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Antonio Maíllo gana el debate andaluz según todas las encuestas

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Andalucía. Emulando a Alberto Garzón en el debate de la nación, Antonio Maíllo ha resultado el más convincente de los tres contrincantes en el debate de candidatos al Parlamento de Andalucía. Al menos, eso parecen…

Andalucía. Emulando a Alberto Garzón en el debate de la nación, Antonio Maíllo ha resultado el más convincente de los tres contrincantes en el debate de candidatos al Parlamento de Andalucía. Al menos, eso parecen señalar todas las encuestas hechas por los distintos medios de comunicación al concluir el debate. Entre ellos el más importante y con mayor participación es elDiario.es, el cual muestra una clara ventaja de Maíllo sobre sus contrincantes. A primera hora de la noche Maíllo ya contaba con el 65% de los votos frente al 6% de Bonilla y 28% de Díaz. Con el transcurrir de la noche, algún medio afín al PP hizo pública la encuesta para que sus acólitos entraran a votar, lo que colocó a Bonilla en primera posición, pero fue tan solo un espejismo. Cuando la ola se calmó Maíllo volvió a colocarse en cabeza y a esta hora, con más de 9300 votos, Maíllo vuelve a ser el líder más apreciado por los internautas con un 41%, frente al 33% de Bonilla y 26% de Díaz.

En el debate el papel más difícil era el del candidato de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, porque necesitaba con urgencia hacerse un hueco entre los dos colosos electorales que representaban Juan Manuel Moreno y Susana Díaz. Le costó pero lo consiguió. Y no era fácil porque durante la primera mitad Díaz y Moreno se comportaban como si no hubiera un tercer combatiente en el plató.

Antonio Maíllo se mostró didáctico, como maestro que es: “hay que sacar conclusiones de los aprendizajes de la década pasada”. Es más, la palabra “lecciones” la usó varias veces. Sacó pecho de la presencia de IU en el gobierno (“nosotros hicimos los deberes”) e intentó romper, sin mucho éxito, el debate a dos interpelando a PP y PSOE de forma conjunta (“ustedes no son tan diferentes”). Los cambios estructurales o la Banca Pública como instrumento vertebrador de los cambios han sostenido sus palabras. En el terreno de la corrupción ha preferido no ir tanto a los casos concretos si no hablar del “origen de la corrupción”, que él describe como “la complicidad entre el poder económico y político” que favorece las situaciones de corrupción.

 

Sin embargo, la nula respuesta por parte de Moreno a sus interpelaciones, la escasa de Díaz, que se ha dirigido al líder de IU en contadas ocasiones durante la hora y media, y la rigidez del formato han puesto en una situación complicada a Antonio Maíllo. Sus palabras han parecido discurrir por otros derroteros, sobre todo al principio del debate, mejorando su posición al avanzar la noche. De hecho, intentó poner sobre la mesa temas como el Tratado de Libre Comercio de la Unión Europea que no han encontrado ninguna respuesta en sus contrincantes. Ha tenido un discurso convincente y menos simple que sus adversarios por eso, para algunos analistas puede resultar poco eficaz, sin embargo las encuestas dan la razón a aquella frase de Maíllo en la que decía “el debate es qué grado de audacia quiere la sociedad”.

“Hay que afrontar la corrupción ejerciendo medidas, abriendo y reabriendo todos los expedientes, creando normas y una comisión permanente para ello” añadió Maíllo, matizando que “no basta con titulares; tiene que prohibirse el doble discurso que genera desazón. Nadie es perfecto pero tenemos que dar ejemplo y luchar contra la corrupción con honestidad y prohibir cualquier contrato en el sector público con empresas condenadas”.

Estas eran algunas de las medidas específicas del programa de IU que planteaba Maíllo en el debate, frente al cansino y cíclico “y tú más” de Moreno y Díaz, que más allá de las meras acusaciones mutuas apenas incluyeron en sus discursos propuestas concretas de sus proyectos de gobierno. Ni propuestas ni respuestas, ya que los dos candidatos, popular y socialista, a pesar de las insistentes preguntas de Maíllo, se negaron a pronunciarse sobre el Tratado de Libre Comercio que está forjando en la clandestinidad EEUU con la UE o sobre la reforma del artículo 135 de la Constitución Española que pactaron PP y PSOE para blindar la deuda y el capital por encima del bienestar de las familias.

En cuanto al desempleo, Maíllo dijo que se trata de un problema “estructural” de Andalucía que difícilmente se podrá solucionar con una visión “cortoplacista”. En su opinión, hace falta un cambio del modelo productivo con una banca pública a su servicio y una reindustrialización de Andalucía. Además, consideró necesario que el empleo que se cree sea de calidad y estable y ha apostado por impulsar el turismo sostenible, el sector del comercio y de las energías renovables.

Maíllo supo en todo momento aprovechar el debate para dejar muy claro el mensaje de IU de cara al 22 de marzo: “Sé que hay muchas personas dudando si votar a otras formaciones, pero pido con humildad el voto a IULV-CA a la gente de izquierdas que cree en la justicia social, los servicios públicos y el empleo estable y de calidad”. El coordinador de la formación andaluza apeló a los votantes “que nos dieron la confianza en 2012”, animándoles a “renovar la confianza” en la federación de izquierads porque IULV-CA ha sido sincera con su programa y “honesta” en su forma de actuar en el Gobierno. Y añadió: “Somos la garantía de un Gobierno que no roba ni miente”.

Parece que la sociedad prefiere la audacia al “y tu más” de PP y PSOE. El lunes próximo los tres se verán de nuevo las caras, en Televisión Española

 

 

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