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Opinión

Diez mitos sobre el conflicto palestino-israelí (cuarto mito)

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Mito 4: Israel tiene “derecho a existir”. El hecho de que este término se utilice exclusivamente en relación con Israel es instructivo en cuanto a su legitimidad, como lo es el hecho de que la demanda se dirija a los palestinos, …

Mito 4: Israel tiene “derecho a existir”. 

El hecho de que este término se utilice exclusivamente en relación con Israel es instructivo en cuanto a su legitimidad, como lo es el hecho de que la demanda se dirija a los palestinos, que son quienes deben reconocer el “derecho a existir” de Israel, mientras que nadie exige a Israel que reconozca el “derecho a existir” de un estado palestino.

Las naciones no tienen derechos. Los tienen las personas. El marco adecuado para el debate es el del derecho de los pueblos a la autodeterminación. Desde este punto de vista, es algo evidente que no son los árabes los que han negado a los judíos ese derecho, sino los judíos los que han negado ese derecho a los árabes. La terminología israelí del “derecho a existir” es empleada constantemente para ocultar este hecho.

Como ya hemos dicho, Israel no fue creado por la ONU, sino que fue fundado el 14 de mayo de 1948 cuando los sionistas, unilateralmente y sin autoridad legal, declararon la existencia de Israel, sin especificar cuáles eran las fronteras del nuevo estado. En un instante, los sionistas declararon que los árabes ya no eran los propietarios de sus propias tierras; ahora pertenecían a los judíos. En otro instante, los sionistas declararon que la mayoría árabe de Palestina eran ahora ciudadanos de segunda clase en el nuevo “estado judío”.

No es necesario decir que los árabes no aceptaron pasivamente estos hechos sobre el terreno. Los países árabes vecinos declararon la guerra al régimen sionista con el fin de impedir una injusticia tan grave contra la mayoría de los habitantes de Palestina.

Hay que subrayar que los sionistas no tenían derecho a la mayor parte de las tierras que declararon formar parte de Israel. Ese derecho era de los árabes. Por consiguiente, esta guerra no fue, como se suele decir, un acto de agresión de los estados árabes contra Israel. En realidad, los árabes intervinieron en defensa de los derechos de la población árabe de Palestina, para impedir que los sionistas se apoderaran ilegal e injustamente de sus tierras y privaran de sus derechos a la población árabe. El acto de agresión fue la declaración unilateral de la creación de Israel por parte de los líderes sionistas y la violencia que estos ejercieron para imponer sus objetivos, tanto antes como después de esa declaración.

En el curso de la guerra que siguió, Israel puso en práctica una política de limpieza étnica. Alrededor de 700.000 palestinos árabes fueron expulsados de sus hogares o huyeron por temor a las masacres, tal como había ocurrido en el pueblo de Deir Yasin poco antes de la fundación del estado de Israel. A estos palestinos no se les ha permitido regresar a sus hogares y sus tierras, a pesar de que su “derecho al retorno” está reconocido y codificado en el derecho internacional.

Los palestinos nunca aceptarán la exigencia de Israel y de su principal benefactor, Estados Unidos, de que reconozcan el “derecho a existir” de Israel. Si lo hicieran, eso significaría que Israel tendría “derecho” a robar las tierras árabes, mientras que los palestinos no tendrían ningún derecho a ellas. Significaría, efectivamente, que Israel tenía “derecho” a la limpieza étnica de Palestina, mientras que los árabes no tenían derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad en sus propios hogares y en sus propias tierras.

El uso constante del término “derecho a existir” en la actualidad tiene un propósito: ocultar la realidad de que son los judíos quienes han negado a los árabes su derecho a la autodeterminación, y no al revés, y tratar de legitimar los crímenes de Israel contra los palestinos, tanto los del pasado como los actuales.

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