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Opinión

Éramos pocos..

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Opinión.  Éramos pocos y parió la abuela. ¡El Monacarca nos ha abandonado! Ahora que tiemblen elefantes y osos pardos; princesas alemanas y vigilantes de aduanas que hacen ojos sordos …

Opinión.  Éramos pocos y parió la abuela. ¡El Monacarca nos ha abandonado! Ahora que tiemblen elefantes y osos pardos; princesas alemanas y vigilantes de aduanas que hacen ojos sordos y oídos ciegos a tanto maletín y transacción monetaria. Ahora ya los barriles de güisqui no tendrán que ser escanciados a oscuras. 

Quedan algunos flecos por resolver, eso sí, pero ¿qué es eso para un país donde no ha habido reforma agraria, ni separación real entre la Iglesia y el Estado; donde los muertos por defender la legalidad democrática se apilan en las cunetas y sus verdugos reposan en un panteón descomunal que hiere con su molicie el bello valle de Cuelgamuros en la Sierra de Guadarrama; donde una de sus fiestas nacionales celebra el levantamiento de la Inquisición contra la Enciclopedia al grito de “¡Vivan las cadenas”!?


Quedan algunos flecos por resolver, eso sí, antes que el fulano se vaya de rositas al otro mundo. Por ejemplo, si ya ha abdicado, ¿seguirá siendo impune ante la ley? No quiero decir que confíe demasiado en esa señora con la balanza en la mano y los ojos vendados. Ahí tenemos a una legión de saqueadores de lo público descansando tan ricamente en sus mansiones o a asesinos del pueblo iraquí dando conferencias millonarias con sus media melena al viento, mientras que una mujer que, en un ataque de ira comprensible, se cepilla al violador de su hija –que además se mofó de su fechoría– acaba con sus huesos en la cárcel sin más consideraciones. Particularmente siempre he pensado que la Ley de Memoria Histórica nunca se podría llevar a cabo porque quien primero tendría que ser juzgado por crímenes contra la humanidad durante la Dictadura, sería aquel que ostentaba la Jefatura del Estado, esto es el Rey, dado que fue elegido sucesor del Sapo Iscariote y como tal, era partícipe de todos sus desmanes y crueldades. Pero ahora que ya no es Rey, ¿podrá ser juzgado o al menos acusado? Me da la impresión que no, pero así debería ser.


¿Y el supuesto papel de salvador de la democracia durante el 23 F? Si nos enseñaran bien la historia, o mejor dicho, si la estudiáramos bien, veríamos las similitudes entre ese esperpento y los que rodearon a la Restauración de Alfonso XII. Casi nadie en el Parlamento se levantaba al entrar el monarca y al día siguiente del supuesto golpe de Estado, todos –o casi todos– le aclamaban. A partir de ahí, la cuestión de la Tercera República, cayó en un mayoritario silencio. No hace falta ser muy sagaz para adivinar que más que un Golpe de Estado, fue un Golpe de Efecto digno de los más reputados servicios secretos.


Luego queda la cuestión monetaria. Y no me refiero a las descomunales comisiones logradas con eso que los medios de deformación llaman defensa de los intereses de España, porque entre tanto viajecito con tanto empresario –nunca trabajadores, solo empresarios y de los grandes– digo yo que algo habrá caído en el real bolsillo, aparte el yate y alguna menudencia más. Me refiero al asunto de los sueldos que pagamos entre todos a esa familia parásita. Echando rápidamente las cuentas, calculo que el sueldo de Rey ahora se dobla, porque, de alguna manera, al que abdica no se lo van a bajar y al nuevo, se lo suben, además de incluir otro nuevo, el de la Princesa de Asturias, que, a pesar de su tierna edad, seguro que pilla, para que se vaya acostumbrando. 
Y todo eso sin contar los gastos de coronación, nuevos sellos, nuevas monedas, etc, etc. 
En fin, al que se va, que se vaya y al que viene, que no venga. ¡¡Viva la República!

 

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