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Opinión

Cerca del Castillo. «¿DERRIBAR ESTATUAS?». Por Paco Pavía

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"Desde el principio de los tiempos, para imponerse un pueblo a otro, un rey a otro, un imperio a otro , una tribu a otra o una idea a otra, después de la eliminación física del contrario, queda lo más difícil… la eliminación del recuerdo, del legado, de la memoria."

_Revisar el pasado no es nuevo en la Historia, lo que pasa es que nos despista a la hora de poner el foco en lo realmente importante. Si hablamos  de estatuas  caídas o de películas censuradas, no hablamos del meollo de la cuestión. El troncho es el racismo, la pobreza naturalizada y su consecuencia: la aporofobia (miedo al pobre) y la acumulación progresiva de la riqueza mundial en muy  pocas manos.

 

Después de las manifestaciones por la muerte de George Floyd, se están derribando por todo el mundo estatuas de esclavistas  ingleses, españoles y portugueses e incluso figuras de Colón y de George Washington.

 

Algunas plataformas de streaming y T.V.,  han reaccionado de la siguiente forma:  

 

 HBO decidió eliminar de su catálogo la película de 1939 “Lo que el viento se llevó” por eternizar estereotipos raciales, aunque a las pocas horas, decidieron volver a incluirla con un aviso sobre el naturalizado contenido racista. Hattie McDaniel  (Mammy, la esclava de Escarlata O´hara), fue la primera  afroamericana en recibir un Oscar a la mejor actriz de reparto. Al estreno de la película en 1939 no la dejaron ni entrar, pero “al menos” en la recogida de la estatuilla en 1940, la dejaron sentarse al final del salón  del Hotel Ambassador de Los Ángeles.

 

 Si hubiéramos llevado este concepto al límite, en Andalucía podíamos haber pedido descatalogar  la serie “Médico de familia” (1995-1999) que contaba las peripecias de una familia numerosa. Su asistenta  Juani  (Luisa Martín), perpetuaba el tópico de la criada andaluza graciosilla y servicial. Este tema lo explicó muy bien Juan Carlos Aragón en su pasodoble “Aunque diga Blas Infante” de su chirigota “Los Yesterday” de 1999.

 

La BBC también retiró la comedia Little Britain por el uso del “Blackface” que significa pintarse la cara de negro. Por cierto, en la primera película sonora de la historia “El cantor de Jazz” (1927 de Alan Crosland),  Al Jolson cantaba maquillado para parecer negro. Los “Blackfaces” más cercanos que tenemos, son  “los  Baltasar” de las cabalgatas  de Reyes, que casi siempre son blancos pintados.

 

 

También Paramount Network paraba su reality show “Cops”, en el que agentes de policía, mayoritariamente blancos, eran grabados en directo actuando principalmente contra presuntos delincuentes negros o hispanos.

 

En 1992, el primer día de clase de la asignatura de Arte en la Facultad de Geografía e Historia de Sevilla, el profesor Palomero Páramo entró y sin decir ni buenos días, escribió con tiza dos palabras en latín: DAMNATIO MEMORIAE (“Condena de la memoria”).

 

 

Desde el principio de los tiempos, para imponerse un pueblo a otro, un rey a otro, un imperio a otro , una tribu a otra o una idea a otra, después de la eliminación física del contrario, queda lo más difícil… la eliminación del recuerdo, del legado, de la memoria.

 

Ejemplos históricos hay miles, mencionaré algunos:

 

ANTIGUO EGIPTO.- La primera “Faraona” no fue ni Cleopatra ni Lola Flores, fue HATSHEPSUT. Reina de la XVIII Dinastía, entre 1490-1468 A.C. Pues bien, su sucesor Tutmosis III, ordenó a cientos de artesanos armados de martillo y cincel borrar a lo largo de todo el Nilo las inscripciones  en piedra con el nombre de su madrastra y antecesora en el cargo, para dejarla caer en el olvido.

 

GRECIA CLÁSICA.-  El 21 de julio del 356 A.C., Eróstrato quemó una de las siete maravillas del mundo, el Templo de Diana en Éfeso. Las autoridades después de ejecutar al pirómano, castigaron con pena de muerte al que mencionara su nombre. Intentaron borrar su memoria. Pero siempre queda un rastro, sobre todo de los que cometen salvajadas.

 

ROMA.-  El emperador Caracalla (211-217), después de asesinar a su hermano Publius Septimius Geta, ordenó derribar las estatuas y quemar los documentos de su antecesor. Olvidó que “Geta” era muy popular y su cara  estaba estampada en millones de monedas, esto hizo que no se olvidaran de él. A lo mejor, el origen de la frase “tienes mucha jeta”,  viene de ahí.

 

SIGLOS XX y XXI.-  En 1955, después del golpe  contra  Perón en Argentina,  nombrarlo a él o a su esposa Eva era considerado delito. Lugares públicos fueron rebautizados.

 

Conocidos son los Photoshop de Stalin a sus opositores. Cómo le pasó a Nikolai Yezkov o León Troski por ejemplo. Fueron eliminados físicamente, borrados  de  fotos y tachados de  documentos firmados por ellos.

 

Lo mismo ocurrió en Egipto después de 2011 con el presidente depuesto Hosni Mubarak y su esposa Susanne.

 

Una de las Damnatio Memoriae más eficaces fue la franquista contra el legado de la II República. Los primeros eliminados fueron  maestras y maestros, además del pueblo llano, políticos democráticamente elegidos o militares que no se adherían al régimen fascista. Aún nuestras cunetas están llenas de huesos de españoles que lucharon por la democracia. Y lo más importante, al no haberse declarado nulos los juicios del régimen,  significa que 45 años después, el franquismo no solo tiene poder   simbólico, sino también  legal.

 

 

Otro ejemplo claro de Damnatio Memoriae 4.0, se da cuando borramos de nuestras redes sociales perfiles de antiguos amores o cuando bloqueamos  y eliminamos a personas que nos insultan digitalmente.

 

Si paseamos por la sevillana calle Sierpes veremos una gran placa recordando a Nicolás Monardes Alfaro, ilustre médico y botánico hispalense. Lo que no pone en el azulejo es que su fortuna procede del tráfico de esclavos en el S. XVI. 

 

Yo no quitaría esa placa nunca,  ni las estatuas de Colón, ni la de otros  esclavistas, ni vetaría películas. Lo que sí haría es explicar bien a todo el mundo, quién es cada cual y en qué tiempo-espacio están creadas esas obras.

 

Por otro lado comprendo, que si a tu padre lo mataron o  tu abuela fue ultrajada por las tropas de Queipo de Llano en Sevilla, se te remuevan las tripas al pasar por la basílica de la Macarena, donde sigue enterrado ese piadoso señor y más, si eres cristiano de verdad.

 

¡¡¡ Para que luego digan que no es importante la asignatura de Historia !!!

 

SALUD                  MORÓN – 24 – JUNIO – 2020

 

 

 

 

 

 

 

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