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Opinión

Pio Nono y La Inmaculada Concepción

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Opinión. Cada 8 de diciembre la feligresía católica celebra el Día de la Inmaculada Concepción de María. Es muy probable que una amplia mayoría desconozca el origen de esta fecha ….

Opinión. Cada 8 de diciembre la feligresía católica celebra el Día de la Inmaculada Concepción de María. Es muy probable que una amplia mayoría desconozca el origen de esta fecha …

Fue justamente un 8 de diciembre, pero de 1854, que el Papa Pío IX promulgó el Dogma de la Inmaculada Concepción en su encíclica Ineffabilis Deus. Después de afirmar que “que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción” aún  “antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada” , termina con una advertencia que no deja dudas: “, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osaren manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho.”

La gran novedad era que desde el Concilio de Nicea del año 325 sólo los concilios generales decidían qué era dogma y qué no. Pero además, la cuestión de fondo ya había sido discutida durante siglos. Una cosa era sostener la virginidad de María para tener a Jesús y otra muy distinta que hubiera sido “sin pecado concebida”. Ya en el siglo XII San Bernardo de Claraval alertaba a los canónigos de Lyon que si se aceptaba la inmaculada concepción de María, el mismo criterio habría de aplicarse a todos sus ascendientes, puesto que todos habían sido concebidos a través del acto sexual. Lo que recomendaba entonces, era celebrar el nacimiento y no su concepción. Este criterio fue sostenido durante décadas por los canónicos Pedro Lombardo, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino. Hasta que el franciscano Duns Scotto propuso la tesis de que la Virgen María fue inmunizada del pecado original ya antes de ser concebida. En esta idea, y en la “Constitución Apostólica” de Alejandro VII (8-12-1661), se basó el Papa Pío Nono para promulgar su dogma.

Los protestantes rechazan la doctrina, ya que no consideran que el desarrollo dogmático de la teología sea un referente de autoridad y que la Mariología en general, incluida la doctrina de la Inmaculada Concepción, no se enseña explícitamente en la Biblia.

Por cierto que los fundamentos para la veneración de María entran en contradicción con los Evangelios. En Marcos (3:31 al 35) se relata cómo Jesús niega a su madre y sus hermanos: “Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.”

Como señala el Evangelio de Marcos (6:3) y el de Mateo (13:55-56), los hermanos se llamaban Santiago, José, Simón y Judas y habría al menos dos hermanas de las que no se dan los nombres. Sabemos también por el Nuevo Testamento que “sus hermanos no creían en él ” (Juan 7:5).

 

Pío IX fue el Papa que más tiempo permaneció en el trono, desde 1846 hasta su muerte en 1878…

Un 8 de diciembre, pero esta vez de 1864, promulgó la encíclica Quanta Cura a la que añadió el Syllabus, compendio de ochenta proposiciones condenatorias de las doctrinas más progresistas del momento. Entre otras, desconocía el matrimonio de católicos ante la autoridad civil y señalaba que el Romano Pontífice “no puede, ni debe reconciliarse, ni transigir con el progreso, el liberalismo y la civilización moderna”. El Concilio Vaticano Segundo repudió hace más de cuarenta años la mayoría de las posturas más retrógradas del Syllabus, pero mantuvo en vigor lo que tal vez sea el legado más duradero de Pío Nono: la doctrina de la infalibilidad del Papa. Esto fue promulgado por el Primer Concilio Vaticano, iniciado el 8 de diciembre de 1869, que proclamó la infalibilidad papal. De ahí en más los pontífices están libres de cometer errores y se considera su palabra de inspiración divina…

Carlos Mario Martínez

 

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