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Impostores (I): Dimitri Ivanovich, el heredero de Iván el Terrible que resucitó tres veces.
El iracundo Zar Ivan Grozny, (Iván el Terrible) muere en 1583 y su único hijo Dimitri Ivanovich es asesinado en 1591. La falta de herederos es mal que nunca aqueja a los poderosos…
_El iracundo Zar Ivan Grozny, (Iván el Terrible) muere en 1583 y su único hijo Dimitri Ivanovich es asesinado en 1591. La falta de herederos es mal que nunca aqueja a los poderosos.
En julio de 1605, el difunto hijo Dimitri resucita, asesina al adolescente zar Teodoro II y con apoyo de nobles polacos y boyardos, a quienes promete eximir de impuestos, asume el trono imperial y casa con Marina Mniszech.
En mayo de 1606 aristócratas y curas ortodoxos temen que el renacido Dimitri (conocido como samozvanets, el Impostor) los subordine a la católica Polonia; lo asesinan, lo creman, disparan sus cenizas hacia dicho país. A trono vacante nunca falta heredero.
Pero el dos veces difunto Dimitri resucita por segunda vez en 1607, reúne milicias de moscovitas, cosacos, lituanos y polacos, es reconocido inmediatamente por su viuda Marina Mniszech y, tras turbulenta guerra civil, controla el sudeste de Rusia, hasta que en 1610 el tártaro Piotr Urusov lo encuentra borracho, lo asesina y lo decapita.
Matar a un impostor es abrir la puerta a otro. En 1611 el tres veces asesinado Dimitri vuelve a la vida en la ciudad de Novgorod, y es reconocido por la pequeña nobleza de Pskov y por los cosacos que se entretenían saqueando Moscú, quienes al poco tiempo se decepcionan de él, lo encierran en una jaula y lo remiten a la capital rusa, para ser asesinado por cuarta vez en 1612.
Resucitar puede convertirse en mala costumbre.