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Opinión

«José Manuel, déjame llamarte camarada»

Opinión. Hoy no puedo dejar de pensar en ti, y en el mal rato que has pasado estos días que hemos compartido contigo. Toda la organización en vela, como ocurre siempre que se requiere…

Opinión. Hoy no puedo dejar de pensar en ti, y en el mal rato que has pasado estos días que hemos compartido contigo. Toda la organización en vela, como ocurre siempre que se requiere en los peores momentos para hacer frente a cualquier problema. Este desde luego era uno de los gordos, Alaya te había imputado como ya había hecho con Antonio, en una decisión que pocos juristas entenderían, pero al fin y al cabo ella es representante del poder judicial ¿no?, y eso es sagrado en España, ya que el estado de derecho nos garantiza que ella es independiente, por mucho que la teoría marxista nos diga que eso es imposible, o a la relación que le une al también “independiente” magistrado en excedencia Juan Ignacio Zoido, o a que siempre que imputa a uno de los nuestros, parece que lo haga con el calendario electoral en la mano.

Te ha metido en un caso bien mediático, y te acusa de haber aceptado una mordida de la empresa Fitonovo, por la construcción de los campos de césped artificial que inauguraste siendo concejal delegado de Deportes en el Ayuntamiento de Sevilla.

Te mandó llamar y te tomó declaración, y al acabar esta, no tuvo en cuenta que aquellos campos hubiesen sido adjudicados sin nuestra participación, ya que al haber sido construidos con fondos del “Plan E”, fueron licitados y adjudicados por una mesa de contratación técnica en la que no participaste ni tú, ni ningún otro miembro del partido. Millones de euros de inversión en el deporte de base, y resulta que Fitonovo sólo intervino en alguna obra menor como la reparación del muro del Centro Deportivo Ifni, pero esos no parecen haber sido argumentos suficientes para Alaya que te ha imputado, manchando una vez más el nombre de Izquierda Unida con unas elecciones a la vuelta de la esquina.

Cuando ayer nos comunicaste tu decisión, algunos nos rebelamos; el código ético no te obligaba a dimitir ya que todavía no habías sido procesado, y además todos sabíamos que no eras culpable. No era justo que te marchases así de la vida institucional, señalado como un golfo cualquiera, ya que aunque las pruebas estaban ahí al alcance de cualquiera, la reaccionaria prensa sevillana no iba a tener piedad contigo, y muchos te iban a marcar, y a poner en duda tu honorabilidad, a ti que en toda tu vida no habías hecho otra cosa que luchar por los demás. Pero aunque no era justo, nos convenciste, era lo mejor para la organización, y así no dudaste en inmolarte para salvar al partido, y demostrar con ello que no somos como los otros, y que los comunistas no tenemos apegos a los cargos, y que…, bueno, po-drías haber dado miles de motivos, pero aún así, tu marcha seguía siendo terriblemente injusta.

Casi nos hiciste llorar al recordar tu entrada en el Partido Comunista hace más de cuarenta años, y como los instructores que te presentaron te enseñaron lo que significaba ser un camarada, algo que definiste como “mucho más que amigo y algo más que familia”, pues implicaba compartir una lucha común por acabar con las injusticias.

Hoy tú José Manuel has sido víctima de una, y ante ella has mantenido la dignidad alta y has hecho lo que creías que tenías que hacer pensando siempre primero en el colectivo. José Manuel, déjame llamarte camarada, por lo que hiciste hoy y por lo que has hecho siempre; porque ninguna jueza podrá quitarte la nobleza que muy poca gente es capaz de tener, aquella que te hizo trabajar siempre por construir un mundo que para la mayoría es imposible.

Déjame llamarte camarada, por los días y las noches de lucha que hemos compartido y seguiremos compartiendo; por haberte puesto al frente de un proyecto que hizo mucho daño a aquellos que quisieron enriquecerse a costa de los sevillanos, y que consiguió sentar las bases de una ciudad más sostenible y social para la mayoría. Déjame llamarte camarada por darlo todo sin esperar nada a cambio, como sólo los comunistas han sabido hacerlo en la historia de este país. Déjame llamarte camarada, para que pueda darte las gracias como familia y como amigo, José Manuel García

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