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Opinión

Cerca del Castillo. «CON LA PÁGINA EN BLANCO». Por Paco Pavía

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Me encuentro paralizado ante  la pantalla brillante del ordenador  y la mente en ebullición queriendo tocar multitud de temas para escribir ”Cerca del Castillo”.

_Me encuentro paralizado ante  la pantalla brillante del ordenador  y la mente en ebullición queriendo tocar multitud de temas para escribir ”Cerca del Castillo”.

 

¡Será por material para opinar!:  Los rebrotes del Covid ; la Iglesia Católica en campaña electoral  organizando una misa-funeral particular ; lo fina que es la piel de algunos periodistas para recibir críticas, pero para atizar duro, con o sin razón, usan el comodín de la necesaria libertad de expresión ; la vuelta al ladrillazo como modelo productivo esquilmando ricos entornos naturales  ; el poco compromiso político de muchos  artistas y deportistas ; el pendrive de Dina ; el calentamiento global ; las ganas de quitar de en medio por cualquier vía al vicepresidente del gobierno ; Bolsonaro que ha caído enfermo por un virus que negó como su amigo Boris Johnson ; la poquita gente que usa las papeleras en Morón ; la llegada del verano con sus más de 40 grados ; cómo se repite  la historia en tiempos de crisis ; el mal uso del concepto “meritocracia” si no va unido a equidad y empatía ; el aumento del racismo y la homofobia ; lo caras que nos salen  las putas (perdón, las amigas) del Rey español ;  etc, etc, etc.

 

 

Como decía Serrat: “Pero hoy las musas  han pasao de mí, andarán de vacaciones”.

 

Aunque levantar a tus seguidores sea lo más fácil del mundo. Solo tienes que estar actuando por ejemplo en Huelva y decir desde el escenario:  “ ¡¡¡ Viva Güerva !!!” , para que las masas rujan enfervorizadas.

 

Hacer reír o reflexionar  es mucho más difícil que hacer gritar o llorar. Basta con contar cualquier pena cotidiana de las muchas que tenemos, para poner triste al personal. Por eso los cómicos y los intelectuales comprometidos con los más débiles son tan necesarios.

 

 

También vale con ver cualquier telediario para deprimirse y comprobar que se han convertido en fábricas  de titulares sin  profundizar en  ningún asunto. La sección meteorológica y deportiva ocupa más de la mitad del tiempo de los informativos.

 

Las tertulias políticas son jaulas de grillos, buscando “los zascas” continuamente, tocando de puntillas montones de asuntos sin zambullirse en ninguno. El programa que  más  grite, obtendrá un premio en forma de  alto índice de audiencia.

 

Si repasamos los concursitos de grandes hermanos, islas, tronos, sálvames, tertulias deportivas de madrugada o escuelas televisivas de cocina, moda, música, etc… no te digo “ná”. Pensamiento y reflexión, cero. Sólo entretenimiento banal o ejercicio general de “vieja del visillo” o tertulias de líos de cintura para “abajo”.

 

El elogio de la incultura, la información visceral o la negación del pensamiento reflexivo es cada vez mayor. Además se potencia y se presume de ello.

 

Hay un futbolista del Real Madrid muy conocido que ha escrito un libro sin haber leído ninguno antes.

 

Tenemos en Andalucía un grupo de Sevillanas archifamoso, cuyas letras son seriales de cuarta categoría y cuyos componentes presumen de no  necesitar  la  poesía, la literatura u otras artes  para inspirarse.

 

Si ojeamos  las letras de reggaetón: “mami, culo, cuerpo, te tengo, no me dejes, eres mía, solo mía, caca, culo, pedo, pis…”.  ¡¡¡ Uffffffff !!! .

 

Y eso que debido a la tecnología digital, nunca en la historia ha habido más acceso a la cultura y  la información como actualmente. Además salvo excepciones, afortunadamente casi todos hemos podido ir a la escuela y aprender al menos a leer y escribir. Pues bien, lo que se lleva es presumir de no necesitar la enseñanza y decir que en la escuela no se ha aprendido nada (sobre todo si son colegios públicos),  minimizando la necesaria labor de profesoras y maestros.

 

Al renunciar al conocimiento y la cultura, nos convertimos en consumidores compulsivos y obedientes.  Además de no cuestionarnos jamás, quién dirige nuestro mundo o quiénes y cómo son los dueños de la ropa o  móviles que compramos. Al convertirnos en compradores teledirigidos, tampoco nos preguntaremos por qué se mueren de hambre los seres humanos (eterna pandemia cuya vacuna es la comida).

 

 “Yo me he hecho a mí mismo” o “A mí nadie me ha regalado nada” son expresiones mentirosas pero muy utilizadas. En mínimos casos pueden ser verdad, pero si miramos en el fondo de nuestro corazón recordaremos  seguro que a lo largo de nuestra vida, al menos una persona ha hecho algo bueno por nosotros (material o espiritualmente), aunque sea solo un poquito. Un familiar, una maestra, un vecino, una desconocida, un amigo o alguien que no recordemos, seguro que alguna vez nos regaló o nos enseñó algo  sin pretenderlo.

 

 

En fin, una vez más no salió un artículo de opinión divertido.

 

Cómo decía el gran Mario Benedetti:  ”UN PESIMISTA ES UN OPTIMISTA BIEN INFORMADO”.

 

SALUD                Morón    8 de Julio de 2020

 

 

 

 

 

 

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