¿Fin a los tractores en Reyes?: la tragedia de Marchena reabre el debate sobre la seguridad en las cabalgatas de Reyes

La Alcaldesa de Marchena ya ha avanzado que lo sucedido va a marcar un antes y un después en la celebración de la Cabalgata aludiendo a la posibilidad de que a partir de este año “pase a la historia” el uso de  tractores para remolcar las carrozas, como es tradición en Marchena y otro municipios como Morón. 

_La Alcaldesa de Marchena ya ha avanzado que lo sucedido va a marcar un antes y un después en la celebración de la Cabalgata aludiendo a la posibilidad de que a partir de este año “pase a la historia” el uso de  tractores para remolcar las carrozas, como es tradición en Marchena y otro municipios como Morón. 

LA TRAGEDIA DE MARCHENA REABRE EL DEBATE SOBRE LA SEGURIDAD EN LAS CABALGATAS DE REYES (Artículo de Esther Gómez publicado en El Mundo)

La tragedia ensombrecía la noche de Reyes en Marchena y el accidente que ha costado la vida a una de sus vecinas, Lola, y herido a otras once personas, entre ellos dos menores de 2 y 12 años, ha puesto un más que triste punto y final a la Navidad en este municipio sevillano, pero también ha reabierto el debate sobre las medidas de seguridad que acompañan a las cabalgatas de Reyes, una tradición centenaria que ha tenido que ir adaptándose a los nuevos tiempos.

Las medidas adoptadas por algunos ayuntamientos para el día de la cabalgata pasan por planificar itinerarios que buscan calles y plazas amplias para evitar, en la medida de lo posible, grandes aglomeraciones; vallar el recorrido para mantener la distancia física entre el gentío y las carrozas; contar con un plan de emergencias y evacuación; o desplegar importantes dispositivos de seguridad en los que se integran agentes de la Policía Local, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Protección Civil y hasta voluntarios.

En Marchena también contaban con su plan de seguridad, así lo explicaban en rueda de prensa la misma mañana de Reyes su alcaldesa, María del Mar Romero, y el subinspector jefe de la Policía Local, Miguel Checa, pero la noche del cinco de enero -la de los niños- pasó lo imprevisto. El tractor que tiraba de la carroza del Rey Baltasar perdía el control cuando bajaba una pequeña pendiente a su paso por la calle La Mina y en su avance arrollaba a esta septuagenaria, antigua trabajadora de la residencia de ancianos del pueblo; a varios músicos de la banda de la Hermandad del Dulce Nombre que formaban parte del séquito real y a numerosas personas que se habían acercado hasta este punto estratégico del recorrido para ver la comitiva y coger, como manda la tradición, algunos caramelos.

Lola, madre de tres hijos y abuela de varios nietos, falleció prácticamente en el acto tras la embestida del vehículo -que acabó empotrado contra la fachada de una casa de la calle Las Torres- y los heridos -algunos de los cuales hubieron de ser rescatados de entre las ruedas del tractor con pronóstico reservado- eran trasladados hasta diferentes centros sanitarios de la provincia para ser atendidos, en concreto, al Hospital de La Merced, en Osuna, y al Virgen del Rocío, en Sevilla capital. Dos de las seis personas que permanecían ingresadas han sido dada de altas este sábado en el hospital de Osuna, según han informado a EFE fuentes de Salud.

FALLO EN LOS FRENOS

Los primeros indicios apuntan a que los frenos del tractor pudieran haber fallado. Si bien el vehículo, custodiado por la Guardia Civil en una nave cedida para el particular por el ayuntamiento, aún está pendiente de la preceptiva revisión pericial que permitirá, sin duda, arrojar luz sobre lo sucedido.

Lamentablemente los accidentes durante la marcha de las comitivas reales el cinco de enero son más frecuentes de lo que a primera vista puede parecer y aunque, afortunadamente, no todos acaban con víctimas mortales, esta no es la primera vez que un espectador pierde la vida atropellado por una carroza.

"No pasan más cosas porque Dios no quiere", comenta a EL MUNDO Gloria Muñoz en relación a lo sucedido. Ella y su marido, Manuel, han colaborado como voluntarios en la cabalgata de Torremolinos (Málaga). Este año sus hijas salían en la carroza con uno de los Reyes Magos y como algunos otros padres, se ofrecieron para ayudar. Les tocó escoltar a la comitiva y con idea de prevenir percances, la consigna que les dieron desde la organización fue evitar que el público se acercara demasiado a las carrozas, sobre todo los niños y los abuelos.

SE TIRAN A POR LOS CARAMELOS

"La gente veía un caramelo y se tiraba a por él sin fijarse en nada", señala Gloria, para quien esta ha sido su primera vez como colaboradora del evento. "Menos mal que había seguridad en todo el recorrido", añade, "y aún así, los accidentes son accidentes y ocurren". Su experiencia, desde dentro, le ha hecho reflexionar y ahora ve la fiesta de otra manera.

El percance en el que Lola ha fallecido en Marchena se ha producido el mismo día del aniversario de la muerte de Miguel, el niño malagueño de seis años cuya vida también quedaba segada para siempre en otro trágico cinco de enero durante el paso de una cabalgata de Reyes, en aquella ocasión, la de Málaga.

Entre ambos sucesos ha transcurrido justo una década pero en la memoria de ambas familias, aún sin conocerse, la noche de Reyes ya nunca volverá a ser esa jornada festiva, mágica y alegre con la que la mayoría disfruta. Para los hijos y nietos de Lola esta fecha les quedará grabada a fuego en el corazón y aunque el paso del tiempo mitigará su dolor, el día de la cabalga siempre será para ellos -como lo es para el padre y la familia de Miguel- el día en el que perdió la vida un ser querido al que seguro no olvidarán.

El cinco de enero de 2013 Miguel tenía seis años y como otros muchos niños de su edad estaba viendo la cabalgata y tratando de llenarse los bolsillos de caramelos. El lugar elegido, la plaza General Torrijos de la capital malagueña. En un momento determinado, Miguel se agachó a coger unos caramelos que habían caído en la calzada y una carroza de la comitiva lo atropelló. Los equipos de emergencias que se acercaron hasta el lugar donde se encontraba el niño no pudieron salvarle la vida. La cabalgata, a instancias del dolorido padre, continuó su recorrido pero el suceso forma parte de los recuerdos más tristes de Málaga y supuso un antes y un después a la hora de planificar este popular evento en la ciudad.