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Morón

Condenados tres varones por cazar aves de especies de interés especial en Morón y Lebrija.

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Los Juzgados de lo Penal de Sevilla, en dos sentencias diferentes emitidas en los…

Los Juzgados de lo Penal de Sevilla, en dos sentencias diferentes emitidas en los últimos meses, han condenado a tres hombres al ser sorprendidos en distintos casos cazando aves de interés especial en Lebrija y Morón de la Frontera.

   La más reciente de las sentencias, emitida el pasado 28 de junio por el Juzgado de lo Penal número ocho y recogida por Europa Press, expone que en noviembre de 2009, José F.H. fue sorprendido por la Guardia Civil en el coto conocido como Galiana, en el término municipal de Lebrija, "oculto" con un cesto con trampas, un escardillo y cebos como "hormigas y aves muertas". Manuel G.A., de su lado, fue visto cerca del lugar "con su vehículo", si bien no se ha podido probar su participación en la caza.

   Fueron localizadas en el coto 159 trampas y 71 aves atrapadas en ellas, en concreto 22 petirrojos, 21 carrucas capirotadas, once carrucas cabecinegras, siete zorzales comunes, cinco gorriones comunes y cinco tarabillas. Sólo fue acreditada la colocación de 55 trampas a manos de José F.H., pero en casi todos los casos los ejemplares capturados pertenecían a especies de interés especial. Dado el caso, el Juzgado de lo Penal número ocho ha condenado a José F.H., como autor de un delito contra la fauna, a una multa de 480 euros y dos años y un día de inhabilitación para el derecho de caza. Manuel G.A., de otro lado, ha sido absuelto.

   Otra sentencia similar, fechada el 10 de mayo del año en curso por el Juzgado de lo Penal número diez, da cuenta de cómo la Guardia Civil sorprendió en 2005 a Manuel H.C. y Juan P.O. en un coto privado de caza de Morón de la Frontera pese a carecer de la correspondiente autorización. Gracias a 350 costillas de alambre, según la sentencia, habrían capturado más de cien ejemplares de aves pertenecientes a especies de interés especial, como es el caso de 40 currucas capirotadas, 32 petirrojos o 12 bisbitas campestres, por ejemplo.

   Cada uno de ellos ha sido condenado a una multa de 1.260 euros y un año y siete meses de inhabilitación del derecho a caza, así como al pago solidario de una indemnización de 7.572 euros en favor de la Consejería de Medio Ambiente, como autores de un delito contra la fauna, dado el valor de los ejemplares que les fueron intervenidos en un saco de tela que portaban con ellos.

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