Opinión
«Seguridad y democracia: política ficción». Por JRH
La literatura y la cinematografía con frecuencia abordan desde la ficción la corrupción política y la utilización por el poder político de los servicios secretos y los cuerpos policiales, con finalidades espurias y ajenas al interés general.
_La literatura y la cinematografía con frecuencia abordan desde la ficción la corrupción política y la utilización por el poder político de los servicios secretos y los cuerpos policiales, con finalidades espurias y ajenas al interés general. La realidad demuestra que todos los Estados desgraciadamente tienen y mantienen un fondo de armario repleto de “proezas” perpetradas directa o indirectamente por unos servicios policiales y de “inteligencia” ajenos al control democrático. La NSA y la CIA en Estados Unidos, en Rusia la KGB nostálgica de Putin, el MI6 de Reino Unido al servicio de su Majestad, el MOSAD en Israel…etc. Y en España tenemos el CNI, Centro Nacional de Inteligencia y el C.V. Comisario Villarejo. Desde hace varios años no hay asunto oscuro en el que de una manera u otra este señor juega desde el centro del campo, cuál Xavi Hernández, repartiendo y “tocando” todas las pelotas regias, principescas, políticas, empresariales y del Poder Judicial incluida la Fiscalía.
Si tiramos de hemeroteca son numerosos los asuntos, solo algunos a título de ejemplo y no exhaustivos: El chantaje a Corinna Zn Sayn-Wittgenstein; el chantaje del marido de Ana Rosa Quintana; operación Tándem; el pequeño Nicolás; caso Estepa; los encargos de Iberdrola y del BBVA; caso Gürtel y el que está ahora de actualidad caso Kitchen, por el que presuntamente los altos cargos del Ministerio del Interior durante el Gobierno de Rajoy utilizaron la cúpula de la policía y al propio Sr. Villarejo, todo ello financiado con fondos reservados, con el objetivo de hacerse con los papeles que pudiera tener el ex tesorero Sr. Bárcenas sobre la financiación ilegal del PP. La mayoría de estos casos están sub iúdice por eso debo resaltar que la participación del comisario Villarejo es presunta.
Ya deteniéndome en esta última operación denominada Kitchen y siempre de la información periodística que nos ofrecen los distintos medios (periódicos digitales y de papel), todo se revela a partir de las grabaciones interceptadas a, cómo no, el Comisario Villarejo, sobre un encargo del entonces Secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, presuntamente (la ley obliga a utilizar el adjetivo o el adverbio continuamente) con el fin de espiar a Bárcenas. A su vez el ex Secretario de Estado de Seguridad parece disponer de conversaciones de whatsapp entre él y el ex Ministro de Interior Jorge Martínez Díaz, en las que éste último también al parecer le daba “instrucciones muy claras y explícitas” sobre el asunto Bárcenas, conversaciones que guardaba en su teléfono móvil intervenido por la policía judicial y que el propio ex Secretario de Estado depositó ante Notario.
Si fuese cierto que el Secretario de Estado de Seguridad encargó una operación ilegal a un agente parapolicial dejándose grabar y el Ministro de Interior intercambió con su número dos varias conversaciones por Whatsapps dando instrucciones sobre dicha operación ilegal, debemos preguntarnos en qué manos estaba la Seguridad del Estado que no adoptaban las mínimas precauciones en un asunto tan delicado para ellos mismos.
Solo cabe pensar dos alternativas sobre estos dos políticos: negligencia o soberbia impune. Lo primero lo descarto, ambos tienen edad para haber visto aquella serie de finales de los 60 y principio de los años 70, Superagente 86, y saber que los mensajes de “inteligencia” deben autodestruirse en cinco segundos. Por tanto, me quedo con la segunda alternativa.
Porque esto vas más allá, supone una falta de respeto a la Democracia y a las instituciones que representan en el ejercicio de sus cargos, supone una visión del poder patrimonialista, paternalista y mesiánica, casi por designación divina, que te empodera de una sensación de impunidad y como cantan Héroes del Silencio en su tema “Maldito Duende” : “Amanece tan pronto y yo estoy tan solo y no me arrepiento de lo de ayer; sí, las estrellas te iluminan y te sirven de guía, te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar.” ¿Acaso no se dio cuenta nadie de la personalidad del ex Ministro Fernández Díaz cuando empezó a otorgar medallas de la policía y de la benemérita a la Virgen María y decía tener un ángel custodio llamado Marcelo? ¿Qué criterios democráticos son esos en el ejercicio del poder y al mando de las fuerzas y cuerpos armados de la seguridad del Estado? Además el señor ex ministro, según las fuentes periodísticas, tenía como amigo y consejero oficioso a un cura cercano al “Opus Dei” de vocación tardía, que antes fue policía en los últimos años del franquismo y después juez magistrado. Que presuntamente haya dispuesto de los servicios policiales con cargo al erario público, para proteger los intereses de su superior político y del partido que le cobijaba, no es de extrañar, va en la personalidad del sujeto.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos y garantizar la seguridad ciudadana, siempre bajo el principio de proporcionalidad en el ejercicio de la fuerza y sujetos al control judicial correspondiente. El poder político sobre los miembros de los cuerpos policiales ejercido a través del Ministro del Interior debe velar por el cumplimiento escrupuloso de esas premisas, porque es un mandato delegado democráticamente por la ciudadanía. Si la persona que temporalmente controla el Ministerio subvierte su función por intereses personales o grupales privados, prescinde de su autoridad política y moral, poniendo en peligro los principios democráticos.
En la prensa del viernes 18 de septiembre de 2.020 se publica que el juez imputa al ex ministro Fernández Díaz por el espionaje policial a Bárcenas, y me acuerdo de unos versículos del Evangelio de San Mateo que el ex ministro conocerá perfectamente por su religiosidad católica, confesa y confesada:
“Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Evangelio según San Mateo, 6).
Su mano izquierda sabe perfectamente lo que ha hecho su derecha y Rajoy nunca le recompensará. Presuntamente. Amén.