a José Antonio Palomo, otro familiar de Morón,  recientemente fallecido. A todos ellos, luchadores de sus historias, gracias por la ayuda que me prestaron, el apoyo recibido y por su amistad que llevaré siempre conmigo.

 

El agradecimiento, por último, a la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía por haber concedido a nuestra Asociación esta subvención y hacer posible la publicación de este libro que pretende ser, para aquellos a los que arrebataron la vida, otro homenaje. Un acto importante porque se convierte en un ejemplo más  por construir la verdad de la historia desde las instituciones, un ejemplo más de justicia y dignidad para con ellos y para con nosotros., sus familias.

 

Queda pendiente la financiación de una parte de las pruebas de ADN a los restos exhumados en La Puebla de Cazalla durante estos años y la localización de las fosas situadas en el cortijo de Las Rabias, término municipal de Écija, y de las que tengo al menos tres localizaciones bastante claras desde mediados de este julio de 2016.

 

En estos días se han incorporado cuatro familias más  para contrastar su ADN con las muestras que se encuentran en el Laboratorio NBT de Bollullos de la Mitación  y urge la necesidad de hacer un nuevo presupuesto que apruebe la Junta de Andalucía.

 

Y también han llegado noticias de dos víctimas más: dos hermanos, posiblemente fusilados en el Cortijo de La Rabia y de los que desconozco sus nombres. Me hablan del apellido Castillo, pero está sin confirmar.

 

Y anoche, 30 de julio de 2016, pasadas las doce, saltaba a la prensa la noticia de la aprobación por el Ayuntamiento de Sevilla de una moción del grupo de IU que condena firmemente el golpe de estado fascista de julio del 36, certificando su compromiso con la Memoria Histórica y el reconocimiento de las víctimas de la represión franquista, repudiando, igualmente, al  “genocida” Gonzalo Queipo de Llano y rechazando que los restos del militar golpista continúen enterrados en la Basílica de la Macarena. Todo ello de forma unánime, excepto en el asunto de sacar a Queipo de la Macarena que contó con la oposición del PP y la abstención de Ciudadanos.

 

 

Porque como dijera Javier Gavira, en honor a su recuerdo:

 

“Y es que la historia no tiene fin, como creen algunos” (4)

 

Notas:

(1)HERNÁNDEZ, Miguel. 9 de abril de 1937: “Al hijo del rico se le daba a escoger títulos y carreras; al hijo del pobre siempre se le ha obligado a ser el mulo de carga de todos los oficios. No le han dejado ni tiempo ni voluntad para elegir un camino en el trabajo. Se le ha empujado contra el barbecho, contra el yunque, contra el andamio; se le ha obligado a empuñar una herramienta que, a la vez, no le correspondía. Las universidades no han tenido puertas ni libros para los hijos de los pobres, que no han conocido en la niñez más alegría que la del mendrugo a los hambrientos , ni más descanso que un sueño de cinco horas (…) Han pasado mis ojos por los pueblos de España, ¿qué han visto? Junto a los hombres tristes y gastados de trabajar y mal comer, los niños yunteros, mineros, herreros, albañiles, ferozmente contagiados por el gesto de sus padres: los niños con cara de ancianos y ojos de desgracia.

Ha sonado la hora de la salvación para los niños que se hundían y nadie los salvaba: que se perdían en los surcos y nadie quería encontrarlos ; que se desplomaban en los pozos minerales y nadie les tendía una mano. Mientras ellos, mientras nosotros éramos desterrados de la alegría, de los juegos y las fiestas, de la hermosura de vivir limpios y satisfechos, mientras nos comían el calor y el frío, los hijos de los ricos, por muy dignos de cuidar cerdos que fueran, gozaban de todo y sólo para ellos se abrían las aulas. La España infantil y pobre, oscura siempre, maltratada y oscura, comienza a clarear”

(2) VALENCIA HERRERA, Ana M. Escribir la Historia, defender la esperanza. En GAVIRA GIL, Javier. En busca de una historia oculta. La guerra civil en Marchena (1936-1939)

(3)ASOCIACIÓN DIME. Marchena. Díptico “Senderos por la Memoria de Marchena”. 2014 : “Este monumento-homenaje, realizado por el marchenero Francisco España, inaugurado el 1 de mayo de 2006, simboliza –como su nombre indica- una puerta abierta a la Memoria Histórica, en recuerdo de todas las víctimas. Se localiza en un espacio abierto y da vida a una plaza, rotulada como Plaza de la Memoria

(4)GAVIRA GIL, Javier. “Nuevas novedades en el museo de la Memoria DIME” Marchena. Blog. 15/11/2014

 

 

 

Continuar leyendo
Publicidad