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Crónicas de la IX Marcha de la Desbandá: «Pese a quien le pese estaremos en Almería» (Sexta y Séptima etapa)





SEXTA ETAPA DE LA DESBANDÁ. 11/02/2025
PESE A QUIEN LE PESE ENTRAREMOS EN ALMERÍA
Hoy hemos salido de Castell de Ferro, 91 mujeres y 82 hombres, un total de 173 personas. En la misma etapa el año pasado, la participación fue de 75 mujeres y 87 hombres, un total de 162 personas.
La parada para hablar de los hitos históricos de la carretera, la hacemos en una plaza, junto al paseo marítimo, en la misma entrada de la localidad de la Rábita, que pertenece al término municipal de Albuñol. En ella hay una marquesina que explica dos sucesos relacionados con la Desbandá.
En primer lugar se habla de un testigo excepcional de la Desbandá, Basilio Lukianov Kommersant, un marino ruso que desertó de un buque soviético, en el puerto de Málaga junto con dos compañeros, con la intención de ir andando hasta Valencia. Al pasar por una playa, cercana a la Rápita, se enamoró de ella, y decidió quedarse a vivir en una cueva del acantilado, que cae sobre la playa y que tiene un pequeño manantial de agua dulce. Eso ocurrió el 2 de enero de 1933. La playa se conoce hoy como la del ruso. Vivió allí hasta su muerte, siendo considerado en el pueblo como un vecino más. Este hombre, nada sospechoso de interés político, fue entrevistado por un vecino, llamado Antonio Luis García Martínez que escribió un libro sobre la Rábita. En el libro, “el ruso” contaba lo siguiente: “Un día del mes de febrero de 1.937, después de remendar la red en la playa del Lance Nuevo, de pronto oigo un tumulto y veo una muchedumbre de personas por la carretera, al paso por la curva del Marroquín. La observé varias horas y no paraba de pasar gente, unos a pie, otros en burro o en mulo. Así siguieron pasando durante 7 días. La inmensa mayoría eran sobre todo familias, que arrastraban niños y ancianos, eran miles y miles, llenando la carretera de un lado a otro y caminando de noche, aprovechando la luna llena.

En segundo lugar, se cuenta la pérdida de un bebé, una noche, que recién parido por su madre, y en el tumulto de la marcha se le escurrió de los trapos en los que lo había liado, sin que ella se diera cuenta. Estuvo buscándolo, pero ya no lo encontró, por lo que probablemente el niño murió, salvo que alguien lo recogiera.
Los dos sucesos los ha contado detalladamente, la compañera Laura, una veterana de la Desbandá, considerando como un tema de vital importancia, el sufrimiento de las mujeres en las guerras, de forma que ha concluido diciendo que, de manera incomprensible, a estas alturas del siglo XXI, las mujeres siguen pariendo bajo las bombas.
En el espacio de la comida hemos hablado con Salvador Ruiz Mateo, malagueño de 71 años, participa por primera vez en la marcha integral de la Desbandá, pero es, de los que en distintas ocasiones ha participado en la marcha anual, que se celebra en Málaga, desde la catedral, hasta el Peñón del Cuervo, donde ahora está el Paseo de los Canadienses y la placa de agradecimiento al Doctor Norman Bethune. Quería alguna vez participar en la marcha integral y lo ha hecho este año.
Él quiere dar testimonio de la participación de su madre, y de su familia en la huida de febrero de 1937. Su madre, Fuensanta Mateo Naranjo, vecina del pueblo de Coín, de 12 años, salió del pueblo con la abuela, que era viuda, y 7 hermanos más, siendo ella la más pequeña. Su hermana mayor, Pepilla, de unos 23 años, estaba casada, e iba con su marido y embarazada. Llegaron a Málaga y se instalaron en una casa de calle Jaboneros en el barrio de la Trinidad. Estuvieron unos días en Málaga, hasta el 7 de febrero, huyendo con la mayoría de la población.
El recuerdo de su madre, con sus doce años, por la carretera de Almería, es similar al de las decenas de miles de personas, que pasaron por ella: hambre, sed y muerte. Pero la más impactante, fue el que determinó el fin de su huida y la vuelta a Málaga. En un momento, cuando las tropas italianas estaban cada vez más cerca, una bomba voló un pequeño puente por donde iban a pasar. La explosión no les afectó, pero al marido de Pepilla, que iba un poco adelantado, le pilló la explosión al otro lado del puente. El se acercó al puente para hablar con su mujer, para ver como podían pasar, pero la abuela decidió que no podían pasar y que se volvían para Málaga. El marido de Pepilla, le insistió, le rogó a su mujer, que se fuera con él, que buscaría la manera de pasar y como Pepilla decía que no podía dejar a su familia, le gritaba que ella no lo quería. Acabaron separados y ambos llorando, el siguió camino adelante y terminó siendo asesinado por los nazis en el campo de concentración de Mauthausen. La madre volvió a Málaga, con sus 8 hijos e hijas volviendo a instalarse en calle Jaboneros, aunque más adelante se mudó al Llano de la Trinidad.
Mientras, un primo de 11 años, Dieguillo, cuya familia había permanecido en Coín, sin sumarse a la Desbandá, sufrió la represión fascista por inocente. Su familia se habías desprendido de periódicos y de papeles que pudieran ser comprometidos, una vez que los fascistas tomaron el pueblo. Además se deshicieron de una escopeta que estaba rota. Dieguillo, pensando que era un juego, cogió la escopeta de donde la habían tirado, y fue a Coín, desde el campo donde vivían a pasearse con la escopeta, como si fuera un soldado. Cuando ya había vuelto a su casa, se presentaron los falangistas preguntando por él. Cuando salió y se enteró que se lo querían llevar, dijo que el no había hecho nada, y que no se iba con ellos. Le dieron un puñetazo, lo tiraron al suelo y le dijeron que no se preocupara, que se iba a ir con ellos, aunque seguramente no iba a llegar a Coín. El niño entonces llorando, les dijo que por lo menos le dejaran despedirse de sus padres, cosa que hizo, marchando después hacia el pueblo con la patrulla falangista. Por los sitios donde pasaban, que había gente saludaban a Dieguillo, de manera que la familia no supo si la amenaza de que se lo iban a llevar, pero que no llegaría a Coín, era cierta o no, y que la percepción de que mucha gente conocía al niño y veían como iba con ellos le hizo desistir de matarlo en cualquier recodo del camino. Finalmente entregaron al niño, acusado de no se sabe que, y éste pasó un año en la cárcel de Málaga, donde constantemente veía, que presos que se llevaban por la noche, nunca más volvían.
Al año aproximadamente de estar en la cárcel de Málaga, lo trasladaron al penal de Ocaña. En la cárcel de Ocaña, estuvo algún año más y allí se hizo cenetista. Según Salvador, el compañero que nos acompaña cree que Dieguillo se fugó con un grupo de cenetistas, aunque no consta que hubiera ninguna fuga, nunca, en el penal de Ocaña, cárcel que llegó a albergar a 15.000 presos. Es probable que simplemente lo soltaran. El hecho cierto, es que volvió de Ocaña andando a Málaga, donde buscó refugio en casa de la familia de Salvador en el Llano de la Trinidad, donde pasó unos años escondido. Fue la madre de Salvador, Fuensanta, quien cuidaba de Dieguillo, y ella que ya tenía novio, que sería el padre de Salvador, no sabía explicar a su novio, porque a veces, según la hora que fuera, no podía quedar con él, motivo por lo que el novio estaba encelado. Poco a poco fue saliendo a la calle, al ver que nadie lo buscaba y finalmente, para regularizar su situación, le consiguieron hacer un carnet de identidad, con el nombre de Pedro, que ya llevó durante toda su vida.
La actividad final del día no ha sido lúdica, sino organizativa. Se ha celebrado la asamblea de caminantes que se hace todos los años, para que hombres y mujeres, propongan cambios, hagan críticas y den su opinión general sobre la marcha. Y aunque hay temas corrientes sobre los que se ha hablado, funcionamiento y coste de transportes, horarios de entrada y salida de los pabellones de los polideportivos, la utilización del lenguaje inclusivo, la inexistencias de tallas femeninas de las camisetas, la denuncia de los 9 asesinatos de mujeres en lo que llevamos de año, y otros, el tema estrella ha sido la negativa del permiso de la subdelegación de gobierno de Almería, para que recorramos andando, el tramo de carretera de la 340, que va desde Aguadulce hasta la entrada de Almería. Alegan seguridad vial, cuando este es el noveno año que pasamos por esa carretera, con su permiso y sin que nunca haya ocurrido nada. De igual forma, tramos de carreteras, similares y peores, atravesamos en Málaga y en Granada, sin que esas subdelegaciones de gobierno hayan puesto ninguna traba. En cualquier caso, si acepta, según dicen por informe de la Guardia Civil, que hay problemas de seguridad vial, tendrá que resolver el problema y poner medios para que no los haya, pero no desde luego quitando el derecho a realizar una manifestación de memoria histórica que se celebra todos los años. Muchas palabras se han tomado en la Asamblea sobre el tema y todas han sido unánimes, no nos vamos amedrentar, ni nos van a impedir que caminemos la ruta de entrada en Almería, para honrar la memoria de nuestros padres y abuelos que sufrieron horror y genocidio a manos del fascismo, así lo ha decidido, en voto a mano alzada, la asamblea por unanimidad.
Mañana andamos 16 km desde la Rábita hasta Adra, entrando ya en la provincia de Almería.
SÉPTIMA ETAPA DE LA DESBANDÁ. 12/02/2025
VIA LIBRE HACIA ALMERÍA
A las 19:19h de hoy, la Asociación la Desbandá ha recibido un email de la Subdelegación del gobierno de Almería, comunicando que “se autoriza el corte total de la carretera N-340a en horario de 10:00 a 13:00 horas entre los pk’s. 431’000 (Aguadulce) y 438’500 (entronque con AL-14 en Almería) siendo necesario establecer el operativo dispuesto en el Anexo adjunto”. Gracias a la determinación de la Desbandá de realizar el tramo andando y a la presión de la opinión pública y de múltiples organizaciones sociales, hemos conseguido revertir una decisión que era absurda. Valoramos como muy positivo que finalmente se haya decidido aceptar la solicitud de la entrada a pie de la Desbandá desde Agua dulce hasta Almería, pero queremos reiterar una vez más, que no era necesario cortar el tráfico. La marcha de la Asociación de la Desbandá ha demostrado, en años anteriores haciendo ese mismo trayecto, y en la provincia de Málaga y Granada, que podía circular por el andén, sin cortar el tráfico y sin que no hubiera ningún incidente, en 9 años ya que venimos haciendo la marcha. Es nuestra voluntad seguir recorriendo la carretera desde Málaga hasta Almería, a pie, y durante muchos años más. Se lo debemos a nuestros muertos y a nuestros desaparecidos. Paso a paso, nombre a nombre.
En 2018, la primera vez que hicimos noche en la Rábita, en la segunda marcha de la Desbandá, se presentó en el local del Ateneo Republicano de la Alpujarra, una mujer llamada Mercedes. Nos preparó unos buñuelos con chocolate para que desayunáramos. Para poder hacerlos, tuvo que preparar la masa de los buñuelos a las 4 de la mañana, para que pudiéramos desayunar a partir de las 8:00h

Esta mañana, antes de salir, y como ella nos prometió, y como hace todos los años, se ha vuelto a levantar a las 4 de la mañana, para que desayunemos buñuelos con chocolate. Mercedes cumplirá, el próximo 15 de mayo, 83 años, pero cuando acabó el desayuno y se dijeron algunas palabras, nos dijo que espera seguir preparando el desayuno por lo menos hasta que cumpla 93. Cuando le han preguntado cómo se hacen los buñuelos, ha contestado que “con mucho cariño”, la fórmula secreta de todas las comidas.
También nos ha visitado en el desayuno, la alcaldesa socialista de Albuñol, municipio al que pertenece la Rábita, para seguir brindándonos la solidaridad del pueblo mientras sigamos pasando por allí, animándonos a que sigamos nuestra lucha en estos momentos de ascenso global del fascismo.
La marcha de hoy la hemos realizado 107 mujeres y 89 hombres, en total 196 personas. En 2024 marcharon 160 personas.
Desde que salimos de Málaga hemos llevado enarbolada la bandera palestina, en protesta por el genocidio y la limpieza étnica que está sufriendo ese pueblo a manos del régimen sionista israelí y sus protectores de EEUU. Trump lo ha dicho muy claro, quiere expulsar al pueblo palestino de Gaza y Cisjordania, o sea de la tierra palestina. Hoy se han sumado varios compañeros y compañeras de Murcia, y han incorporado la bandera cubana a la marcha. Trump también quiere asfixiar y aplastar al pueblo cubano, y que la isla pase a ser propiedad de EEUU. Cuba y Palestina están hermanadas en su lucha por su soberanía, su independencia y el derecho de autodeterminación frente al colonialismo sionista y el imperialismo.
Ayer, en la Rábita, Annie Sánchez, francesa de ascendencia en España, nos cuenta la historia de su familia, originaria de Santander, que podríamos conceptuar como el de las otras Desbandadas que hubo en la guerra. Su bisabuelo materno, Domingo Gómez nace en 1880, y falleció en 1941 en la cárcel. Él es de Santander, de una familia de pescadores y anarquistas. Su mujer es Felipa, y cuida de su hija menor que tiene parálisis cerebral. Tiene otra hija que es Felisa Gómez, que será la abuela de Annie y dos hijos varones más.
En 1936, el bisabuelo Domingo se incorpora al frente y también sus dos hijos. Mientras, Santander es tomada por los fascistas en septiembre de 1937. Participó en varios frentes de lucha entre ellos, en la batalla del Ebro y sale de España, a la caída de Barcelona, en la llamada Retirada.
En esa Retirada se encuentra con su hija, Felisa Gómez, abuela de Annie, que había salido huyendo de Santander al ser tomada ésta. Ya en Francia, el bisabuelo Domingo, es internado en el campo de concentración de Argelés, donde solicita el regreso a España para atender a su mujer Felipa, y a su hija paralítica. Al regresar a Santander, lo detienen y en la cárcel encuentra a sus otros dos hijos, que están condenados a muerte. El muere en la cárcel, en 1941, antes de recibir condena y a sus dos hijos lo fusilan.
Cuando cae Santander, la mayoría de la población, otra Desbandá, huyeron a Gijón, a 150 km de Santander. Felipa sigue en Santander con su hija paralítica y Felisa, su otra hija, la abuela de Annie, huye a Gijón, con su hijo e hija de corta edad. Su abuelo, marido de Felisa, de nombre Casuso Gómez, también estaba en el frente, y probablemente murió en la batalla del Ebro, porque nunca más apareció. Desde Gijón y por las amistades marineras que ella conocía de su marido Casuso, consigue embarcarse hacia Burdeos, pero la autoridad francesa, no permite el desembarco y regresan a España, a algún lugar de Asturias o Euskadi. Desde allí, no se sabe cómo, Felisa y sus dos criaturas, consiguen llegar andando hasta Barcelona. Ya en 1938, y para protegerlos, manda a su hijo e hija desde Barcelona a una colonia infantil del país vasco francés. En 1939, Felisa también huye desde Barcelona en la Retirada Su abuela se marcha en la Retirada y es ahí (y en la retirada iban 500.000 personas) donde se encuentra con su padre y con él va al campo de Argelés. Cuando su padre decide volver a Santander, ella se queda en Francia y desde Argelés va a Grenoble, donde los alojan como detenidos, en el Palacio de Deportes habilitado solo para mujeres y niños. Pero no la comida es muy escasa, las mujeres protestan y consiguen que las dejen salir a trabajar tres horas diarias, y aportar el dinero conseguido con ese trabajo, en la mejora de la comida.
Mientras Felisa está en Grenoble, el gobierno francés, ante la invasión alemana, decide devolver a los niños y niñas que había en las colonias infantiles, a España, entre ellos el hijo y la hija de Felisa. Su madre, la bisabuela de Annie, que se dedicaba a ir todos los días a la cárcel para llevar comida a su marido y a sus hijos condenados a muerte, le llega la noticia de que están devolviendo los niños de Francia, y después de visitar la cárcel se pasaba todos los días por la estación. Uno de esos días, en el tren donde venían los hijos de Felisa, el niño reconoce a la abuela, la llama, y se van con ella Desde entonces Felipa, se dedica a cuidar a sus nietos, los hijos de Felisa, sigue cuidando a su hija Gele, la paralítica, y a visitar a su marido y sus dos hijos que estaban en la cárcel, mientras siguieron vivos.
Felisa mientras tanto, se casó en Grenoble con un comunista catalán, llamado Josep Coll Figueras. El, también había combatido en España contra el fascismo y volvió a Francia en la Retirada, pero previamente a la guerra de España, ya tenía residencia en Francia. Acabada la 2ª guerra mundial, en 1949, Felisa y Josep deciden contratar a un guía que pasaba clandestinamente gente desde España a Francia. Así el hijo y la hija de Felisa, pasan la frontera con un grupo de 15 personas. La travesía es difícil, andando por la montaña de noche, cruzando el rio Segre y luego llegando a Andorra, tanto que una de las personas del grupo desaparece. En Andorra, el niño y la niña, son recogidos por Joseph su nuevo padre, que los lleva de regreso a Grenoble, donde se reencuentran con su madre Felisa 11 años después.
La niña de Felisa, que nunca se separó de su hermano, llegaría a ser la madre de Annie, nuestra compañera en la marcha. El padre de Annie, conoció a su madre en Grenoble. Era de Almería, aunque su familia emigró a Sallent de Llobregat, un pueblo de Barcelona, cuando tenía 2 años. Al crecer participa en la lucha clandestina antifranquista, y al ser denunciado, decide huir a Francia, instalándose Grenoble, donde se uniría sentimentalmente a la madre de Annie. Nuestra compañera Annie, hereda de familias trabajadoras del sur y del norte de España, la lucha y el sufrimiento de la lucha contra el fascismo, entre ellos el exilio que vivieron tantas personas de España.
Por la tarde, la escritora Argentina nos ha presentado su libro, “España bajo libertad vigilada” y Antonina Rodrigo, feminista y escritora, ha dado una conferencia sobre la vida de las mujeres en el exilio.
Mañana jueves 13, salimos de Adra, y llegamos hasta Guardias Viejas, ya en el municipio del Ejido, aunque subiremos a dormir al municipio de Vícar.

