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Opinión

Cómo hervir una rana, o cómo conseguir que gente de izquierdas apoyen, entusiasmados, políticas de derechas

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Opinión. Una cacerola llena de agua fría en la que una pequeña rana está nadando./Se enciende un pequeño fuego que va calentando el agua lentamente/.Poco a poco, el agua se va poniendo tibia…

Opinión. Una cacerola llena de agua fría en la que una pequeña rana está nadando.

Se enciende un pequeño fuego que va calentando el agua lentamente.

Poco a poco, el agua se va poniendo tibia.

La rana encuentra la situación muy agradable y sigue nadando muy a gusto.

La temperatura del agua va subiendo…, empieza a estar caliente,…. bastante caliente.
La rana ya no goza como antes, se siente un poco cansada, pero no por eso se asusta.
La temperatura sigue subiendo…. cada vez más…., está muy caliente.
La rana comienza a encontrar la situación desagradable, pero está tan débil que decide seguir aguantando sin hacer nada.
La temperatura continúa subiendo aún más, mucho más,….
Hasta que llega un momento en que la rana termina….. cocinándose y muriendo.

CONCLUSIONES

Olivier Clerc pretende transmitir que cuando un cambio se realiza de forma lenta escapa a la conciencia, y la mayoría de las veces no provoca respuesta por nuestra parte, hasta que, o bien se reacciona cuando aún se está a tiempo o no tienen remedio sus consecuencias.

Si una rana salta a una olla de agua hirviendo, sale enseguida porque siente el peligro. Pero si lo hace a una olla con agua tibia que se calienta lentamente, se queda dentro y no se mueve.

Seguirá ahí, aunque la temperatura siga subiendo y subiendo. Se quedará ahí hasta ser rescatada o… muerta.
¡¡Es muy importante rescatar a la rana antes de que sea demasiado tarde!!

Tengo a muchas amigas y amigos, de izquierdas, que hoy defienden una opción política que defiende la permanencia del estado español en la OTAN, que no ve oportuno un proceso constituyente, que no ve prioritario abrir un debate Monarquía-República porque “se mueve en un cierto deje melancólico”que trata de “devolver la discusión a términos del pasado”. Activistas de solidaridad con la causa palestina apoyando a un partido que se niega a apoyar el movimiento BDS (boicot, desinversión y sanciones a Israel) y que incluso rechaza definir como apartheid la política puesta en práctica por el régimen sionista contra la población palestina. Personas con profundas convicciones antiimperialistas apoyando hoy a una opción política que pide la liberación de Leopoldo López, un ultraderechista venezolano que lideró un intento de Golpe de Estado contra el Presidente Maduro, provocando la muerte de 43 personas.

Son compañeras y compañeros que dos años atrás no hubieran ni imaginado estar apoyando ahora esas políticas y que casi hubieran insultado a quien, autodefiniéndose de izquierdas, lo hubiera hecho. Pero ¿qué ha pasado en este periodo?

En 2013, tras 5 años de una muy dura crisis que estaban pagando de forma casi exclusiva las llamadas clases populares, con las calles convertidas en escenarios de grandes y constantes manifestaciones de protesta, las organizaciones de izquierda rupturista iban capitalizando el descontento popular, las encuestas publicadas entonces, apuntaban unos apoyos y, sobre todo, unas tendencias que podían poner en peligro el establishment. Izquierda Unida, a nivel estatal, y otras opciones de las nacionalidades históricas como BILDU, AMAIUR, ANOVA, BNG, ICV, CUP, CHA… estaban consiguiendo grandes porcentajes de apoyo en las contiendas electorales que se estaban dando, y las encuestas auguraban que estos apoyos iban creciendo en paralelo a una calle que era un hervidero de mareas verde, blanca, negra, plataformas antidesahucios, 15M, Huelgas Generales convocadas por los sindicatos en contra de las distintas reformas laborales (PP y PSOE) o de los recortes en el sistema de pensiones.

El poder tiene potentes instrumentos para combatir las demandas del pueblo, y veía como la movilización popular en defensa del estado del bienestar y de los derechos civiles iba tomando cuerpo y se le podía ir de las manos. Tenía las experiencia griega como laboratorio de pruebas, una situación en la que el pueblo, a base de perder, había perdido hasta el miedo y estaba apostando por propuestas rupturistas. Grecia es un pequeño país, con un peso muy limitado en el PIB de la Unión Europea, pero no se podían permitir que las clases populares del estado español decidieran emanciparse y luchasen por su soberanía respecto a los poderes económicos.

Aprovecharon que un grupo de jóvenes profesores de la Universidad Complutense, y alguno no tan joven, encabezados por un mediático politólogo que se había prestado a participar en todo tipo de programas de debate, incluidos “programas del corazón” habían decidido lanzarse a la arena político-electoral con un partido nuevo, PODEMOS, y un discurso irreverente, que conectaba con las legítimas reivindicaciones grandes masas populares que no se veían totalmente representadas con las otras propuestas en liza. La rana ya estaba en el agua fría.

El poder usó sus mecanismos de forma muy hábil y encumbró al nuevo partido, que llegó a aparecer como serio candidato a conseguir el gobierno en unas encuestas que, más que valorar el estado de opinión, parecían destinadas a crear tendencia.

Este partido seguía siendo irreverente con el poder, los llamaba casta, proponía un proceso constituyente que enterrase definitivamente el “régimen del 78”, proponía poner los bienes estatales al servicio del pueblo en vez de que lo fueran para la oligarquía, planteaba el necesario control de los medios de comunicación y, claro, el poder le restó apoyos, potenciando una alternativa más cercana a sus postulados político-económicos: CIUDADANOS.

PODEMOS entendió el mensaje y reaccionó ya que, como su Secretario General ha declarado en numerosas ocasiones, él quiere ganar. Se fue templando el agua del recipiente pero la rana no estaba incómoda.

Ha tranquilizado al poder rechazando que se le “encajone en el margen izquierdo del tablero”  ya que sus “ideas son de sentido común, transversales y transformadoras”  Se reunió con el Rey; con el embajador de EE.UU., al que Iglesias tranquilizó declarando que Podemos ve las relaciones de España y Estados Unidos como una cuestión “estratégica”; con el presidente de la Patronal, consiguió vaciar las calles de movilizaciones.

Convirtieron a PODEMOS en la única herramienta posible para encauzar el descontento, no hay vida para las clases populares fuera de PODEMOS, criticar a PODEMOS es alta traición, es dividir, es apoyar a los poderosos. Se consiguió desmovilizar la calle en su momento de mayor ebullición, se destrozó cualquier posibilidad de que la verdadera izquierda transformadora pudiese llegar a preocupar en un estado con una importancia media en la Unión Europea, las mareas de distintos colores se desactivaron, la rebeldía se limita ahora a ver alguna de las tertulias que se han puesto de moda y que se basan en crear un show parecido al de los debates de los programas de cotilleos pero dedicado a temas “políticos”, es decir, en vez de potenciar para el “famoseo” a una participante de Gran Hermano o a un presunto amante de alguna folclórica, se trata de potenciar o hundir en el ostracismo a los políticos o partidos que interesen a los propietarios de los canales que, como todo el mundo sabe, son grandes defensores de los derechos sociales, de la democracia y de la equidad.

Ahora, el agua está hirviendo: se apoya la permanencia en la OTAN (apartado 327 del Programa Electoral de P´s); no se cuestiona la monarquía; se rechaza impulsar un Proceso Constituyente; se mantiene la política de alianzas clásica del estado español, incluyendo Estados Unidos e Israel; se mantienen las subvenciones a la educación privada; no se nacionalizan sectores estratégicos como el energético; el espejo en el que mirarse en el ámbito internacional es el gobierno de Tsipras, al que Iglesias ha apoyado incondicionalmente, llegando a declarar que él hubiera hecho lo mismo en España, un gobierno entregado a las peticiones de la Troika, aprobando recortes sociales más agresivos de los aprobados por el bipartidismo clásico griego, siendo el primer estado que ha reivindicado a Jerusalén como la capital de la entidad sionista israelí, vulnerando el derecho internacional y varias resoluciones de la ONU. Sí, ahora el agua está hirviendo, pero la rana no encuentra la salida del recipiente, o no le quedan fuerzas para saltar.

Somos muchos los que hemos comparado al PODEMOS de 2015 con el PSOE del 1982, y creo que en muchos aspectos es una comparación muy acertada, pero hay que reconocer, en favor de la formación emergente que, a diferencia de la que lideraba Felipe González, ésta no está engañando al electorado, que quien vote esta opción lo hará con pleno conocimiento de lo que está haciendo.

Soy consciente de que la coherencia, la lealtad, la nobleza y el respeto a los principios no son valores en alza. Sé, de sobra, que perder cansa, que en la derrota se pasa mucho frío. Entiendo perfectamente que, cuando se anuncian expectativas de triunfo y se nos invita a participar del banquete, se puede sucumbir. La intención de este artículo no es la de juzgar, es la de analizar el escenario que nos va a quedar y ver qué hacer.

No es necesario ser vidente para vaticinar unos resultados catastróficos para la izquierda y que además, van a quedar muy rotos los puentes entre una parte muy importante de ésta y la formación morada que, aunque no se defina de izquierdas, sí va a aglutinar a una parte muy importante de la militancia y el electorado de esta tendencia.

Quiero reconocer desde aquí la habilidad y eficacia con la que actuado los vencedores de las próximas elecciones del 20-D: La Casa Real, la CEOE con su Presidente Juan Rosell al frente, las embajadas de EE.UU. e Israel, la gran banca, las grandes multinacionales, las empresas eléctricas… éstos serán los verdaderos triunfadores de las elecciones del domingo independientemente de cuál sea el reparto de votos entre los cuatro partidos que ha acatado sus normas y que, por lo tanto, han sido encumbrados al Olympo de los elegidos como aceptables y potenciables.

La maniobra ha sido perfecta: ante unos evidentes síntomas de degaste de los dos partidos que podían optar a gobernar, se ha fichado banquillo, fondo de armario, suplentes, reservas…llamémosles como queramos, pero el resultado es evidente, hay relevo. Si se hundiese el PP, ya hay un relevo más joven, con menos carga conservadora, menos olor a incienso, pero con unos planteamientos neoliberales insaciables en lo económico.

Si el que cayese fuese el PSOE, tienen como suplente una opción moderna, sin la pesada carga de la corrupción, de los recortes sociales ya ejecutados, de la recolocación de muchos de sus cargos públicos en empresas beneficiadas por la gestión llevada a cabo por ellos en las instituciones, pero una opción que, aunque joven, nueva y fresca, no cuestione lo básico.

Tenemos la obligación de tender puentes, de aglutinar lo que quede de izquierdas, y de intentar acercar a estas posiciones a PODEMOS y a una parte muy importante de la militancia del PSOE.

Tenemos que intentar dejar de lado las emociones, pensar en política con la cabeza en vez de con las vísceras. Buscar un nuevo Frente Popular o frente amplio que aglutine fuerzas frente a lo que, si no hay sorpresa, será un gobierno de derechas al que Ciudadanos condicione políticas más liberales y agresivas para la Clase Trabajadora de lo que ya han sido las del Partido Popular. Tenemos que seguir creando espacios de confluencia que nos permitan superar las diferencias. Tenemos que ser conscientes de que, aunque el sistema haya apostado nítidamente por un bipartido de cuatro caras, PODEMOS tiene unos planteamiento sociales mucho más avanzados que los de PP-Ciudadanos, y PSOE.

No podemos rendirnos, resignarnos, la división es traición ante la nueva vuelta de tuerca que nos espera a primeros de 2016.

Unidad, Lucha, Batalla, Victoria. 

Manu Pineda

Publicado originalmente en larepublica.es

 

 

 

 

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