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Opinión

La sombra de Morilla

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Oponión. Hace ya más de cinco años que Morilla no es Alcalde de Morón.  Su mandato terminó en la primavera de 2011 aunque hacía ya bastante…

Oponión. Hace ya más de cinco años que Morilla no es Alcalde de Morón.  Su mandato terminó en la primavera de 2011 aunque hacía ya bastante tiempo que no aparecía habitualmente por el Ayuntamiento por motivos de salud.

Muy a su pesar tuvo que delegar la alcaldía en Alfonso Angulo, actualmente concejal cunero en la vecina localidad de La Puebla de Cazalla. Y también muy a su pesar no pudo presentarse a las elecciones municipales de mayo de 2011.

Sin embargo al pueblo de Moró n de la Frontera le va a costar, nunca mejor dicho, sangre, sudor y lágrimas,  desembarazarse de su ingrata memoria.

Morilla vino al Ayuntamiento de Morón a demostrar que su política-antipolítica era una verdadera mierda. Y vaya si lo demostró.

En uno de los mandatos más nefastos que haya conocido Morón en toda su historia por su ideas reaccionarias, autoritarismo y falta de respeto a los ciudadanos hasta llegar al gamberrismo, Morilla  hizo buena su frase más celebrada por los carcas de todo tipo: “la política es una mierda”

La estamos oliendo desde que se fue y no es ninguna temeridad decir que, si  María Auxiliadora o su hijo no hacen algún milagro, la seguiremos oliendo los siguientes cincuenta años. Por lo menos.

Como el lector espabilado se habrá dado cuenta que me estoy refiriendo a los casi 50 millones de euros (unos 8.300 millones de las antiguas pesetas) que dejó como deuda.

Los que han venido detrás, con una irresponsabilidad que raya con el delito, han aumentado la deuda en dos o tres mil millones de pesetas más. Y va aumentando.

Pero quien comenzó la fiesta fue Morilla. Su sombra nos va a perseguir por largo tiempo. El PSOE tomó el relevo del disparate y el despilfarro y continuó incrementando la carga.

¿Sabe el pueblo de Morón que tiene que pagar una monstruosa deuda de 10.000 millones de las antiguas pesetas? Mucho no lo saben. Pero se van a enterar. Y pronto.

 

J. Usagr

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