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Opinión

Cerca del Castillo. «VIRUS CHINO». Por Paco Pavía

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Cromosomas españoles, mitocondrias catalanas, bacterias estadounidenses, linfocitos italianos, neuronas malayas, glándulas guatemaltecas,  leucocitos neozelandeses,  enzimas canadienses… bla, bla, bla…

_Cromosomas españoles, mitocondrias catalanas, bacterias estadounidenses, linfocitos italianos, neuronas malayas, glándulas guatemaltecas,  leucocitos neozelandeses,  enzimas canadienses… bla, bla, bla. 

 

 Creía ingenuamente que  con los avances en genética y el descubrimiento de la secuenciación completa del ADN humano, en este siglo XXI se iban a terminar varios debates eternos, por ejemplo: 

 

El racismo. A lo largo de la historia siempre se ha intentado justificar biológicamente la superioridad de la raza blanca por encima de las demás. Al demostrar que todos tenemos el mismo  ADN (los  cromosomas de los seres humanos se parecen en el 99,99999999999999 %, las minúsculas diferencias entre nosotros son neutras, irrelevantes o muy sutiles), se debería de haber acabado el fatal error de opinar que una raza es superior a otra. Pues nada, todo sigue igual.

 

El “Homo sapiens-centrismo”.  Eso de sentirnos especiales  por encima naturalmente  de todas las especies animales y vegetales para expoliar el planeta sin límite,  es un error enorme. Nos parecemos en el número de cromosomas a los chimpancés en el 98 %, a los ratones en el 88 %, a las vacas en el 85 %, también somos muy parecidos a vegetales y plantas. Pues nada, a destrozar la Tierra porque nos pertenece solo a los… ¿sapiens-sapiens?….. ¿De veras?

 

La estupidez. Esto es lo peor.   ¿Cómo se atreve un político, un tertuliano o cualquier hijo de vecino a decir el disparate científico superlativo que un virus es chino? Eso es una barbaridad  tan grande como decir que hay bacterias alemanas,  que hay hematocritos bielorrusos o que hay cromosomas españoles. Otra cosa es buscar el lugar geográfico de origen de un virus, aunque esto también es muy discutible entre la misma comunidad científica.

 

 Como ejemplo claro de la estupidez al nacionalizar las epidemias, tenemos la mal llamada GRIPE ESPAÑOLA que entre 1918 y 1920 mató a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Bien, esta gripe mortal  tuvo varios casos anteriores en Francia en 1916 y en Estados Unidos en 1917. Era la Primera Guerra Mundial y España era  neutral en ese conflicto,  así que fue el primero  en difundir sus casos y sus consecuencias, incluso en compartir algunos tratamientos, ya que el resto de países estaban en otros menesteres. Esto hizo que cayese encima el sambenito de esa epidemia, y se la mal  llamara Gripe Española.

 

El ÉBOLA es un afluente del  río Congo, cerca de donde se diagnosticaron los primeros casos del virus también llamado así, pero ese nombre le creó su estigma a la República Democrática del Congo, ya que la cepa podría haber nacido en países cercanos como Uganda, Sudán, República  Centroafricana o en todos a la vez. Un virus no entiende de fronteras.

 

Vamos a poner ejemplos más claros, más cercanos, más jugosos:

 

GAMBA DE HUELVA. ¿De verdad, en serio creéis que la exquisita gamba blanca está empadronada en Huelva?. Podremos decir que la han pescado en Isla Cristina o Ayamonte  (maravillosos pueblos onubenses), pero ese rico crustáceo decápodo a lo mejor nació en Villarreal de Santo Antonio o en Faro (Portugal) o a lo mejor venía nadando de Tánger (Marruecos) o de Chipiona (Cádiz), aunque fuera atrapada en Huelva.

 

BOQUERÓN MALAGUEÑO. Ese pescadito, puede que naciera en Salobreña (Granada), en Melilla, La Línea (Cádiz) o Argelia, pero se capturó en Málaga, Fuengirola o en Nerja. Ningún pez  tiene partida de nacimiento, se le adjunta  un lugar de origen (dónde se pescó) para identificarlo, clasificarlo y venderlo.

 

ALMEJA DE CARRIL. Quién sabe si la pobre almejita no va poco a poco por el fondo del mar por aguas de  Cambados, Rianxo,  Boiro o  Catoira. Pues nada, se le llama Almeja de Carril (Santiago de Carril, parroquia de Villagarcía de Arosa en Pontevedra) porque es comercial.

 

 

Con los Virus,  y las enfermedades infecciosas pasa lo mismo. Surgen en un punto del planeta por diversos motivos  y  los científicos le ponen un nombre aséptico (Covid-19) por ejemplo. Entonces llegan algunos  políticos incendiarios, afamados periodistas malintencionados, un montón de ciudadanos desinformados y algunos con muy “mala leche” y se le pone un epíteto para volcar ahí todo nuestro racismo y odio por el diferente.

 

Algunas enfermedades pueden ser creadas en laboratorios, pero “hasta los virus tienen presunción de inocencia” y habrá que escuchar a médicos, virólogos, biólogos y demás científicos para que determinen el origen de cualquier enfermedad. Y aun así, habrá siempre distintas teorías sobre el  origen de las epidemias.

 

La globalización ha traído el libre movimiento de mercancías y de capital financiero, pero no ha permitido la libre circulación de las personas, al contrario, cada vez hay muros más altos y más restricciones de movimiento. Pero a la globalización se le escapó que también los virus y las epidemias serían por primera vez en la historia…… PANDEMIAS.

 

Pandemia viene del griego clásico, Pan- significa (todo) y –demos (pueblo).  ¡¡¡ Qué  mezcla más bonita de idiomas y conceptos si unimos PAN + PUEBLO !!!. Se ha llamado Pandemia a grandes epidemias, pero siempre han estado localizadas en algunos países, zonas o espacios geográficos concretos. Pero la primera gran Pandemia en el sentido  total de la palabra, es esta, ya que afecta a casi el 100 % del territorio mundial.

 

 

Deberíamos  dar una respuesta Universal al Covid-19, si no todo será más difícil de solucionar (primero al aspecto sanitario para salvar vidas que es lo más importante y luego al aspecto económico). Los países más ricos deberían de arrimar el hombro, si no tampoco ellos se arreglarán del todo. Hay que centrarse en ayudar (si puede ser, sin publicidad) y no en buscar culpables de momento. Ya se buscarán cuando se arregle el entuerto.

 

Es como si nos cae encima una bomba y revienta todo. Lo primero es salvar a los heridos y ayudar todo lo que se pueda, y  luego ver quién ha tirado la bomba y por qué, pero a un muerto no  le importa quién la lanzó, y a un herido lo que le urge es sanar y  un hambriento lo que necesita es comer.

 

Es como si un coche atropella levemente a tu hijo y en vez de llevarlo al hospital rápidamente, te pones a discutir con el conductor del vehículo a ver quién tuvo la culpa.

 

 Las enfermedades,  los mosquitos, los cromosomas, las algas,  las  bacterias,  la sangre,  los virus, los tumores, las ballenas, las epidemias, cualquier concepto biológico del planeta Tierra, ni tiene  país ni bandera ni himno.

 

 

Solo el Homo Sapiens-Sapiens cuando se hace mayorcito (al nacer somos puros), cree en símbolos e iconos y trozos de tela que solo sirven para dividir, pero eso ya será otro artículo.

 

SALUD.                                                              Paco Pavía. Morón de la Frontera 16 de Abril de 2020

 

 

 

 

 

 

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