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Morón

Un vecino de Morón sufre una presunta negligencia médica por culpa de las derivaciones a la sanidad privada

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Una ecografía en la Clínica privada -concertada- Santa Isabel mal hecha, a prisa y corriendo porque había más “clientes” en la sala de espera, puede obligar a José Luis, un vecino del Rancho, a pasar por quirófano…

_Una ecografía en la Clínica privada -concertada- Santa Isabel mal hecha, a prisa y corriendo porque había más “clientes” en la sala de espera, puede obligar a José Luis, un vecino del Rancho, a pasar por quirófano.   

 

 

 

La derivación de pacientes a clínicas privadas o concertadas lleva años aumentando considerablemente. En lugar de invertir en la sanidad pública, los neolibelares y sus políticas que nos gobiernan siguen con los recortes y privatización de nuestra sanidad pública, y han decidido que es mejor llenar los bolsillos de las empresas que hacen negocio con la enfermedad.  Y las consecuencias las pagamos los ciudadanos. A continuación un ejemplo.

 

Su nombre es José Luis Carrillo Millán, un vecino de Morón que en el año 2006 y 2011 tuvo que pasar por un procedimiento quirúrgico durante el cual se le extrajeron el tiroides y los ganglios linfáticos, siendo estos posteriormente examinados para determinar si existen signos de cáncer.

 

Desde entonces y debido a su historial clínico, todos los años le tienen que  hacer analíticas y ecografías en las que siempre se le detectan pequeños aumentos en los ganglios. La Consejería de Salud, en la última ecografía que le realizaron, decidió derivarlo a la Clínica privada Santa Isabel, en Sevilla,  donde según denuncia, ha sido víctima de una –presunta- negligencia.

 

 

La propia endocrina del Valme que lo recibió al recoger los resultados de esta última “eco” le dijo textualmente: “Si no hay nada es un milagro o la eco está mal hecha”. Al repetírsela en el Hospital de Valme, “donde son más fiables”, a nuestro vecino las adenopatías (enfermedad que aumenta las glándulas linfáticas),  no solo no habían desaparecido, como informó el que le hizo la eco en la Clínica Santa Isabel, sino que habían aumentado de tamaño. El pasado 30 de octubre, en otra cita con el endocrino en el Valme, le comentan que a la vista de los nuevos resultados lo siguiente: “menos mal que le hemos repetido la eco” y que “posiblemente le tengamos que volver a intervenir” .

 

 

Parece indudable que debido al error de la eco realizada en la clínica Santa Isabel (donde tardaron apenas 3 minutos y la hicieron con prisas porque tenían muchas personas en la sala de espera, nos cuenta José Luis) y el retraso causado por el mismo, las adenopatías han aumentado de tamaño sin que se hayan podido tomar medidas preventivas por parte de los endocrinos, hasta el punto, de requerir una nueva intervención.

 

Consecuencias de la progresiva privatización de los servicios públicos donde miles de pacientes se ven forzados a aceptar la derivación para no desaparecer de las listas de espera del tratamiento en cuestión o esperar tiempos que llegan hasta los dos años. Por beneficiar el negocio de unos pocos nos obligan a ponernos en las manos de estas empresas privadas donde solo somos números, y según lo rápido o lo lento que nos atiendan, beneficios o pérdidas.

 

 

 

 

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