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Opinión

Más que nunca: empresa pública de energía

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Los precios de la luz han subido en los últimos 12 meses un 80%, y los récords históricos de los últimos días a consecuencia de la guerra en Ucrania…

_Los precios de la luz han subido en los últimos 12 meses un 80%, y los récords históricos de los últimos días a consecuencia de la guerra en Ucrania.

 

La guerra no solo conlleva dramáticas consecuencias sobre las vidas humanas. Los efectos económicos que apareja se están notando ya en suelo español. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba que la luz se ha disparado en el país hasta un 80,5% respecto al año anterior. Es más, el pasado 7 de marzo alcanzaba su récord histórico: 544,98 euros el MWh.

 

 

¿El motivo? El alza del precio del gas por el impacto de la guerra de Ucrania, que a su vez marca el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista. Sin embargo, la ley de la selva que opera en el mercado energético, exento de control público en España, no ha impedido que los beneficios de las principales empresas se disparen, también, hasta cifras nunca antes vistas.

 

El sistema marginalista que rige el mercado eléctrico europeo funciona de tal forma que la tecnología de generación más cara fija el precio del resto de las fuentes en subasta, con lo que las compañías eléctricas que producen poca energía con gas –como las hidroeléctricas– pero que cobran toda su generación a ese precio obtienen lo que se conoce como "beneficios caídos del cielo". “Es como si un bar comprara las cañas a tres euros y las vendiera a 540”, explicaba el economista Carlos Sánchez Mato para este diario.

 

Tal es la situación que incluso la Comisión Europea, hasta ahora reacia a intervenir los mercados energéticos, se ha abierto a limitar "temporalmente" el contagio automático de la carestía del gas al precio de la electricidad. "Para abordar el aumento vertiginoso de los precios de la energía, la Comisión estudiará todas las opciones posibles de medidas de emergencia para limitar el efecto de contagio de los precios del gas en los precios de la electricidad, como límites de precios temporales", anunciaban.

 

 

Algo que fue ligeramente abordado en el Plan de Choque del Gobierno, diseñado para paliar el encarecimiento de los recibos de la población española a propuesta de los de Unidas Podemos (UP), pero que dejó de lado cuestiones fundamentales que ahora, en momentos de guerra, vuelven a llamar a las puertas del Ejecutivo: limitar los precios del MWh, restringir los beneficios caídos del cielo y la creación –o participación– de una empresa pública de energía.

 

Sobre todo, por los ejemplos del entorno español, que llevan al mercado eléctrico patrio a ser el más privatizado de toda Europa y que ponen en una posición a España muy vulnerable frente a las mentadas consecuencias económicas, y que ya sufren los bolsillos de la población.

 

 

Sin ir más lejos, en Francia, EDF (Électricité de France), que es la primera eléctrica del país, de Europa y la tercera mundial, es propiedad del Estado francés en un 84%. Lo mismo ocurre con las eléctricas Verbund, en Austria, o Vattenfall, en Suecia, que también son mayoritariamente públicas. “33 de las 51 eléctricas más grandes del mundo son de control estatal”, explicaba Pablo Echenique durante la presentación en rueda de prensa de la proposición de ley para la creación de una energética pública el pasado 2 de septiembre.

 

Efectivamente, los morados ya propusieron, en sintonía a lo firmado en los acuerdos de Gobierno, rediseñar el mercado eléctrico español, crear una empresa pública –o al menos con participación pública– de energía y fijar los precios del MWh de las energías nuclear e hidráulica. El PSOE, en ese momento, no estuvo por la labor, alegando a la supuesta prohibición de Bruselas.

 

 

Sin embargo, ahora que las instituciones comunitarias han lanzado, aunque sin concretar, la posibilidad de establecer regulaciones sobre el mercado oligopólico, las puertas se vuelven a abrir para los socialistas, que hasta la fecha se han limitado a apelar a la “empatía” de las grandes empresas que controlan el mercado.

 

 

 

 

 

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