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Noticias Internacionales

Tercer diario de la Flotilla de la Libertad Rumbo a Gaza

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Manuel García Morales

Nuestra acción es perfectamente legal, amparada en el derecho internacional. Quien se sitúa fuera de la ley y el derecho es quien intente detenernos en la misión de transportar ayuda humanitaria

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Como ya informamos ayer, seguimos en Estambul, en espera de la salida de la flotilla. La actividad que tenemos para hoy es la asistencia a la manifestación por Palestina, y una asamblea general de internacionales a las 7 de la tarde. La manifestación, desde la plaza Beyazıt hasta la Gran Mezquita de Santa Sofía, tiene un recorrido bastante corto y su comienzo  está anunciado para las 2 de la tarde, aunque la delegación de internacionales de la flotilla está citada media hora antes, ya que la IHH, convocante de la manifestación, ha decidido que vayamos en cabeza junto a la representación de su dirección. En la manifestación participa Nerea Fernández, joven diputada de Izquierda Unida del Parlamento de Extremadura, que llegó anoche a Estambul para unirse a la flotilla. La marcha arranca algo más tarde de la hora prevista, en un ambiente muy combativo. Se gritan muchas consignas a favor de la libertad de Palestina, mezcladas con llamamientos religiosos a Alá. Cuando llegamos a la plaza donde comenzaba la manifestación, vimos un gran despliegue de policía que nos extrañó, pero que comprendimos, cuando a lo largo de la manifestación vimos, cómo al pasar por delante de establecimientos de Starbucks, McDonald’s o Burger King, estos estaban cerrados, y  fuertemente custodiados por la policía, y como desde la manifestación, de manera automática, se empezaba a abuchear masivamente a esos establecimientos al pasar por sus puertas.

En medios de comunicación como la Revista TIME, de Estados Unidos, se ha señalado una caída de ingresos en ellas, en el primer trimestre del año, que a su vez ha reducido su cotización en bolsa. Estas empresas se consideran colaboradoras del régimen sionista de Israel por el movimiento mundial del BDS (Boicot, Desinversión, Sanciones), que impulsado por organizaciones palestinas, persiguen obligar al régimen sionista a cumplir los mandatos legales internacionales con la restitución de sus derechos al pueblo palestino. El boicot a esas empresas, que dependen del público para existir, está siendo muy fuerte, sobre todo en los países musulmanes (que son mucho más que los países árabes).

La gente en la manifestación ha sido muy cariñosa con la gente de la flotilla que iba en la manifestación. Aunque se suponía que íbamos en bloque al principio de la manifestación, al final hemos acabado mezclándonos y dispersándonos por toda ella. Nos daban la mano, nos pedían fotos conjuntas, nos intercambiábamos teléfonos o dirección de redes. Al llegar a la explanada de la Gran Mezquita, la marcha se ha convertido en mitin, que ha durado prácticamente tanto como la marcha en sí. Se intercalaban cánticos religiosos con discursos en apoyo a Palestina. La IHH organizadora del evento le ha dado su espacio a representantes de la flotilla de la libertad, en nombre de la cual han hablado tres mujeres. La primera, la estadounidense Ann Wright, la exmilitar pacifista, considerada como la portavoz de la flotilla, la segunda, Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona que ha sido un gran revulsivo para romper el silencio de los grandes medios de desinformación sobre la flotilla y la tercera, la doctora Nimas, especialista en epidemiología y que fue un referente del seguimiento de la pandemia del COVID en Canadá. Ella, aunque canadiense, es de origen iraní, donde vivió de niña, hasta que su familia tuvo que exiliarse  por la persecución de personas de ideología comunista por parte del régimen teocrático chiita. Las tres compañeras han sido una excelente representación de la Flotilla y sus discursos, en inglés, han sido traducidos al turco y muy aplaudidos por la gente. Finalmente, con el acto acabado sobre las 4 de la tarde y con la información de que hemos participado unas 25.000 personas en la manifestación, nos hemos ido a comer. No tenemos información sobre otras manifestaciones en Estambul, o en Turquía. Evidentemente si esta hubiera sido la única, sería un apoyo muy pobre a Palestina.

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En el camino de vuelta, comentamos el fenómeno de los gatos de Estambul. Hay unos 150.000 gatos callejeros, que viven en libertad, cuidados por los vecinos de su entorno. Les dan de comer, le hacen pequeñas casitas, y en el metro hay cestos para que puedan acostarse junto a recipientes donde tampoco les falta la comida; hay hasta máquinas públicas que expenden comida para gatos para que la gente tenga acceso a comida para darles. Tiene un estatus de animales protegidos y se cuelan en cualquier sitio sin que se les moleste para nada. Parece que en todo el mundo musulmán la figura del gato es muy respetada y corren leyendas sobre el amor y el cuidado de Mahoma hacia los gatos, aunque evidentemente el caso de Estambul es bastante especial.

A las 7 de la tarde hemos celebrado la asamblea y la principal novedad es la total seguridad de que el miércoles 24 podremos salir a navegar rumbo a Gaza. Mientras tanto seguiremos organizando mejor nuestra estancia en el barco. Por un lado, se va a repetir mañana el simulacro de asalto al barco, para aquellas personas que quieran repetir el ensayo y para las que aún quedan sin haberlo hecho. Por otra parte empiezan a organizarse grupos de actividad para cuando estemos embarcados. Los grupos a los que se pueden apuntar quien quiera son de la índole más diversas. Desde grupos musicales, a grupos de oración, pasando por yoga o debates sobre historia, o multimedia y redes. Además del equipo sanitario que llevamos a bordo y el equipo de comunicación, también habrá un equipo de defensa jurídica. La presidenta de una organización de abogacía de Estados Unidos ha tomado la palabra y ha insistido en el hecho de que nuestra acción es perfectamente legal, y está amparada en el derecho internacional. Quien se sitúa fuera de la ley y el derecho es quien intente detenernos en la misión de transportar ayuda humanitaria al lugar donde esa ayuda es ahora mismo la más perentoria y urgente del mundo. En cualquier caso, más allá de que el derecho internacional esté de nuestra parte, lo que nos importa es que el derecho humano es más imperioso y determinante para arriesgar lo que sea por acabar con un genocidio atroz, que sigue reproduciéndose cada día y por defender la libertad y el derecho del pueblo palestino a existir. Como dijo Don Quijote “…por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.

Como militantes sindicales de toda la vida, la compañera Pepita y yo no hemos podido por menos indagar sobre la situación de los trabajadores del hotel donde nos alojamos. El salario mínimo en Turquía en 2024 es de 612€ al mes por doce pagas al año; y lo cobran más del 50 % de la población asalariada. La jornada laboral es de 45 horas a la semana y las vacaciones con antigüedad de menos de 5 años en la empresa es de 14 días al año. Los días festivos no son parte del derecho laboral, aunque pueden ser pactados en convenio como días libres. Las vacaciones pueden ser vendidas a cambio de dinero como si fueran días extras de trabajo, cosa prohibida en España. Si las condiciones legales no son muy buenas las reales son peores. En nuestro hotel los recepcionistas tienen dos turnos diarios, o sea de 12 horas cada turno. Se descansa un día a la semana, pero en nuestro caso, como está el hotel lleno, no se puede descansar, por lo que los compañeros ahora mismo están trabajando 84 horas a la semana, seguramente cobrando lo mismo. La picaresca de la patronal es la misma que en España, personas que son asalariadas las disfrazan de falsos autónomos para ahorrar en costes sociales, a la gente le pagan lo que marca la ley, pero los obligan a trabajar más horas y hay una represión laboral muy fuerte, con despidos a quienes se sindiquen, o con detenciones y arrestos para quienes hacen huelga o para los dirigentes sindicales que las convocan. Más allá de los conflictos políticos y la represión de los pueblos, siempre está operando la explotación de la clase obrera por el capital. Mañana seguiremos haciendo caso de las recomendaciones de Antonio Gramsci: “Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.”

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