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Morón

España lidera la OTAN 32 años después del Referéndum

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Hace 32 años, el 12 de marzo de 1986, casi cuatro años después de la entrada de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte 

Hace 32 años, el 12 de marzo de 1986, casi cuatro años después de la entrada de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (30 de mayo de 1982), los ciudadanos fueron convocados a un referéndum no vinculante sobre el acuerdo que el Gobierno del entonces presidente, Felipe González, había alcanzado con la OTANpara su permanencia.

 

La consulta estuvo envuelta en polémica desde el principio debido al radical cambio de posición del Partido Socialista Obrero Español, que pasó del 'OTAN, de entrada no' en las elecciones de 1982 a la permanencia en la Alianza Atlántica cuatro años después. Este cambio de posición generó una enorme presión en los votantes inicialmente más reacios a la entrada en la organización atlántica, la cual se vio aumentada cuando Felipe González llegó a amenazar con dimitir si España salía de la OTAN.

 

En este ambiente de obvia coacción, auspiciada por los distintos poderes, los socialistas plantearon un 'sí pero no', una permanencia en la OTAN muy limitada a tenor de los condicionantes y la pregunta planteada. Si bien es cierto que en su momento tal formulación fue criticada por tendenciosa, con la perspectiva que genera el paso del tiempo no sería descabellado considerarla trapacera.



El Gobierno considera conveniente, para los intereses nacionales, que España permanezca en la Alianza Atlántica, y acuerda que dicha permanencia se establezca en los siguientes términos:

  1. La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada.

  2. Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español.

  3. Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España.

¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?



De hecho, las condiciones pactadas resultaron, sin duda, capitales para que más de nueve millones de personas votaran a favor de permanecer en la organización títere de los EE.UU. frente a los casi siete millones de ciudadanos que se opusieron a permanecer en ella.

 

Sin embargo, más de tres décadas después de aquel referéndum podemos asegurar que España ha incumplido al menos dos de las condiciones en las que se realizó el referéndum, convirtiéndose este en uno de las mayores fraudes de la España posftranquista. Hasta tal punto se ha engañado a la ciudadanía que durante este 2018 nuestro país capitaneará el mando de las Operaciones Especiales de la OTAN (NRF o Fuerza de Respuesta Rápida de la OTAN), circunstancia que colisiona frontalmente con las condiciones del mencionado plebiscito.

 

Incumplimiento de las condiciones

 

Ciertamente, a poco que analicemos las tres condiciones pactadas no será muy difícil vislumbrar el sistemático incumplimiento de las mismas. La primera de ellas gravitaba en la limitación de la participación de España en la Alianza Atlántica, de tal manera que esta no incluyera la incorporación de nuestro país a la estructura militar. Dicha integración comenzó a gestarse en 1995 con el nombramiento de Javier Solana como Secretario General de la organización atlántica y terminó de completarse el 1 de enero de 1999, ya con José María Aznar como presidente del Gobierno.

 

Desde entonces, como informa la propia página del ministerio de Asuntos Exteriores, España ha  participado en múltiples ocasiones y en diferentes partes del mundo con esta organización: Bosnia Herzegovina (IFOR y SFOR), Kosovo (KFOR), Libia ('Unified Protector'), Afganistán (FIAS) o el Mar Mediterráneo (OAE). También lo ha hecho a nivel organizativo con diferentes centros  de mando en Madrid (Retamares o Torrejón de Ardoz) o Valencia (Bétera).

 

En cuanto a la segunda condición, la que versaba sobre prohibir instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español, aunque no podemos afirmar que se haya cumplido, todo hace indicar que también ha sido vulnerada. Indudablemente, tal y como explica el Centre Delàs D’Estudis per la Pau, resulta casi imposible que no hayan transitado armas nucleares por territorio español, dado que España no ha obligado a Estados Unidos a que informe sobre la presencia de armas nucleares en sus buques y submarinos y ni mucho menos le ha prohibido que las mismas circulen por nuestro territorio o por sus bases en España. Por señalar un dato, según el mencionado informe, más de 200 armas nucleares norteamericanas transitaron por territorio español durante el franquismo, siendo Palomares un ejemplo incuestionable de ello.

 

Por lo que respecta a la última de las condiciones, la que sostenía que se reduciría progresivamente la presencia militar de las bases militares de Estados Unidos en España, ésta se ha incumplido, al menos, desde 2008 hasta la actualidad. Y ello se ha producido tanto en Rota como en Morón de la Frontera. Sin ser exhaustivos se puede comprobar que en el caso de Morón de la Frontera se han pasado de los 1.130 militares norteamericanos en 2008 a los 2.200 militares permanentes y hasta 3.000 temporales actuales con el convenio firmado en 2015 (a los que hay que añadir 500 civiles).

 

Por todo ello, que treinta y dos años después del Referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN nuestro país acabe liderando una de las unidades más importantes de la mencionada organización, participe militarmente con gran intensidad de la misma o se haya propuesto duplicar el presupuesto en Defensa para cumplir con lo ordenado por los EE.UU. ratifica nuevamente que aquella consulta solo fue un embuste para perpetrar lo que la España postfranquista pensaba hacer sí o sí: cumplir lo ordenado por el Tío Sam.

 

Y lo hizo aunque ello significara engañarnos.

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