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Opinión

Diez mitos sobre el conflicto palestino-israelí (tercer mito)

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Mito 3: Los árabes perdieron una oportunidad de tener su propio estado en 1947. La recomendación de la ONU para la partición de Palestina fue rechazada por los árabes. Hoy muchos comentaristas …

Mito 3: Los árabes perdieron una oportunidad de tener su propio estado en 1947. La recomendación de la ONU para la partición de Palestina fue rechazada por los árabes. Hoy muchos comentaristas dicen que este rechazo fue una “oportunidad” perdida para que los árabes tuvieran su propio estado. Pero caracterizar esto como una “oportunidad” para los árabes es patentemente ridículo. El plan de partición no fue de ninguna forma una “oportunidad” para los árabes.

En primer lugar, como ya se ha señalado, los árabes eran una gran mayoría en ese momento en Palestina, mientras que los judíos constituían aproximadamente una tercera parte de la población, y esto gracias a la inmigración masiva procedente de Europa (en 1922, por el contrario, el censo británico mostraba que los judíos representaban únicamente el 11 por ciento de la población).

Por otra parte, las estadísticas de propiedad de la tierra de 1945 mostraban que los árabes poseían más tierras que los judíos en todos y cada uno de los distritos de Palestina, incluyendo Yafa, donde los árabes poseían el 47 por ciento de las tierras y los judíos solo el 39 por ciento (Yafa se jactaba de ser el distrito con el mayor porcentaje de tierra propiedad de judíos). En otros distritos, los árabes poseían una porción todavía mayor de las tierras. El caso más extremo era el de Ramala, donde los árabes poseían el 99 por ciento de las tierras. En el conjunto de Palestina, los árabes poseían el 85 por ciento de las tierras, mientras que los judíos solo eran dueños del 7 por ciento, una situación que permaneció sin cambios hasta la creación del estado de Israel.

A pesar de estos hechos, la recomendación de partición de la ONU proponía que se entregara más de la mitad del territorio palestino a los sionistas para su “estado judío”. No era razonable esperar que los árabes aceptaran semejante propuesta injusta. Los comentaristas políticas señalan hoy que la negativa de los árabes a aceptar que parte de su territorio les fuera arrebatado, en base al rechazo explícito de su derecho de autodeterminación, representó una “oportunidad perdida”. Este juicio supone una asombrosa ignorancia de las raíces del conflicto o una falta de voluntad para examinar honestamente la historia.

También hay que señalar que el plan de partición fue rechazado por muchos líderes sionistas. Entre quienes apoyaron la idea, como fue el caso de David Ben-Gurion, su razonamiento fue que esto era un paso pragmático hacia su objetivo, que era conquistar la totalidad de Palestina para el “estado judío”, algo que podría conseguirse, finalmente, por medio de las armas.

Cuando se planteó por primera vez la idea de la partición, Ben-Gurion escribió que “después de que seamos una fuerza poderosa, como consecuencia de la creación del estado, aboliremos la partición y nos expandiremos a la totalidad de Palestina”. El estado judío “tendrá que preservar el orden”, si los árabes no se someten, “con ametralladoras, si fuera necesario”. 
 

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