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Morón

Morón sigue sin contar con un plan de sequía, obligatorio para municipios de más de 20.000 habitantes

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Sevilla capital, siguiendo las directrices de un plan aprobado en 2018, ante la reducción del agua embalsada y la falta de lluvia, ha entrado en prealerta por sequia, una fase del Plan de Sequía con la que se Pretende concienciar a la población para reducir un 2% el consumo por persona y día.

_Sevilla capital, siguiendo las directrices de un plan aprobado en 2018, ante la reducción del agua embalsada y la falta de lluvia, ha entrado en prealerta por sequia, una fase del Plan de Sequía con la que se Pretende concienciar a la población para reducir un 2% el consumo por persona y día.

 

Con la capital en prealerta por sequía, conocíamos ayer según los datos el Observatorio Ciudadano de la Sequía, el grupo de trabajo de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla para profundizar en el conocimiento del riesgo de sequía en España, que sólo la mitad de los municipios de Sevilla que deben contar con un plan de sequía lo tienen.

 

Pese a que la Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional dispone que las Administraciones públicas responsables de sistemas de abastecimiento urbano que atienda, singular o mancomunadamente, a una población igual o superior a 20.000 habitantes deberán disponer de una Plan de Emergencia ante situaciones de sequía, municipios de estas características como Morón, Écija, Osuna o Marchena siguen sin contar con él.   

 

Dichos Planes, que serán informados por el Organismo de cuenca o Administración hidráulica correspondiente, deberán tener en cuenta las reglas y medidas previstas en los Planes especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía, a que se refiere el apartado 2, y deberían encontrarse operativos desde 2005.

 

UN PROTOCOLO DE ACTUACIÓN PÚBLICO

 

Los planes de emergencia por sequía para abastecimientos deben incluir todo tipo de medidas para maximizar los recursos de agua, adaptándose a la realidad territorial, de forma que se vaya teniendo claro en cada momento qué se puede hacer y que ello sea público para la población, que sabrá así que no se trata de medidas arbitrarias. Así, deben contemplar cuatro escenarios: normalidad, prealerta, alerta y emergencia. Las medidas se intensificarán en función de los indicadores.

 

Abarcan aspectos sociales (campañas de concienciación, información o educativas); institucionales (desde creación de comités de seguimiento o mesas, a modificación de tarifas); y de contención de la demanda, cuando la situación ya es de emergencia y hay que aplicar restricciones a usos no prioritarios, de forma paulatina y empezando por ejemplo por la prohibición del riego de jardines o piscinas, hasta llegar a los cortes de suministro en algunas horas.  Como recuerda Jesús Vargas, “es lo que más impacto social pueda generar y debe estar bien contemplado en el plan, bien informado a la gente y no ser algo improvisado”.

 

 

Esos planes de emergencia por sequía más locales o comarcales deben incluir además medidas para el “aumento de la oferta”, como cuándo y dónde se pueden hacer sondeos o infraestructuras de emergencia o cuándo se puede usar agua de otros sistemas o recursos, como los grandes ríos, y en qué condiciones. Según la ley, hay que actualizarlos cada seis años y se debe hacer una evaluación después de cada periodo de sequía para ver qué ha funcionado y qué no.

 

"La obligación de elaborar estos PEM se ha incumplido de manera sistemática en toda España” y a pesar de que se recogió en la Ley 10/2001 del Plan Hidrológico Nacional, que dio un plazo de dos años, hasta 2003, recuerda. Se debe, según explica, al “retraso en toda la planificación hidrológica en general”, de acuerdo con el calendario que se propuso tras la entrada en vigor de la Directiva Marco del Agua y su transposición al ordenamiento jurídico español.

 

Así, esos planes de carácter más local –que deben incluir medidas para maximizar recursos y disminuir los efectos de la caída de reservas en el suministro a la población y en otros usos urbanos que pueden verse afectados– deben “ser coherentes” con los planes de alerta y eventual sequía de la demarcación y éstos con los planes hidrológicos también de demarcación, que ya se hicieron con retraso. El de la demarcación del Guadalquivir –el que afecta a Sevilla y al resto de áreas en las que el 2 de noviembre se declaró la situación la situación excepcional por sequía extraordinaria– se aprobó a finales de 2018.

 

 

SEVILLA ENTRA EN PREALERTA POR SEQUIA

 

Las precipitaciones que anuncian los metereologos pasan de largo por Sevilla y apenas dejan el suelo humedo y nada mas. La pertinaz "escasez de lluvias" ha ido mermando poco a poco el volumen de agua embalsada y nuestras reservas comienzan a ser escasas, por ello la empresa metropolitana de aguas Emasesa ha decidido activar este martes la prealerta por sequía para su área de abastecimiento –lo que no implica "en ningún momento" cortes de agua— Una medida que lleva aparejada una campaña de concienciación ciudadana para promover el ahorro hasta conseguir reducir en un 2% los 112 litros actuales de media por habitante y día.

 

Fuente: https://www.diariodesevilla.es/provincia/sequia-Sevilla-planes-municipales-emergencia-municipios-Emasesa_0_1631237746.html

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