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Morón

La Junta detecta riesgo alto de la fiebre del Nilo Occidental en Morón y otros 23 municipios de Sevilla

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El municipio de Morón aparece como área con riesgo alto al virus del Nilo. Hasta 24 localidades sevillanas, incluida la capital, se encuentran en riesgo alto,  mientras que otros siete se hallan en un segundo escalón de peligrosidad por el mosquito.

_El municipio de Morón aparece como área con riesgo alto al virus del Nilo. Hasta 24 localidades sevillanas, incluida la capital, se encuentran en riesgo alto,  mientras que otros siete se hallan en un segundo escalón de peligrosidad por el mosquito.

 

Ha llegado mayo y, con él, el mosquito causante de la Fiebre del Nilo ya campa a sus anchas por Sevilla, Cádiz y, en menor medida, Huelva. Humedales, arrozales y marismas son el hábitat de este insecto que, por causas ambientales, prolifera por Andalucía y ante el que el Gobierno autonómico creó en 2021 un Programa de Vigilancia y Control Integral de Vectores para luchar con él. Ahora, Salud ha actualizado el mapa de riesgo, atendiendo al análisis de datos de vigilancia obtenidos el año pasado, para que las zonas más expuestas puedan minimizar el impacto de infecciones por la enfermedad de FNO en humanos.

 

Son los municipios afectados como Morón los que deben reportar la situación en la que hallan y emprender la lucha contra el insecto a través de planes municipales, algo que denunciaron algunos ediles sevillanos (como el alcalde de Coria del Río o el de La Puebla del Río) al considerar que la administración regional delegaba “toda la tarea” de prevención en los ayuntamientos cuando entendían que se trataba de un “problema supramunicipal”. La puesta en marcha de estas actuaciones en una localidad de las características de Villamanrique de la Condesa (con 57,67 km y una población de 4.478 habitantes) conlleva un coste para las arcas municipales de 7.000 euros, según confirmaba su alcaldesa, Susana Garrido.

 

 

Sólo en 2020, 71 personas sufrieron de meningoencefalitis a causa del virus transmitido por este mosquito, 56 de ellas oriundas de la provincia de Sevilla, 15 de Cádiz, y se registró un probable caso en Málaga. Ese año fallecieron un total de 7 ciudadanos por la infección. En 2021 la situación se controló mediante estos planes de prevención y se contabilizaron 6 casos, todos en Sevilla.

 

 

Las altas temperaturas y las lluvias de las últimas semanas son un caldo de cultivo perfecto para la proliferación de este mosquito. El virus, transmitido a través de una picadura, sólo se presentará de manera grave en el 1% de las personas afectadas, que desarrollarán una Enfermedad Neuroinvasiva cuyas manifestaciones clínicas son encefalitis (55-60% de los casos graves), meningitis (35- 40%) o parálisis flácida (5-10%). La letalidad en estos casos es de entre un 4 y un 14%, llegando hasta el 29% en los mayores de 70 años. El 80% de las infecciones por VNO son asintomáticas, pero el restante 20% pueden presentar un síndrome pseudogripal autolimitado (FNO).

 

La infección también afecta a aves y equinos. Ya en 2020 se registraron 125 focos en caballos en todo el territorio andaluz, mientras que al año siguiente, a finales de agosto, se contaban 4 casos de esta enfermedad, la mayoría dados en la provincia de Sevilla.

 

 

En Andalucía existe una gran variedad de especies de mosquitos que viven en humedales, tanto naturales como artificiales, distribuidos por toda la geografía, compartiendo hábitats con aves que pueden tener virus autóctonos o importados de los países que visitan durante su migración. Además, dentro de los núcleos urbanos aparecen determinados espacios que son favorables a la reproducción de los mosquitos, generando riesgos para la salud o molestias para el ciudadano. En ellos, los mosquitos encuentran un hábitat adecuado para la obtención de recurso vitales (alimento y refugio) pudiendo proliferar como plagas.

 

Asimismo, es importante recordar las medidas preventivas que la población de las zonas de riesgo puede tomar para evitar la picadura de mosquito, evitando las franjas horarias de mayor actividad vectorial (amanecer y atardecer), protegiéndose con repelentes y con ropa clara que deje menos zonas de piel descubierta y suprimiendo en el entorno peridomestico la existencia de aguas estancadas.

 

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