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Opinión

Laudato si´: sobre el cuidado de la casa común. Segunda encíclica de Jorge Bergoblio (Papa Francisco I)

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Carta al Director.  El pasado 18 de junio se hizo pública la segunda encíclica del Papa Francisco cuyo tema principal es la ecología. La “casa común” a la que se refiere el título no es otra que el planeta que habitamos…

Carta al Director.  El pasado 18 de junio se hizo pública la segunda encíclica del Papa Francisco cuyo tema principal es la ecología. La “casa común” a la que se refiere el título no es otra que el planeta que habitamos.

El cuerpo de la encíclica consta de seis capítulos con  doscientos cuarenta y seis puntos. En la introducción podemos leer el “Cántico de las Criaturas” de San Francisco de Asís seguido de un amargo lamento por el daño que los hombres, con sus “pecados”, han hecho a la hermana agua y a la hermana tierra.

Luego el argentino hace un repaso de lo que dijeron sus predecesores acerca del cuidado de la naturaleza. A continuación cita textos de líderes religiosos  no católicos que, al igual que él, lamentan en daño ecológico. Uno de estos líderes es Bartolomé, el patriarca de Constantinopla.

En el primer capítulo, “Lo que está pasando en nuestra casa”, analiza  Bergoglio los cambios climáticos que afectan muy especialmente a países subdesarrollados. En el punto 61 se resalta que sobre muchas cuestiones la Iglesia no tiene una voz definitiva sino que debe promover debates científicos honestos.

“El Evangelio de la Creación” es el título del capítulo segundo. Dice Francisco en ese capítulo que los creyentes y no creyentes están de acuerdo -hoy- en que la tierra es una heredad común cuyos frutos deben ir en beneficio de todos.
Al mismo tiempo recuerda que si bien la Iglesia reconoce un derecho a la propiedad, sobre éste pesa una hipoteca social ya que los bienes, sostiene Francisco, sirven para el fin que Dios les ha dado. Siguiendo la línea, en dicho sentido, el medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos.
El análisis en el tercer capítulo,  ”La raíz humana de la crisis ecológica”, se centra en la globalización del paradigma tecnocrático. La denuncia del argentino es que la inmensa crecida tecnológica no ha estado acompañada por un desarrollo del ser humano en cuánto a responsabilidad, valores y conciencia del respeto al entorno.
“Ecología integral”es lo que el líder católico propone en el cuarto capítulo, diferenciando entre ecología ambiental, económica, social, cultural y de la vida cotidiana, buscando en todo el Bien Común, definido por Francisco, como el respeto de la persona humana como tal, con derechos fundamentales e inalienables ordenados a su desarrollo integral.
Diálogo entre política y economía, así como entre ciencia y fe es parte de las líneas de acción y orientación que propone en el capítulo cinco. El Papa sostiene que para los países pobres la prioridad en su agenda debe de ser la erradicación de la miseria y el desarrollo de sus habitantes mientras que la reducción de contaminantes debiera ser, según Francisco, promovida con el apoyo de los países ricos.
“Educación y espiritualidad ecológica”, título del último capítulo de la encíclica ( el sexto) propone apuntar hacia un estilo de vida diferente, en alianza entre la humanidad y el ambiente.

Juan Segura 

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